Luego de dejar la presidencia de ABC de la Semana, medio de comunicación que fundado por Armando Amengual, ha anunciado que vuelve a la actividad política, “Volvemos a la lucha por las causas que animan el sentido de grandeza con el que asumimos la política desde muy joven, ahí está nuestra mente y nuestros principios que nunca serán esclavos ni estarán sepultados, porque somos realmente libres y tenemos presente que la sumisión nunca será más cómoda que la libertad de volar con nuestras propias alas, porque entendemos la esperanza que existe en cada ciudadano que permanece a la expectativa del cambio que el país está exigiendo desde 1.998 y que en muchos aspectos esta en la Constitución vigente en Venezuela y que no pueden ser letra muerta”.
-¿Cuál es la visión que tienes en un país que luce radicalizado?
-Hoy tenemos un país donde pareciera que no existe la capacidad de análisis y de predicción, donde los líderes están en un camino y la población anda en contra vía. Hay diagnósticos pero no pronósticos. Hay objetivos más no planes de futuro ni de trascendencia. Un país aparentemente radicalizado con gobierno y opositores pero eso no quiere decir que sea tal cual así o como lo reflejan algunos medios de comunicación, existe una población que se expresara más temprano que tarde y que está harta de ser rehén de dos bloques responsables ambos de que las cosas en Venezuela no estén mucho mejor, y ese sentimiento encontrará un cauce que represente la esperanza, la unidad verdadera y un cambio radical.
-¿Cómo van las cosas en Carabobo?
-Venezuela en lo general y Carabobo en lo particular encara serias y diversas dificultades que exigen nuestra participación. Hemos heredado males y abusos de un país en crisis, que son generalizados y que en nuestro estado se han profundizado, que no marcan diferencias entre unos y otros y que los padecemos desde la tragedia de convivir con la inseguridad, el secuestro y el narcotráfico hasta con hechos insignificantes como cuando funcionarios policiales se nos atraviesan en las calles y nos trancan la vía para abrirle paso a funcionarios públicos regionales y/o municipales, para aliviarse ellos el problema del tráfico, uno de los problemas más serios y con terribles consecuencias que padecemos todos los ciudadanos. Este simple ejemplo refleja un país y un estado seriamente afectado en lo ético, pero que al mismo tiempo reclama voluntad inquebrantable para restablecer o construir un nuevo código moral que debe impulsar a toda la sociedad a luchar sin tregua contra el grave mal de la corrupción extendido a todos los niveles y que no ha hecho distingos entre gobierno y oposición.
-¿Qué hacer en la realidad actual?
-Creo en el futuro, en la invalorable e impostergable tarea de rescatar la política, creo en una manera de hacer política que no sea imitación de lo que combatimos o criticamos, es hora de predicar con el ejemplo y en ese sentido nos iremos incorporando al debate de las ideas, de las propuestas, de las posiciones, en un marco de tolerancia, de diálogo, de entendimiento, de recíproca comprensión y con pleno respeto a la diversidad y a la pluralidad, dispuestos a enfrentar y asumir con responsabilidad los grandes temas que más preocupan a los ciudadanos y que son determinantes para la sociedad . Creo profundamente en la diversidad, en la pluralidad y en la capacidad de los seres humanos de intercambiar lo que pensamos y lo que sentimos, ahí está nuestra capacidad para salir adelante y abrirle las puertas a los tiempos nuevos y modernos….Esa es la tarea inmediata, ¡rescatar la política!
