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15 noviembre, 2010

DESCUBRIENDO EL AGUA TIBIA



En unas recientes e insólitas declaraciones, el ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aissami, señaló, sin inmutarse, que “existe una descomposición terrible en las policías”. Después de 12 años de gobierno chavista, el funcionario que tiene a su cargo la protección de la vida y de los bienes de los venezolanos, descubrió el agua tibia. Se dio cuenta que las policías no sirven, que una parte importante del problema que padecemos en esa materia, tiene que ver con el tipo de policías que tenemos: mal pagada, mal formada, mal equipada, pero, lo que es peor, profundamente penetradas por el delito.

Tal vez, dentro de unos días, El Aissami, nos sorprenda hablándonos del infierno que viven los reclusos en las cárceles de Venezuela o del mal estado del Poder Judicial o de la deserción escolar; caldo de cultivo para la delincuencia juvenil o de tantas otras cosas que todo el mundo sabe en este país., menos la clase gobernante que “procesa” por cuotas la terrible realidad que en materia de seguridad pública afrontamos los venezolanos de este tiempo. Muchas veces hemos insistido, en este mismo espacio, sobre la necesidad de convocar un gran acuerdo nacional para enfrentar la violencia y el delito.

El gobierno o, mejor dicho, los gobiernos (nacional, regionales y municipales), han demostrado que solos no pueden. La terquedad y la incompetencia de los gerentes públicos nos ha costado, como sociedad, centenares de miles de muertos y una cultura de la violencia que es ya insostenible. El presidente Chávez debería dar el primer paso y convocar al país todo, a enfrentar y derrotar la delincuencia, empezando por la de cuello blanco. De hacerlo, se granjearía el apoyo de mucha gente pero, en honor a la verdad, creemos que es muy difícil que lo haga. Chávez sigue siendo Chávez.