La ciudad de Valencia es una de las más importantes de Venezuela y una de las más significativas de la región central. Mantiene una dinámica económica y cultural con ciudades de estados vecinos como San Carlos, Tinaquillo, Yaritagua, Coro, Yaracal, Tucacas, Chichiriviche, Maracay, La Victoria y San Juan de los Morros, entre otras.
Sin embargo, los municipios que conforman la zona metropolitana de Valencia, esperan por sus gobernantes, pues son muchas las deficiencias de servicios públicos que sus habitantes sufren cada día.
Vialidad y transporte público: una prioridad ineludible
El estado de las calles y avenidas de Valencia y municipios vecinos adolecen de un operativo integral de modernización. No se trata solamente de asfaltado y bacheo, se trata de vías alternas con una clara visión de futuro y que evite que los carabobeños se atasquen hasta dos horas de sus casas a sus trabajos.
A su vez, la llamada Gran Valencia, amerita unidades de transporte público modernas, limpias y en buen estado, pues las actuales cuales dejan mucho que desear, no solo en lo que al servicio al usuario se refiere, sino también en lo que respecta al ambiente, pues la emisión gases de los tubos de escape contribuye a la contaminación ambiental y al calentamiento global.
Es necesario que los alcaldes de los municipios que el área metropolitana de Valencia busquen soluciones conjuntas. Además es necesario que choferes y colectores entiendan que son servidores públicos y que se deben a los pasajeros que merecen respeto. Debe existir una dependencia que se asegure de que las distintas líneas que surcan la ciudad cumplan su ruta.
Por otro lado, es importante que se brinde seguridad a esos choferes y colectores, pues muchos por resguardarse de los continuos asaltos en las unidades que ponen en riesgo su vida, les hacen abandonar el servicio a horas en que aún hay pasajeros movilizándose, lo que hace de la ciudad un verdadero caos cuando raya el atardecer.
Valencia grita por un reordenamiento urbanístico
En Valencia hay que recuperar los espacios vacíos dentro dela ciudad. Existen edificaciones abandonadas que se encuentran en ruinas y sirven de guaridas a malhechores o representan un continuo riesgo pues en cualquier momento pueden llegar a desplomarse causando daños a inocentes. Asimismo, se debe acabar con el vergonzoso espectáculo que representa el relleno sanitario de La Guásima.
Los habitantes claman seguridad
No podemos dejar a un lado el problema de la inseguridad que aunque es complejo y nacional y amerita políticas a corto, mediano y largo plazo que involucre a entes nacionales, estadales y municipales. La violencia está acabando con un gran número de vidas y, por ende, con parte del futuro de nuestro país.
La lista de problemas podría ser interminable. La solución: voluntad política. Es hora que los alcaldes y el gobernador hagan algo por Valencia.
