Luis Fuenmayor Toro
Es más que lamentable, es indignante, que luego de 14 años
de gobierno “revolucionario”, el “triunfo” del candidato oficial haya sido por
menos del 2 por ciento de ventaja sobre el candidato opositor. Y no vale la
excusa de que ya no se cuenta con el líder máximo; les recuerdo, aunque esto le
disgusta a los compatriotas del Gobierno y, en especial, a muchos de quienes
han sido mis camaradas, que los resultados del 7 de octubre, aunque presentados
como una gran victoria, mostraron un descenso grande de la diferencia entre la
votación de Chávez y la de la oposición, con respecto a las presidenciales del
año 2006. De tal manera, que la reducción del apoyo popular al gobierno
chavecista se produjo en vida y gobierno de Chávez y lo que ha hecho es
continuar sin que nadie sea capaz de detenerlo.
Fueron muchas las esperanzas puestas en Hugo Chávez desde el
4 de febrero de 1992, cuando para muchos era claro que más temprano (...)
que tarde
asumiría la Presidencia de Venezuela. A su lado trabajamos desde que se
encontraba detenido en Yare y durante varios años, en un intento infructuoso de
darle contenido al llamado “Proyecto Nacional Simón Bolívar”. Fueron muchas las
reuniones quincenales con Chávez, realizadas con Guillermo García Ponce, Camilo
Arcaya, Federico Villanueva, Josefina Baldó, Luis Marcano, Tirso Pinto, varios
otros de asistencia discontinua y conmigo. Fueron varios también los encuentros
con el ex-Presidente y uno de sus grupos de trabajo, donde conocimos al coronel
Dávila, al capitán Aguilarte, al teniente Isea; en uno que otro momento con la
presencia de Luis Miquilena y algunos otros.
Las dificultades para estructurar un programa de rescate de
la patria siempre estuvieron presentes, sobre todo en los aspectos estratégicos
fundamentales: Economía rentista basada en la venta de materia prima
(combustible fósil), desarrollo de la industria petroquímica y de químicos
orgánicos y de aquellas industrias requeridas por éstas, fuerte inversión
financiera en ciencias y tecnología con formación de investigadores e impulso
decidido de la educación formal, para tener venezolanos formados para la
realización de empleo de alto nivel, bien remunerado y permanente. Estos aspectos
eran subestimados ante propuestas electorales intangibles como la de democracia
participativa y protagónica, negada luego sistemáticamente por una gestión
centralizada, de decisiones de un solo hombre que ordenaba más que convencía.
Es la hora de hacer el análisis político y económico de la
gestión de Hugo Chávez; catorce años son más que suficientes para exigirlo. Realizaciones
concretas: obras de infraestructura, construcción de ciudades, inversiones,
nivel educativo alcanzado, investigaciones originales realizadas, número de
investigadores formados existente, estado de los servicios, industrialización,
agroproducción, deuda externa e interna, déficit fiscal, importaciones,
reservas internacionales, estabilidad monetaria, uso de los milmillonarios
ingresos habidos. Discutir si haber gobernado sectariamente para el 40 por
ciento de la población influyó en la pírrica victoria obtenida en las
elecciones recientes.