
En casi 360 % han aumentado los casos de fallecimientos violentos en 10 años y el mayor flagelo es la incapacidad del sistema de esclarecer los casos.
Semanalmente el número de asesinatos es alarmante y equiparable a las cifras de decesos ocurridas en países que atraviesan algún conflicto bélico. Las autoridades parecen no saber qué hacer ante la situación y lo peor es que esta se ha politizado. La oposición del presidente Chávez la usa para demostrar la ineficacia del gobierno y este, a su vez, guarda silencio o esgrime razones sin sentido ante la gran cantidad de fallecidos.
Ante esta panorámica, los expertos aseguran que el problema es complejo y hay que atacarlo por diversos flancos, pero nadie parece oír a los que tienen algo que aportar. Mientras tantos los venezolanos sufren las consecuencias.
Cifras escabrosas
A finales del año pasado, el Observatorio Venezolano de Violencia, (OVV), hizo público un informe titulado Una década de impunidad en Venezuela (1998-2009), el cual revela datos que ponen los pelos de punta y ante la imposibilidad de encontrar estadísticas oficiales, estas representarán el marco de referencia de este trabajo periodístico.
Esta investigación, dada a conocer por el director de esta organización, el sociólogo Roberto Briceño León, demuestra que la impunidad es el principal aliciente de los homicidas: el 91% de los asesinos quedan libre sin haber obtenido ni siquiera una detención como sospechoso. En los últimos diez años el país que lleva acumulados más de 123.000 muertes.
Otro dato aterrador que revela el informe del OVV es que Caracas es la capital con mayor número de muertes violentas en el continente, pues ocurren más de 140 homicidios por cada 100 mil habitantes. Con estas estadísticas, la capital venezolana sólo se ve superada por Ciudad Juárez (México), donde se reportaron durante el 2009, una tasa de homicidios de 195 asesinatos por cada 100 mil habitantes a causa del crimen organizado.
Pero, el informe indica, además, que las cifras de muertes violentas ha ido en aumento año tras año: 16.047 personas fueron asesinadas en 2009 en Venezuela, en comparación a 14.800 en 2008 y 4.500 en 1998, lo que es muestra irrefutable de falta de políticas que enfrente el flagelo de la violencia.
Sobre esta situación, funcionarios gubernamentales aseguran que lo que vive el país es una "sensación de inseguridad", agravada por los medios de comunicación que enfrentan al Presidente y la respuesta efectiva ha sido poner en marcha diversos operativos de seguridad en zonas marginales que pese a mejorar la sensación en la población, poco han ayudado a poner final a los homicidios.
La calamidad en las morgues
Como si fuera poco, ver que un familiar o amigo es asesinado a manos del hampa, la situación se recrudece cuando se enfrenta la tragedia de pisar una morgue. Cuando un familiar es asesinado, antes debe llegar el CICPC o Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, organismo encargado de hacer el levantamiento del cadáver para resguardar las pistas y todo lo que pudiese servir para identificar al homicida, luego, el cuerpo es llevado a la morgue donde debe, por ley, hacérsele la autopsia de rigor y, posteriormente, se entrega a sus familias para las exequias.
Se dice fácil, pero estos pasos pueden ser una verdadera tragedia para quienes hacen los trámites. Retrasos en la entrega de los cuerpos es la constante. Bien sea por retardos burocráticos o por falta de patólogos que realicen las necropsias y más aun por falta de material necesario para realizarlas, pero pocas veces un deudo recobra con rapidez el cadáver de su familiar o amigo. Según el diario El Universal del día 27 de marzo de este año, la morgue de Bello Monte, en Caracas tiene déficit de 65% aproximadamente. Existen 6 patólogos, cuando deberían ser entre 12 y 18. Los médicos existentes se reparten el trabajo laborando 2 en cada uno de los tres turnos en que se divide la jornada, sin embargo, a veces solo acude uno. Mientras que solo hay tres técnicos asistentes, cuando deberían ser cuatro en cada guardia. También hacen falta transcriptoras enfermeras odontólogos, antropólogos, psicólogos, psiquiatras, neurólogos, histólogos y técnicos radiólogos, además de material médico para elaborar las autopsias y material de oficina.
Pese a que estos datos son de la morgue de Caracas, haciendo un arqueo de la prensa en diversas ciudades de Venezuela, se constata que la situación de las morgues en la mayoría de los casos, atraviesan situaciones muy parecidas.
Razones de la violencia y los homicidiosSegún un trabajo de investigación titulado Análisis descriptivo del comportamiento de las tasas del delito de homicidio en Venezuela y elaborado por la criminóloga Neelie Pérez Santiago, los homicidios en el país deben ser tratados como problema de salud pública, por cuanto representan la tercera causa de muerte (después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer), además de que causa una gran carga social de discapacitados y lesionados con toda una serie de secuelas familiares, sociales y económicas.
Señala Pérez en su informe que las proyecciones establecen que los datos ofrecidos podrían ir en ascenso, pues hasta ahora no se ve que se involucren diversos organismos como el Ministerio del Poder Popular para la Salud que mantenga estadísticas confiables que sirvan de base para elaborar políticas enfocadas a dar promoción a comportamientos saludables, pero destinadas a atacar las conductas de riesgo.
Por su parte, el criminólogo Andrés Antillano señala que las razones de la violencia en el país que han originado un crecimiento visiblemente sostenido de los índices delictivos, y especialmente de los homicidios, “son el descontrol sobre las armas, la crisis política e institucional y los procesos de exclusión, sobre todo de la población joven”.
A juicio de Antillano “lo primero sería trabajar en la inclusión social con planes efectivos que combatan la improductividad de la población joven que es, en su mayoría, la víctima y la victimaria de los casos de homicidios”. En segundo lugar señala que debería implementarse un plan de desarme en la población y, posteriormente, se debe pasar a una reforma policial, “pues en la actualidad la policía no ayuda a resolver, sino a empeorar”.
Cuanto cuesta morirse en Venezuela
Más allá de los costos sociales que implican un asesinato en el seno de la familia, existe una realidad que golpea igual de fuerte a quienes han tenido una perdida y es el costo económico que conlleva los servicios funerarios y las parcelas en el cementerio.
Muchos de los deudos acuden a los cementerios municipales, cuyos trámites son engorrosos y burocráticos, pero ahorran mucho dinero, sin evitar el mal rato que implica buscar firmas, documentos y el hecho de aguantar a los funcionarios ineficientes que en lugar de facilitar las diligencias a quienes han sufrido una pérdida, hacen todo más complicado.
Sin embargo, muchos familiares apelan a los servicios privados. Según David Acosta, encargado de la funeraria Quo Vadis, perteneciente al Grupo Seres, los servicios funerarios podrían oscilar entre los 9 mil 200 y los 10 mil quinientos bolívares e incluyen el cofre, retiro del cuerpo, la carroza fúnebre y dos carros de acompañamiento, permiso de entierro, oficio religioso, aviso de prensa, preparación del cuerpo y traslado al cementerio.
Después de cancelar este monto, se debe disponer además de unos 6 mil 500 bolívares extras que es lo que cuesta la parcela en el cementerio. Obviamente estos costos pueden variar dependiendo de la funeraria y el cementerio, pues aunque parezca algo banal, existe una categorización macabra de estatus social hasta para las exequias y camposantos.