Por Luis Fuenmayor Toro
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Pero lo que más me llamó la atención de la noticia fue que la
declaración la da en un acto en que promulgaba una ley que eliminaba dos
impuestos para el comercio de los libros. En efecto, la ley firmada por Evo
eliminó, tanto para los libros nacionales como para los extranjeros, la
aplicación del impuesto al valor agregado del 13 por ciento y el impuesto a las
transacciones del 3 por ciento, lo que abaratará los libros en un 16 por ciento,
situación que necesariamente redundará en un mayor comercio de libros en (...)
Bolivia y un impulso importante de la lectura en el país andino. Dicho de otra
forma, Evo Morales, a pesar de no tener el hábito de leer, entiende la
importancia de la lectura y toma medidas que abaratan el coste de los libros.
Pero no sólo eso me llamó la atención. El Presidente boliviano
dijo claramente: “Yo tengo un problema. No me gusta leer”, es decir que tiene
conciencia de que no gustarle leer es un problema, que no quisiera que tuviera
el pueblo boliviano, por lo que asume, como una de las medidas para impulsar la
lectura, la promulgación de la legislación señalada. Dijo que había que
desarrollar el hábito de lectura, aunque reconoció no saber cómo hacerlo en su
país. Al leer esta nueva expresión de sinceridad, no pude menos que compararla
con la soberbia de nuestros dirigentes ignorantes de ayer y hoy, que todo lo
saben sin tener que leer y además se burlan de quienes leen. Tenemos serios
problemas de lectura, escritura y lenguaje, pero supuestamente somos adalides
mundiales en escolarización de la población, además de acabar con el
analfabetismo.
Las medidas impositivas tomadas y las declaraciones me alegraron
por Bolivia y a la vez me recordaron que en Venezuela, desde hace años, no ha
habido forma de que se otorguen dólares para la adquisición de libros ni para
su producción en el país. La lectura está muy lejos de ser algo prioritario.
Quienes publican, o están muy cerca del gobierno o deben mendigar durante años,
para efectuar alguna publicación, si es que tienen suerte. A Evo Morales le
digo, sin pretender erigirme en experto en la materia, que incorporar
bibliotecas en todas las escuelas primarias y secundarias, dotadas del personal
especializado requerido, y establecer en éstas desde muy temprana edad escolar
el préstamo obligatorio y supervisado de obras literarias, ajustadas a las
edades de los usuarios, es uno de los mejores mecanismos para inculcar el
hábito de lectura.