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02 mayo, 2010

“ANIMAL FARM” VERSIÓN CRIOLLA



Gerardo González Blanco
ggonzalezblanco@yahoo.com

Hace unos días coincidiendo con el largo asueto de semana santa, quizás impulsado por el avieso clima tanto político como atmosférico que se palpa en el país, releí la novela cuyo título en inglés constituye también el título de esta crónica que no sé si es la número 100 de mi autoría pero seguro que aparecerá en la edición 100 de ENTRE TODOS. Confieso que de las anteriores lecturas que hace tiempo hice no pasé de ensalzar y celebrar el ingenio del autor para denunciar la barbarie estalinista que dio al traste con el experimento socialista soviético; de deleitarme con el riguroso y satírico estilo del autor, y de tratar de identificar que personajes históricos estaban allí representados. Sin embargo, en esta última relectura me fue imposible no conectar esta desgarradora novela con muchas de las cosas que han ocurrido en los últimos tiempos en la Venezuela chavista.

Animal Farm es una novela corta, satírica, alegórica y distópica de George Orwell, autor inglés victoriano cuyo nombre verdadero era Eric Arthur Blair. La novela es corta porque tiene unas 115 páginas; satírica porque censura y ridiculiza con fino humor al régimen comunista de Stalin en la URSS de los años ´40; es magistralmente alegórica cuando recurre al simbolismo de usar animales para describir con gran elegancia a los diversos personajes que corrompieron y arruinaron aquel maravilloso experimento nacido en 1917 y es distópica en el sentido de que sostiene que la utopía socialista, por obra de sus malos protagonistas, se convierte en lo contrario a esa utopía o sea en una distopia. En otras palabras, la novela es decididamente una ingeniosa y mordaz invectiva contra el régimen estaliniano.

La versión castellana de este librito se llama “Rebelión en la Granja” y se puede conseguir con facilidad en muchas librerías con buen surtido y es mi recomendación para todos los que hemos acompañado decididamente este proceso de cambios, que lean con detenimiento esta obra y saquen sus conclusiones. No van a poder comparar punto por punto ambos acontecimientos, pero como digo al principio hay cosas sorprendentemente parecidas a las que ocurren en la Venezuela chavista.

El tema fundamental de “Animal Farm” no es otro que la explicación de cómo una revolución triunfante, que contó desde su comienzo con el apoyo total del pueblo llano, con incuestionables basamentos teóricos y doctrinarios al cabo de cierto tiempo se viene abajo por la corrupción, ineficiencia, codicia, abandono de la austeridad y de la ética en el gobierno, decisiones alocadas o mesiánicas del líder, inconsistencia en los objetivos, culto a la personalidad y otras canalladas cometidas por los otrora revolucionarios que no aguantaron “dos pedidas” para convertirse en lo mismo que ellos combatieron. Toda la novela se desarrolla en “la Granja Manor” del granjero Jones. Allí se produce una rebelión de todos los animales contra los malos tratos y exceso de trabajo a que eran sometidos por los humanos de la granja. Los líderes de la revuelta son los cerdos que al comienzo tenían un comportamiento ejemplar pero que a medida que fueron entronizándose en el poder, crearon una casta privilegiada en detrimento de los otros animales, a los que les tocaba hacer todo el trabajo y alimentarse con lo que sobrara de la comida de los cerdos. Al cabo de un tiempo, nada de lo prometido se cumplió, la clase dirigente cada vez se parecía mas a los humanos y de hecho al final de la novela los cochinos y los humanos eran compañeros de negocios y de francachelas. Mientras tanto el pueblo animal tenía que contentarse con cantos y actos públicos demagógicos, mucha austeridad y estar siempre en estado de alerta. Porque si no, podía regresar y triunfar el enemigo externo.

