Entre Todos D.
Yulimar Rojas, volvió a competir en los Mundiales de Tokio
tras dos años sin hacerlo debido a una larga lesión, declaró que el bronce
logrado en la ciudad japonesa está hecho "de lágrimas, cicatrices, noches
interminables y pensamientos" que le decían que se rindiese.
La reina del atletismo venezolano, quien aspiraba a ganar su quinto título
mundial al aire libre, sufrió la falta de ritmo por llevar dos años sin
competir. Se llevó el bronce con 14,76 metros.
"Estos dos años han sido una prueba de fuego. Una lesión no solo cambia la
rutina: transforma la mente, sacude el corazón y te obliga a mirar la vida
desde otro ángulo. Hubo días en los que el simple hecho de caminar era una
batalla y noches en las que me preguntaba si alguna vez volvería a competir. El
dolor físico es duro, pero lo más difícil es cuando la herida toca el alma,
cuando te sientes frágil, pequeña e insegura", dijo Yulimar, en su cuenta
en Instagram.
"Sin embargo, en medio de la oscuridad, aprendí a encontrar luz. Aprendí a valorar cada paso como un regalo, cada avance como una victoria, cada señal de esperanza como un motivo para seguir. Esta experiencia me enseñó paciencia, me enseñó a confiar y a reconocer que los tiempos de Dios son perfectos, aunque a veces no los entendamos. Sobre todo, me enseñó que un sueño verdadero jamás se rinde, porque vive en lo más profundo del corazón", confesó.
Hoy, con orgullo y gratitud, puedo decir que ese sueño de regresar con una medalla se hizo realidad", apuntó.
"Gracias a Dios que nunca me soltó de la mano. Hoy confirmo que los sueños no mueren con las caídas, se forjan en ellas. Hemos vuelto… y seguimos soñando más alto que nunca", concluyó.
Con información de EFE. Imagen de archivo.