Luis Fuenmayor Toro
Hoy el tránsito en las ciudades venezolanas sin duda constituye uno
de los grandes infiernos de sus habitantes. La culpa no es sólo del actual
gobierno, pero a él nos dirigimos porque prometió que acabaría con las insuficiencias y errores de los
gobiernos anteriores, que no se ocupaban de la gente sino de robar y disfrutar
del poder. La grave situación del tránsito, a punto de paralizar ciudades por
“trancas” descomunales, es una clara e imborrable evidencia de fracaso, culpa y
mayor deterioro.
Con la excepción del Metro Bus, en Caracas el transporte colectivo
no usa las debidas estaciones (paradas) para tomar y dejar pasajeros. Éstas dejaron
de funcionar y los autobuses, busetas y “busetos” (cumplimiento de la legislación
de género) se paran en cualquier sitio, interrumpiendo el tráfico y exponiendo
a sus pasajeros a graves riesgos. La misma conducta tienen los taxistas y
“taxistos” (legislación de género), pues recogen y dejan pasajeros y se atraviesan
malencaradamente donde sea. Señales claras del agravamiento del deterioro y el fracaso
del Gobierno.
Se incumplen sin remordimiento las normas de tránsito. Hoy es
“natural” adelantar vehículos y “vehículas” por la derecha en los túneles,
estacionarse en sitios con doble raya amarilla, en las paradas de autobuses
(incluidas las del Metro Bus) y bloqueando los pasos peatonales (...)
y las salidas de los estacionamientos, ante la inacción de la flamante Policía Nacional Bolivariana, muy preocupada en enviar mensajes telefónicos de texto. El deterioro ciudadano es monumental.
y las salidas de los estacionamientos, ante la inacción de la flamante Policía Nacional Bolivariana, muy preocupada en enviar mensajes telefónicos de texto. El deterioro ciudadano es monumental.
Con más frecuencia que antes, motorizados corpulentos de chaquetas y
gafas oscuras aparecen repentinamente y bloquean con sus motos la circulación
de una vía, para darle paso a otra durante el tiempo que necesiten, hasta que
aparecen varias camionetas tipo rústico, nuevas, con vidrios ahumados, en las
que algún jefe bolivariano, civil o militar, abusa de su condición en la misma
forma que lo hacían los abusivos jefes adecos, proimperialistas y traidores a
la patria. Muchos asegurábamos en forma ilusa que esas prácticas se erradicarían
o restringirían con el gobierno “socialista” pero… nos equivocamos.
No se respetan los pasos de peatones, los semáforos y los
motorizados, “reserva revolucionaria de carácter estratégico”, circulan por las
aceras, a contravía, zigzaguean entre los vehículos, crearon en las autopistas
su propio canal entre el canal izquierdo rápido y el de al lado, luego que una
Asamblea Nacional de gente “pensante” les permitiera lo que no se puede hacer
en ningún país del mundo: adelantar a dos vehículos en marcha introduciéndose
entre los mismos. Además, agreden en grupo a quienes protesten dañando personas
y vehículos. Esta situación es el colmo del deterioro de la conducta ciudadana
ante la inacción oficial.
Queda la pregunta: ¿Se tratara realmente de un fracaso o era esto lo
que se quería?