Pero hay muestras de procesos de recomposición de fuerzas conservadoras en países con gobiernos progresistas en el continente. Las amenazas a la continuidad en países como Brasil, Uruguay, Argentina, así como problemas enfrentados en Venezuela y, de forma distinta, incluso en Ecuador, apuntan a un fenómeno de ese orden.
¿En qué consisten esos intentos conservadores y cómo se dan?
Hay elementos comunes entre ellos: el rol desestabilizador de los medios de comunicación privados, con la fuerza que su control monopolista le propicia. Campañas de denuncias de supuestas irregularidades de los gobiernos, que sirven para debilitar su imagen frente a la opinión pública, así como para descalificar a Estados, gobiernos, partidos, política, como forma indirecta de ensalzar al mercado y a las grandes empresas privadas. Una acción que busca crear climas de pesimismo en el plan económico, de desánimo, de desaliento, que baje la autoestima de las personas. Sin esa acción del que funge como partido de oposición no sería posible ningún intento de recomposición conservadora en nuestros países.(...)