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02 mayo, 2010
Vladimir Villegas en México: “EN VENEZUELA NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO”
Vladimir Villegas, desde siempre ha sido un hombre de izquierda. Durante los primeros 10 años de gobierno bolivariano, ocupó cargos muy importantes. Fue Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en México, puesto que tuvo que abandonar tras una fuerte controversia con el gobierno de ese país, presidido para aquel momento por Vicente Fox. También fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente del año 1999 y, por ende, co-redactor de la actual Carta Magna, presidente del canal del Estado (Venezolana de Televisión), Embajador de Venezuela en Brasil, vicecanciller de la República, entre otros. Recientemente regresó del XIV Seminario Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”, celebrado en la capital mexicana y organizado por el Partido del Trabajo. Allí pronunció un polémico discurso, del cual, a continuación, ofrecemos algunos fragmentos:
“No hay un partido en Venezuela que pueda decir que es el único partido de la revolución, porque la revolución y el sentimiento de cambio y de transformación, no le pertenece a un partido, le pertenece a un pueblo (...) Y nosotros, en Venezuela, a la par de la defensa y conquistas del proceso, creemos necesario la apertura de un espacio para la crítica y creemos necesario también el cese de la estigmatización de todo aquel que asoma una crítica o una postura diversa dentro de las propias filas del proceso (...) el socialismo tiene que ser diverso, tiene que respetar y promover el debate, el socialismo tiene que promover el liderazgo colectivo. Ese reclamo está latente en nuestro país (...)Henri Falcón, ante la falta de espacio para la discusión debió dirigirle una carta pública al presidente Chávez, reclamándole precisamente eso: el debate”.
“Es necesaria la constitución de un movimiento, de un frente o de un partido que sea la vanguardia de la revolución. Ahora, un partido de la revolución no puede ser un partido bañado por el clientelismo, no puede ser un partido marcado por la filiación forzosa, en algunos casos, o por la filiación oportunista clientelar. Un partido tiene que estar sometido, precisamente, a los rigores de la militancia revolucionaria. Y eso implica, en primer lugar, el compromiso con los más débiles; en segundo lugar, la crítica a la gestión pública; en tercer lugar, la lucha contra la corrupción y la lucha contra la burocracia. (...) No es que nosotros venimos aquí a hablar mal de Venezuela. Nosotros venimos aquí, precisamente, a poner el dedo en la llaga, en un debate que no solamente es necesario para Venezuela, sino para América Latina. Entender la necesidad de que el socialismo se construya en medio de la diversidad. Hay fuerzas que respaldan el proceso, pero tienen visiones distintas (...) No puede ser que la conducta frente a la crítica (...) sea empujar a los compañeros a la oposición”.
“El carácter que debe tener el socialismo que construimos, el carácter del socialismo que se está construyendo o que queremos construir. Tiene que estar marcado por la superación de los errores y de las desviaciones, que acabaron con los procesos de transformación social en buena parte del mundo y que encarnaron la esperanza de millones de seres humanos (...) No se trata de un problema de tolerancia, no se trata de tolerarnos compañeros; se trata de reconocernos, reconocer que hay revolucionarios que pueden aportar desde la crítica y reconocer que hay un elemento que ha hecho mucho daño en los procesos de transformación en el mundo: la incondicionalidad. La incondicionalidad es contrarrevolucionaria; la lealtad es revolucionaria. Una cosa es la lealtad y otra es la incondicionalidad. La lealtad es verdadera cuando no está exenta de la crítica, cuando está adornada por la crítica oportuna, por el debate necesario y, sobre todo, por la necesidad de construir un liderazgo colectivo. Los liderazgos mesiánicos son parte de la historia y le han hecho mucho daño a nuestros pueblos”.
“En Venezuela no todo lo que brilla es oro. No todo lo que se asume en teoría se corresponde con la práctica. Nosotros tenemos instituciones como la Defensoría del Pueblo, una institución ausente y yo quiero denunciar en este foro que en Venezuela tenemos presos por expresar sus ideas como es el cado del compañero alcalde del municipio Sifontes del estado Bolívar, Carlos Chancellor, preso por enfrentarse a una trasnacional que es aliada del Gobernador de ese estado, y también el compañero Raúl González que es miembro del sindicato Ferrominera, preso también por conducir la lucha popular. Esas cosas hay que decirlas, porque al final las verdades siempre salen adelante y se defienden solas”.