Ya el venezolano se está acostumbrando al tema de las expropiaciones. En un principio, detrás de éstas había un sentido noble, una búsqueda por beneficiar a la nación, cuyo objetivo era hacer productivas aquella tierras que no lo eran y que permanecían en manos de grandes terratenientes, en el caso de las nacionalizaciones de las empresas, también se perseguía el mismo fin: colocarlas al servicio del país y hacerlas más prósperas. Pero esto no se ha cumplido a cabalidad y son muchas las hectáreas de tierra y empresas que en vez de cambiar el destino productivo del país, se han convertido en un peso para el Estado venezolano. Generan perdidas.
Ahora, los ojos del gobierno están fijados sobre las Empresas Polar, que producen un gran porcentaje de los alimentos que se distribuyen, además de ser la principal fabricante de cervezas en Venezuela. Para nadie es un secreto que la marca Polar goza de mucha aceptación en nuestro país, puesto que se trata de una empresa que ha sido pionera en el Venezuela.
Hay que destacar que casi siempre que se avecina un proceso electoral el Gobierno busca el pretexto perfecto para hacer de las suyas: en la mayoría de los casos hablan de desestabilización económica o política, mencionan –recurrentemente- el tema del magnicidio, el desabastecimiento, fuga de capitales, con un discurso acompañado de miles de descalificativos para quienes, a los ojos del oficialismo, son los enemigos del proceso revolucionario. Se les tilda de pitiyanquis, imperialistas, cúpulas podridas, escuálidos, lacayos, burgueses, fascistas y pare usted de contar; pues para ese tipo de “reconocimientos”, el Presidente es un experto. Con un lenguaje muy propio y lleno de mensajes que separan aún más a la población, Chávez se encarga de hacerle entender a su público cautivo, que sus medidas y actitudes son las adecuadas y son ejemplos a seguir. Por eso estamos como estamos: nos vemos y nos gruñimos, nada más distante de lo que éramos hace unos años, un pueblo hermano que ofrecía su amistad y solidaridad sin distingo de colores políticos.
Hace apenas unos días, el primer mandatario se dirigió públicamente a los directivos de Empresas Polar diciéndoles que podrían correr la misma suerte de RCTV, con esto Chávez puso en evidencia que lo que ocurrió con el canal de Bárcenas, no fue que se le venció la concesión, sino una retaliación política debido a que esa televisora se había convertido en la señal que más críticas hacía a la actual gestión gubernamental. Esto tuvo su precio político cuando el 2 de diciembre de 2007 el pueblo dijo NO al referendo para la reforma de la Constitución. Hoy el gobierno puso la lupa sobre las Empresas Polar y hay un enorme riesgo de que se repita lo ocurrido el 2D y el pueblo rechace a los candidatos oficialistas a la Asamblea Nacional y, por ende, pierdan las dos terceras partes que aspiran obtener en los venideros comicios.
A como de lugar, el gobierno buscará polarizar la situación a su favor mientras que, por su parte, la oposición también hará lo propio: ambos jugarán a ser las victimas para ganar votos a través de la lástima. Lo cierto de este asunto es que ya la gente está asqueada de ese tipo de manipulaciones, no en vano existe más de un 60 por ciento de personas que no se identifican con ninguno de los bandos (los Ni-Ni). En ese escenario entra en juego una tercera alternativa política, que sirva para oxigenar al país, para dar esperanza y, más allá de eso, que se conviertan en una opción real para desenmarañar la situación política que se vive en Venezuela. Eso es lo que quiere la gente y la opción está cada vez más cerca.