Andrés Avelino Cáceres
El brujo de los andes
Andrés Avelino Cáceres Dorregaray nació en Ayacucho el 10 de noviembre de 1836. Sus padres fueron don Domingo Cáceres y doña Justa Dorregaray. Siguió la carrera military sirviendo lealmente al presidente Ramón Castilla en las campañas contra Echenique ocurrida en el año 1854 y Vivanco de 1857. También participó en el combate del 2 de mayo de 1866, defendiendo el Callao que era bombardeado por la escuadra española.
Al estallar en la Guerra contra Chile, en 1879, participó en la defensa de Tarapaca dirigiendo al valeroso batallón Zepita. Estuvo en la derrota de San Francisco el 19 de noviembre de 1879 y fue protagonista en la victoria de Tarapacá en 27 de noviembre de 1879. Igualmente se le atribuye un papel importante en la batalla del Alto de la Alianza que tuvo lugar en Tacna el 26 de mayo de 1880.
Cáceres fue uno de los más destacados jefes en la defensa de Lima, luchando en las batallas de San Juan el 13 de enero de 1881 y Miraflores el 15 de enero de 1881 del mismo año.
Entre 1881 y 1883 lideró la resistencia patriota en la Cordillera de Los Andes en lo que se conoció como la Campaña de La Breña. Sus tropas, compuestas casi en su totalidad por hombres de origen campesino, lograron importantes victorias en el valle del Mantaro, pero el 10 de julio de 1883 fue derrotado en la batalla de Huamachuco.
Después de la firma del Tratado de Ancón en 1883 fundó el Partido Constitucional y derrotó al presidente Miguel Iglesias en la Guerra Civil de 1885. Al año siguiente, fue elegido Presidente Constitucional del Perú, cargo que ostentó hasta 1890. En 1894 fue reelegido en un proceso muy discutido y fue derrotado en una nueva Guerra Civil por el caudillo Nicolás de Piérola.
Andrés Avelino Cáceres, conocido también como "El Brujo de los Andes", falleció el 10 de octubre de 1923, a la edad de 87 años.En Perú, Cáceres es visto como un símbolo de la resistencia contra Chile, durante la guerra del Pacífico. Su figura es ampliamente recordada en la memoria colectiva de los pobladores de la sierra peruana. Muchas veces a través de las tradiciones orales legadas por los descendientes de quienes conformaron el Ejército del Centro y las fuerzas guerrilleras de cada pueblo. Otras veces mediante variadas manifestaciones culturales y folklóricas, como es el caso de las existentes en los Valles de Yanamarca-Acolla, San Jerónimo de Tunán, Hualhuas, Pucará, Chupaca y Sicaya en el Valle del Mantaro.