Tras el primer concierto en Madrid de su gira de despedida,
recordamos las palabras de Joaquín Sabina sobre lo definitivo, y real, de su
adiós.
No todo va a ser Bad
Bunny y su maratón de conciertos en la capital española. Como diría el
puertorriqueño, nosotros fuimos hasta Nuevayol para hablar
con una leyenda como Joaquín Sabina antes de que diese comienzo su gira de
despedida. Con el flaco hablamos de todo, de libros
y Neruda, de Bob
Dylan y Leonard Cohen, de Elon
Musk, del público
estadounidense comparado con el español e incluso de la
inteligencia artificial o de cómo
echa de menos a Javier Krahe cada día de su vida. Tras su primer concierto
en Madrid, nos ha entrado de nuevo la morriña por su adiós y hemos tenido que
volver sobre nuestros pasos para acabar de convencernos de que este es el adiós
definitivo.
Esto nos contestaba cuando le preguntábamos por los planes que tenía tras su retirada. Todo con la esperanza de que nos dijese que, aunque se deja de giras, va a seguir sacando discos o tocando, aunque sea, en conciertos de amigos, en teatros o en el bar de abajo de su casa.
Te voy a contar mis únicos planes profesionales. Tú sabes que
tengo un libro de cien sonetos con el que me sentí muy satisfecho y estoy
escribiendo otros cien. Llevo sesenta. Creo, y además me lo ha dicho gente que
sabe de esto, como Luis
García Montero, que son mejores que los anteriores. Eso y un disco del que
ya tengo cinco o seis canciones y que al final de la gira tendré siete u ocho.
Y nada más.
Sabina, en el concierto del 19 de mayo en el Movistar Arena
de Madrid.
Y no, Sabina es de esos pocos privilegiados que puede decir
adiós, y hasta nunca (o hasta siempre) sin arrepentirse, sin querer volver
atrás para cambiar cosas. No dudamos de que tenga pequeños arrepentimientos,
pero no cabe duda de que ha llegado a dónde quería, y más:
Sería un abuso por mi parte tener espinas clavadas cuando la
vida me ha dado cosas que ni siquiera me había atrevido a imaginar. No, no
tengo ninguna y creo que me retiro en el momento justo después de estas dos
giras tan disfrutonas y tan disfrutables, y de la expansión que ha tenido mi
lengua y con ella mis canciones por toda América.
Pero claro, cuesta admitir que un artista de este calibre
tome esta decisión. Los ejemplos de los que prefieren acabar sus días sobre el
escenario, sea como sea, abundan. Pero hay que respetar esa decisión, y ese
derecho de Sabina. Y no, como él nos aseguró, no es por falta de ganas.
No por falta de ganas, sino por ganas de estar en mi casa y
porque creo que ya no le debo nada a nadie, ni siquiera a mí mismo. Yo no tengo
esa cosa terrible de tener que cantar todos los días: cuando no canto estoy
bien. Así que no me preocupa lo más mínimo. Quiero hacer mi libro de sonetos,
un disco, y quiero estar en casa, pintando y escribiendo. Yo creo que dejo
una colección de 25 canciones que me van a sobrevivir y no me veo
obligado a dar más en público.
Tomado de ESQUIRE / Imagen: César Balcázar.