Giuseppe Pipitone
AMENAZA LATENTE
Las lluvias se apoderaron de la ciudad capital y ya se empezaron a ver los estragos. Desde hacía ya un buen tiempo, los caraqueños como el resto del país, no sabían lo que era la lluvia, pues el fenómeno El Niño secuestró nuestro período de lluvias del año 2009 y la sequía fue abrumadora. Pero ya se decretó, oficialmente, el período de lluvias y esta vez llegaron para quedarse. En las últimas semanas se ha visto el sol sólo por minutos, mientras que el resto del día permanece nublado y el palo de agua arrecia en las tardes sin ninguna clemencia. A la mayoría de los caños y alcantarillas no se les ha hecho mantenimiento. A simple vista se puede observar una cantidad de basura y maleza que refleja la ineficiencia de las autoridades y en éste paquete meto a la oposición y al oficialismo también, pues las dos alcaldía más importantes de la Gran Caracas: Libertador y Sucre, se las han visto negras. Las autoridades de ambos municipios han estado en un corre-corre mandando a limpiar todo lo que dejaron pendiente en este largo verano, pero el agua no perdona. Las más importantes arterias viales han colapsado en horas pico, debido a las grandes lagunas que se forman gracias a la falta de drenaje y las colas son interminables. Hay gente que ha salido de sus trabajos en horas comprendidas entre las 5 y 6 p.m. y han llegado a sus casas pasada las 12 de la media noche, cuando en un día normal no tomaría más de una hora ese mismo trayecto. Otra cosa escandalosa y que es posible que ocurra es que los suelos se sobresaturen de agua y hayan desprendimientos de tierra en zonas de alto riesgos como las barriadas que, lamentablemente, son las más afectadas en toda esta situación. Desde esta tribuna exhorto a las autoridades “competentes”, a que hagan su trabajo y se dejen de tonterías, porque mientras ellos están en su politiquería barata, hay gente que sufre.
LAS AUTOPISTAS Y EL HUEVO
Muchos creerán que me volví loco. Pensarán, ¿qué tiene que ver una autopista con un huevo? Pero en esta oportunidad sí hay una relación directa. Les cuento. Hace poco recibí un mensaje telefónico de una buena amiga, en el que advertía sobre éste peligro y la tuve que llamar para decirle que estaba en lo cierto, pues resulta que, en la actualidad, una de las nuevas modalidades en las carreteras y autopistas es atacar a los conductores lanzándoles huevos en los parabrisas de los carros. La gente, al percatarse del ataque, por instinto, echan agua y activan el limpiaparabrisas. La unión del huevo con el agua, forma una película pastosa que reduce la visibilidad en un 90%, haciendo que los conductores tengan que detenerse, obligatoriamente, y es allí cuando el malhechor hace de las suyas. La recomendación es que no se dejen apabullar. Apenas usted vea que algo estalló en su vidrio, siga y no active ningún tipo de mecanismo para limpiar. Eso, aunque no lo crea, salvará su vida y sus pertenencias, cosa que mi difunta amiga no pudo conservar.