Cárceles, violencia, hacinamiento
Tres muertes ocurridas en fecha reciente en los calabozos de la policía científica venezolana evidencian una vez más la caótica situación de la administración de justicia en el país, de las fallas del sistema carcelario, de la creciente violación de los derechos humanos, del irrespeto y la falta de sensibilidad que impera en muchos sectores hacia la vida de los ciudadanos. Estas muertes señalan el declive de nuestra sociedad y a la vez reclaman de autoridades, instituciones y de todos en general un cambio de actitud y la disposición de tomar acciones urgentes para poner freno a tanto desorden, desgracias e injusticias.
Desde hace mucho tiempo y desde diferentes sectores se ha denunciado el hacinamiento carcelario como uno de los principales factores de la violencia que se genera allí. La población penal de Venezuela es de unos 50 mil reclusos y la capacidad de los recintos carcelarios es de 12 mil, cifra que no deja dudas sobre el hacinamiento. Las muertes en el CICPC de El Rosal obedecen fundamentalmente a esa situación pues en esa sede hay más de 300 personas recluidas en 6 celdas, sólo en una de ellas hay 90, en otra 70, una de las celdas es para mujeres, es decir que en las otras tres por lo menos unos cuarenta detenidos conviven en espacios muy reducidos, ambiente donde se genera mucha violencia. Además, al producirse riñas, como ocurrió en El Rosal, los funcionarios no están en condiciones de sofocarlas y a eso se suma la negligencia o quizás insensibilidad al no trasladar de inmediato a un centro de salud a los detenidos que resulten lesionados en esas riñas.
¿Por qué hay más de 300 detenidos en un lugar donde no deben estar más de 48 horas, detención que se prolonga por tres meses o más? Es el resultado del caos que reina en la administración de justicia. Esas personas que permanecen en el CICPC tienen libertad condicional, no pueden ser llevados a penales, los tribunales les fijan fianzas entre 80 y 100 unidades tributarias, pero quien carezca de recursos no puede pagar 7 millones o más por su libertad, ni puede presentar dos fiadores que devenguen mensualmente esa cantidad. Y en el caso que se ordene el traslado de un detenido a una cárcel pocas veces se cumple pues los directores de los penales aducen que tienen hacinamiento o los jefes de los grupos que dominan los centros penitenciarios no lo permiten, sea porque no les conviene o porque el procesado no puede pagar la cantidad de dinero que le exigen.
Esta historia ha sido contada muchas veces, la conocen todos, las estadísticas señalan que unos 170 reos mueren en nuestras cárceles cada año. Son más que suficientes las razones para encarar de inmediato este problema.
A 30 años de su aparición
Ataque radial contra el VIH
Hace 30 años fue descubierto el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) causante del sida. Y en Sudáfrica, el país con más casos de infectados en el mundo, una mujer ha emprendido una fuerte batalla contra ese flagelo desde una emisora radial. Ella es Criselda Kananda, una de los 5.6 millones de sudafricanos infectados, que se empeña a través de la emisora Metro FM de Johannesburgo en educar a la gente, tratando de cambiar normas sociales, promoviendo el uso de condones, los análisis de sangre, los tratamientos o comentando las últimas investigaciones como “Positive Talk” (Hablar en Positivo), tal vez una esperanza más.
Según cifras de las Naciones Unidas, las medidas tomadas contra el VIH, aunque las autoridades reconocen que tardaron tiempo en hacerlo, tuenen efectos positivos, por ejemplo, la prevalencia de la infección entre los jóvenes del sur y este de África se redujo en 2010 en un 25%, sin embargo, 190 mil entre 15 y 25 años contrajeron virus en Sudáfrica y 5.699 en Suazilandia cuya población no llega al millón y medio.
OEA y Seguridad Ciudadana
Así de altos serán los niveles de inseguridad en el hemisferio que la Organización de Estados Americanos (OEA) acordó dedicar tres días al análisis del flagelo de la inseguridad y criminalidad en l región. La cita es por estos días en San Salvador, capital del país con la mayor tasa de homicidios del continente, 76 por cada 100 mil habitantes y cuna de las peligrosas “maras” o pandillas, causantes de la mayoría de los hechos violentos en esa nación centroamericana.
En la reunión se oirá a grupos y organizaciones que trabajan en ese campo y se firmará un acuerdo entre la OEA y la Asociación de Policías de las Américas para fortalecer mecanismos de prevención del crimen organizado.