Jim Cason y David Brooks,
corresponsales*
Washington y Nueva York. El presidente Donald Trump convirtió la celebración
del 250 aniversario del ejército de Estados Unidos en una fiesta de cumpleaños
para sí mismo con un desfile militar que incluye unos 6 mil soldados marchando,
tanques, armas grandes, helicópteros y aviones y, por supuesto, bandas
militares, que ocuparon el centro de la capital.
Trompetas del ejército tocaron un saludo al comandante en
jefe mientras armas militares dispararon al llegar Trump a su podio de honor
acompañado de su esposa para observar el desfile. Con el público coreando “USA,
USA”, Trump levantó su puño, con su gabinete sentado con la tribuna bajo un
techo que los protegió de la lluvia, y con dos tanques de 60 toneladas
estacionados a sus lados. Un anunciador identificaba las diferentes unidades
que desfilaban.
La lluvia incesante seguramente redujo el tamaño del público que se esperaba a menos de 10 mil en el parque central de la capital conocido como el Mall. Pero Trump rehusó registrar lo que seguramente esperaba, una participación mucho más grande. Al concluir el desfile, el vicepresidente JD Vance tomo el podio para ofrecer un saludo al ejército antes de voltearse para decirle a su jefe, “feliz cumpleaños Sr. Presidente”. Vale recordar que una y otra vez se insistió que este evento era para el ejército y no un regalo al mandatario.
Trump inició su discurso declarando que el ejército “es la
fuerza de lucha más grandiosa y feroz que jamás pasó por la faz de la Tierra”.
Agregó que el ejército “ha metido sus bayonetas al corazón de imperios
siniestros, aplastado las ambiciones de tiranos malévolos, debajo de las
huellas de tanques estadunidenses ha hecho tanto en regresar al diablo mismo a
una retirada plena. Una y otra vez, los enemigos estadunidenses han aprendido
que si amenazas a este país, tu derrota será asegurada y tu caída será completa”.
Con ello, se escuchó a los asistentes cantarle Happy
Birthday al comandante en jefe de la fuerza más letal del planeta, y
el festejado pidió que Dios bendiga a Estados Unidos.
Al arranque del programa, soldados paracaidistas que se
echaron de aviones y cayeron sobre el Mall y uno de ellos corrió a la tribuna
para entregar una bandera estadunidense al mandatario. Procedió un espectáculo
poco usual -desfiles militares no son una rutina en este país– continuó con
soldados en uniformes y equipo históricos para recordar los 250 años del
ejército.
Este presidente ha buscado privatizar grandes partes del
sector publico, este evento no fue excepción. El anunciante describiendo los
contingentes del desfile interrumpió su comentario repetidamente para declarar
que “agradecemos especialmente a nuestro patrocinador Lockheed Martin”, y
después otras de las empresas contratistas privadas que fabrican las armas que
se exhibían en el desfile.
El desfile y otras partes del espectáculo militar de hoy
destacó por el despliegue todo tipo de armamentos, incluyendo helicópteros de
ataque, tanques, bazucas, drones, perros robóticos y diferentes tipos de armas
computarizadas. Mucho de este equipo fue mostrado sobre el Mall a lo largo del
día antes del desfile, algo que el ejército usó como un esfuerzo de
reclutamiento que incluyó regalitos, fotos con soldados e invitaciones a
inspeccionar las armas.
Caminando durante jornada por esta zona, La Jornada observó
entre otras escenas un niño de 10 años de edad cargando una arma antitanque,
dos adolescentes probando rifles semi-automáticos y cientos de niños subiendo a
helicópteros Apache de ataque y vehículos militares blindados o sentándose en
los obuses de 155 milímetros.
No hubo referencias a la nueva misión de fuerzas millares en
arrestar y deportar migrantes. Pero era notable de que los apellidos de los
soldados alrededor de los obuses -Diaz, Gonzalez, Martínez, Delfina - sugieren
que ellos mismos podrían ser inmigrantes o hijos y nietos de inmigrantes.
Nadie se atrevió a recordar que el comandante en jefe
encabezando este espectáculo militar evadió su propio servicio militar
obligatorio, usando una justificación de una condición médica que muchos otros
de sus contemporáneos no lograron obtener.
*Tomado de La Jornada / México. Imagen: AP.