Mientras leía evocaba los primeros momentos del chavismo tan parecidos a la “batalla del establo” de la obra. Aquel intenso fervor por lo que nos proponíamos en la campaña de 1998. Los sacrificios que estábamos dispuestos a sufrir a cambio de la obtención de cosas buenas para la nación, La corrección de muchos de los odiosos entuertos judiciales, financieros, tecnológicos y educativos heredados de la infausta “IV República”. Aquella aplanadora electoral con la que aprobamos la constitución actual y ganamos cuanta elección se nos atravesara. Las enormes concentraciones y manifestaciones en la Av. Bolívar que llegaron a agrupar casi 300.000 personas sin pagarles un centavo, la gente iba por el puro fervor chavista. Como derrotamos el golpe del 2002 y el paro petrolero; como soportamos cuanta vaina mala se nos opusiera. ¡Que futuro tan brillante teníamos en esos tan cercanos tiempos!

Pero bastó que hubiera la paz política a partir de 2003; que el gobierno le pusiera la mano a los reales de PDVSA y que esta estúpida y mal nacida oposición que tenemos le entregara el control absoluto de la asamblea a los equivalentes chavistas de los cochinos de Orwell, para que todo comenzara a volverse mierda. Lo primero que reventó fue la ética. Con el cuento de que “había que crear una neoburguesía chavista” se le abrieron las puertas de los grandes negociados a una caterva de pillos y malvivientes que en combinación con muchos de los más rancios “líderes revolucionarios” saquearon al país, se enriquecieron en forma desorbitada y corrompieron y pudrieron cuanta vaina tocaron. Y allí están los cochinos de Orwell cada vez más ricos y parecidos, si no iguales, a la burguesía que crearon los adecos y copeyanos.

Por su lado el presidente batió el record de Carlos Andrés en cuanto a la emisión de decretos y de leyes habilitantes. Se prometieron las vainas más insólitas. Chávez se desgañitó prometiendo poder para el pueblo a través de esas entelequias dañinas que son las cooperativas y otras organizaciones comunales que lo que han servido es para dilapidar dinero a espuertas. La ineficacia, la ignorancia, la indiferencia, el matraqueo, los falsos informes son el lugar común de la administración pública. El “si mi comandante presidente” del entorno de los jalabolas y las reuniones multitudinarias de ministros, televisadas en ese programa de la “tetona” presidenta de VTV sustituyó a las cuentas ministeriales detalladas que todo gobernante que se respete debe tener con cada uno de sus subalternos inmediatos.

El uso abusivo y acomodaticio de la justicia ha devenido en un envilecimiento del poder judicial. Es tristísimo ese panorama. Basta ver y oír la ignorancia y dislates de las cabecillas de ese esperpento que es la justicia venezolana para salir corriendo. El allanamiento Express del diputado Azuaje sienta un precedente nefasto; no por la calidad moral del allanado, quien además de mediocre es un ufano jovenzuelo que en un país que se respete debería ser como mucho conserje de un congreso, si no por las violaciones a cuanta norma existiese, que en menos de 24 horas entre el TSJ y la AN se pasaron por el forro todas normas y la buena educación. No saben esas arpías que controlan esas instituciones el daño que le han hecho a democracia. Las pugnas internas por repartos de botín entre grupos chavistas, la indiferencia de Chávez ante el deterioro ético e intelectual de la administración pública, las blandenguerías con España y sus pretensiones neocoloniales, la inocultable riqueza de los militares que mientras más torpes mas ladrones son, los corruptos no castigados que andan como “perro por su casa” cuando no con un puesto en el servicio exterior. El resultado de las misiones, emprendimientos comunales, nacionalizaciones de empresas y ocupaciones de hatos que terminan en esperpentos improductivos son algunas muestras de lo disparatado que está resultando nuestro gobierno. Con razón el General de los alacranes cogió una vez más su cachachá y la última frase del libro “TODOS LOS ANIMALES SON IGUALES, PERO ALGUNOS ANIMALES SON MAS IGUALES QUE OTROS” resulta premonitoria para el chavismo mandante