Por Máximo Blanco * / Opinión
He estado toda mi vida entre la política. En su
actividad he cometido errores, pero de los mismos algo aprendí. Superé el
fanatismo juvenil. Logré enterrar el sectarismo, y ello me ayudó a ser
demócrata; lo cual, significa, entre otros factores, ser tolerante en el debate
de las ideas. Hoy no descalificó a nadie, porque discrepe sobre mis
opiniones.
La vida y las lecturas moldearon mi conducta.
Las felicitaciones que en carta ofreciera, Simón Bolívar, a José Antonio Páez y
a otros líderes independentistas, cuando estos ,después de la muerte de Boves,
lograron incorporar en sus filas, a los super alacranes que seguían a este
realista, fue una lección que me educó sobre la importancia de mantener los
brazos abiertos para la unidad y el encuentro en el accionar político.
Por ello, hoy, siento pena ajena, cuando observo el pésimo debate que se efectúa en el seno de la oposición venezolana.
La elaboración de la estrategia
"correcta" para que ocurra el cambio político no se alcanza
expulsando y calificando de traidores a quienes no compartan nuestras
propuestas. El método a seguir, entre los que soñamos por el progreso, debe
ser: mostrar las equivocaciones y persuadir con civismo, para obtener rectificaciones
de nuestros amigos del campo opositor, porque siempre la unidad será
indispensable para la Victoria.
Las estrategias y las tácticas en políticas son cambiantes.
Anclarse en el pasado es bajarse del autobús de la política, y no atender sus
desarrollos. Quedarse en una parada, como ocurre hoy con un importante sector
de la oposición, a pedirle al CNE que publique unos resultados, que nunca
publicará y a solicitarle a Trump una invasión, que no realizará, significa,
por decir lo menos, desconectarse de los procesos políticos , que siguen su
curso, y además abandonar a los venezolanos que en la calle continúan, a
diario, confrontando múltiples dificultades.
No comprender que el gobierno realiza ventajismo
y comete atropellos, para que quienes le adversamos no vayamos a votar este domingo,
con el fin de quedarse con la mayor cantidad de gobernaciones y poderes
parlamentarios, significa falta de visión política, al no entender que lo
correcto es ubicarse en una línea distinta a la del gobierno.
Pero, gastar dólares y esfuerzos, que bien
deberían ser usados para debilitar al gobierno, en una campaña de agresiones y
descalificaciones contra lideres de la oposición, simplemente, porque están
participando en este proceso electoral, y no les acompañen en su ruta
estratégica de invasiones y golpes de estado, como vía para lograr el poder, es
un comportamiento similar al que utiliza la cúpula del chavismo para acallar
las críticas de sus aliados.
Sin embargo, lo más lastimoso y penoso en
política es solicitarle a los demás que hagan lo que los dirigentes, por miedo,
no somos capaces de realizar.
Por ello, cuando estamos en la recta
final de un hecho político que se realizará este 25 de mayo, y mientras el
campo de batalla esté ubicado en las redes sociales, quienes creemos en la ruta
pacífica no nos queda más nada que seguir disputándole el poder a los rojos en
los sindicatos, gremios, asociaciones y en las instituciones del estado, para
debilitarlos. Eventos en los que hay que usar el arma del voto. Así que, este
domingo acudiré, como siempre, al centro de votación a protestar efectivamente
contra el gobierno, a través de la poderosa del voto.
*Profesor universitario. Dirigente político en el estado Guárico.