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22 junio, 2010

A 30 años del asesinato del presidente boliviano, habla su viuda: EL GENERAL TORRES AÚN VIVE

“La figura del general Juan José Torres ha quedado esculpida en la memoria de nuestro pueblo”





El 1º de junio de 1976, el ex presidente boliviano, general Juan José Torres González fue secuestrado en un suburbio de Buenos Aires y al día siguiente apareció su cadáver que mostraba huellas de haber sido torturado. La viuda, que años más tarde fue Senadora de la República, Emma Obleas de Torres, reclamó su cadáver al gobierno del Presidente Videla, que había asumido el mando tras el golpe militar de febrero de aquel año, inaugurando una época temible de torturados, desaparecidos y exiliados en la República Argentina. Videla no autorizó las honras fúnebres, prohibió que se invitara a nadie e instruyó que la víctima fuera velada en un recinto militar. La viuda no aceptó y trasladó los restos a México, donde reposaron en el Panteón Civil de Dolores hasta su repatriación.

Han pasado 30 años desde entonces, y en Argentina hay efervescencia en la opinión pública por aclarar los casos célebres del Plan Cóndor, uno de los cuales, el más notorio, fue el secuestro y asesinato de Torres, que vivía en un barrio modesto de clase media, sin los mínimos recursos para dotarse de seguridad. De este modo fue sorprendido indefenso y solo; y entonces fue victimado por sus captores cumpliendo, según cada vez es más evidente, instrucciones del gobierno del entonces presidente de Bolivia, general Hugo Banzer Suárez al amparo del Plan Cóndor, una sociedad del crimen político que ha sido llamado El MERCOSUR DE LA MUERTE, porque consistía en la cooperación de los organismos de represión y los gobiernos militares de Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil en contra de políticos civiles y militares contrarios a esos regímenes.

Los artículos e informes de investigación sobre el caso han vuelto al tapete al cumplirse tres décadas de la muerte de Torres y abundan las publicaciones y estudios sobre el Plan Cóndor. Al menos tres jueces se destacaron por su dedicación profesional a esclarecer los casos más célebres.

La muerte de Juan José Torres fue una de las acciones más “exitosas” de la Operación Cóndor. No se conocían detalles de la Operación Cóndor hasta que el abogado paraguayo Martín Almada descubrió un archivo secreto donde se guardaba la memoria de los operativos que se habían efectuado en Sudamérica al amparo de los gobiernos militares y en conexión con la CIA. Almada estudiaba en la Universidad de La Plata, donde presentó una tesis crítica de la educación en Paraguay. A su retorno, inició un experimento pedagógico basado en nuevos principios, por lo cual fue detenido y torturado acusándolo de ser comunista e integrar movimientos armados contra el régimen de Alfredo Stroessner. Sus gritos mientras era torturado eran transmitidos a su casa por teléfono, para que los escuchara su esposa. En cierta ocasión cesaron y la voz de uno de los esbirros anunció que Almada había muerto. La esposa sufrió un infarto y en realidad no murió de inmediato, sino por falta de auxilio, porque no hubo facultativo ni clínica que se atrevieran a auxiliarla, tal era el peso de la represión en el Paraguay. Almada logró su libertad por gestiones de la Cruz Roja Internacional.


EMMA OBLEAS, VIUDA DE TORRES, HABLA

¿Dónde estaba usted cuando secuestraron y asesinaron a su esposo?

El general Torres, mi hijo menor y yo residíamos en calidad de exiliados en Buenos Aires, Argentina, a pesar de que muchos amigos y compañeros insistían que debíamos dejar ese país por los riesgos que entrañaban las acciones abiertas y solapadas de grupos radicales de derecha, como la tristemente celebre “Triple A”. Grupos que actuaban bajo la protección o cuando menos, complicidad del Gobierno argentino de ese entonces. A pesar de ello, el general Torres consideraba que dejar Argentina en ese momento, equivalía a distanciarse del contacto directo y de la posibilidad apoyar efectivamente a los patriotas bolivianos que luchaban incansablemente contra la dictadura de Banzer y por la reconquista de las libertades democráticas en Bolivia, debido a que la mayoría de los países del Cono Sur estaban gobernados por dictaduras militares. Seguramente hubiera sido más seguro trasladarse a Venezuela, México o Europa, pero de ninguna manera más coherente con la lucha de nuestro pueblo.

¿Tenía enemigos políticos? ¿Quiénes eran los más interesados en asesinar a su esposo?

Torres concebía la política de una manera absolutamente distinta a como lo hacían la mayoría de los políticos en ese periodo; para él, el respeto a la vida humana era un imperativo y en consecuencia los derechos humanos no podían ser violados bajo ninguna justificación. Por ello, él nunca consideró enemigos a sus eventuales opositores; los veía como adversarios políticos, a quienes se debía respetar sus derechos humanos. De hecho, cuando Banzer fue capturado por haber participado en un primer intento subversivo contra su Gobierno, el General Torres instruyó a su Jefe de Seguridad que se le brinden todas las garantías y que por ningún motivo fuera sometido a ningún tipo de violencia. Durante su Gobierno no hubo presos políticos y las libertades estaban absolutamente garantizadas; todo ello formaba parte de las convicciones de mi esposo. Probablemente sus adversarios, consideraban a Torres un enemigo y, en consecuencia, buscaron su eliminación.


¿Le parece que quedó algún legado de su esposo en Bolivia o es un ex presidente olvidado?

Los sectores conservadores, que desde la caída del Gobierno del general Torres detentaron el poder en diversos momentos, han hecho lo imposible para borrar de la historia boliviana el nombre y el legado del General del Pueblo. Por ello, la historia escrita por los historiadores de esos sectores, intenta minimizar el rol y aporte del General Torres; sin embargo, pese a que han transcurrido casi 35 años de su derrocamiento y 30 años de su terrible asesinato, el Pueblo boliviano lo guarda en su corazón. La memoria colectiva tiene presente su Gobierno, su obra y legado que son trasmitidos de generación en generación. La figura de Torres ha quedado esculpida en la memoria de nuestro Pueblo.

¿Qué opina de la actualidad política de su país?

Se ha dado inicio a un nuevo ciclo histórico y político. En mi concepto, uno de los aspectos más importantes de este proceso es que el cambio, como nunca antes, se está dando hasta ahora en paz y en democracia, respetando el Estado de derecho y los derechos humanos. Las oportunidades son muy grandes, el Pueblo boliviano ha hecho su aporte con una alta dosis de sacrificio, ahora todo depende de que los conductores estén a la altura del reto histórico.