BBC / Por Gerardo Lissardy
Lo que sigue es una síntesis
del diálogo telefónico con Stanley, quien nació hace 55 años de una pareja de
inmigrantes europeos (su abuela huyó de la Alemania nazi con su padre en 1939)
y cuyo último libro se titula *"Borrar la historia: cómo los fascistas
reescriben el pasado para controlar el futuro"
¿Por qué dejas tu país de origen,
los Estados Unidos de América?
La razón principal es el clima
político, tanto para mi profesión de académico como para mis hijos, que son
negros y judíos.
Creo que a los judíos
estadounidenses los están convirtiendo en el centro de la política aquí y eso
es muy peligroso. Es como que están siendo utilizados por la administración
Trump para atacar instituciones democráticas como las universidades. Y que a la
gente judía nos usen como una especie de mazo para el fascismo me resulta muy
perturbador para nuestro futuro como país, porque emplean el estereotipo de que
controlamos las instituciones, y eso sólo va a crear antisemitismo.
Además, mis dos hijos son negros
y su identidad está siendo borrada, atacada y minimizada.
Probablemente no iba a marcharme,
pero una vez que Columbia cedió (ante Trump), empecé a pensar que las
instituciones académicas no están viendo la naturaleza existencial de este
momento ni reconociendo que es una guerra mucho más grande de lo que advierten.
¿Te refieres a la decisión de la Universidad de Columbia de aceptar ciertas exigencias del gobierno de Trump para mantener financiamiento federal?, ¿Qué te alarmó exactamente en este caso?
Es el peor ataque a la libertad
de expresión en mi vida, peor que el Macartismo. Intervinieron un departamento
académico porque el gobierno federal no estaba de acuerdo con su ideología.
Las personas ajenas al mundo
académico no entienden lo dramático que es esto. Intervenir un departamento
académico por motivos ideológicos es algo completamente nuevo.
Académicos y estudiantes de la
Universidad de Columbia protestan contra las concesiones de esa casa de
estudios al gobierno de Trump.
Columbia ya había obligado a
jubilarse anticipadamente a Katherine Franke, una importante directora de un
centro de su facultad de derecho, por comentarios que hizo.
Yo he criticado las acciones de
Israel en Gaza y no soy antisionista. Estuve a favor de un cese el fuego muy
temprano. Me preocupa mucho que se produzcan acciones genocidas en Gaza. Y esto
me pone en la categoría de... ya sabes, es la excusa que están utilizando:
gente crítica con las acciones de Israel, con la guerra.
He trabajado con los estudiantes
judíos progresistas en mi propio campus. Pero el gobierno usa cínicamente la
acusación de antisemitismo contra los izquierdistas, hasta el punto de que
Columbia obligó a jubilarse a uno de sus profesores más distinguidos. Entonces,
¿quién dice que esto no se extenderá?
Ya sabes cómo funciona el
fascismo. Están haciendo de Columbia un ejemplo, pero la administración de
Columbia cedió de inmediato.
La presidenta de la Universidad
de Columbia dimitió tras aceptar las exigencias del gobierno de Trump. ¿Cambia
esto en algo tu posición?
Por supuesto que no, porque
nombraron a una integrante del consejo directivo como presidenta interina. ¿Qué
tiene que ver un miembro del consejo directivo con esto? Es aún más
inquietante.
No está claro por qué dimitió la
presidenta. Pero cuando el fascismo amenaza hay muchas ilusiones, muchos dicen
que no es tan malo.
Al principio pensamos que la
presidenta de Columbia dimitió por la presión del profesorado. Cuando
intervinieron el departamento de Medio Oriente decían que quizás quien lo
dirija deje al profesorado seguir tomando sus propias decisiones, que tal vez
era algo apenas simbólico.
Katrina Armstrong (la entonces
presidenta de la universidad) aparentemente dijo en una reunión de facultad que
no habría un gran cambio. Parece que la Casa Blanca se enteró y fue como que sí
tiene que haber gran cambio, así que debía renunciar. Es algo aterrador, porque
significa que están prestando atención de verdad.
El presidente Trump, su gobierno
y sus partidarios sostienen que durante las protestas universitarias contra la
guerra en Gaza, Columbia permitió comportamientos antisemitas y reprimió el
discurso académico. ¿Cómo analizas esto?
Bueno, yo estoy en Yale y no
presencié las protestas de Columbia. Es probable que hubiera al menos tanto
antipalestinismo como antisemitismo en ese campus. ¿Y qué experimentaron los
estudiantes palestinos o árabes? A todos les llaman antisemitas. La situación
para los estudiantes árabes en el campus era igual de dura.
Y había muchos estudiantes judíos
en los campamentos. Pero su existencia se borró por completo. Los medios
tardaron meses en notar que había muchos estudiantes y profesores judíos como
yo protestando contra Israel.
La gente hizo una distinción
entre judíos buenos y malos. Los judíos buenos eran los que apoyaban las
acciones de Israel en Gaza, y los malos eran los que protestaban. Es antisemita
hacer distinciones entre judíos buenos y malos.
Muchos judíos estadounidenses,
los que son jóvenes en especial, estábamos tan horrorizados por las acciones de
Israel como cualquier persona. Y borrarnos del movimiento progresista nacional,
del movimiento contra la guerra, diciendo que los judíos que participaron en
las protestas no eran judíos es la peor forma de antisemitismo.
Eres experto en fascismo. ¿Puedes
explicar el riesgo que ves de que EE.UU. se convierta en una "dictadura
fascista", como has advertido al anunciar tu decisión en el Daily Nous, un
sitio web sobre la profesión filosófica?
Bueno, las instituciones
democráticas serán atacadas. Ya se ha roto el Estado de derecho. Están
deteniendo a estudiantes... Creo que ya somos un régimen fascista.
¿Por qué lo dices?
Porque lo somos, porque ya no
tenemos Estado de derecho.
Estoy aburrido de discutir eso.
Si no puedes verlo... El presidente y Elon Musk están haciendo lo que quieren.
Los tribunales son un desastre... No somos la Alemania nazi, pero vamos camino
de algo muy malo.
No puedo hablar de cosas obvias.
En esto no se necesitan expertos. ¿Por qué se precisa un experto para decir que
el Estado de derecho se ha roto? Están atacando a los medios, a los tribunales
y a las universidades. Mike Johnson (el congresista republicano que preside la
Cámara de Representantes) dijo explícitamente: vamos a disolver los tribunales
si no están de acuerdo con nosotros.
Hay un millón de razones. Están
deteniendo a estudiantes en la calle por escribir artículos de opinión, y están
diciendo que nadie que no sea ciudadano estadounidense ahora mismo puede hablar
de política porque pueden quitarle el visado de inmediato. ¿Por qué habrían de
detenerse con los que no son ciudadanos estadounidenses?
Trump ha sido muy claro sobre sus
puntos de vista y sus objetivos desde antes de ser elegido, y aun así ganó el
voto popular en noviembre. ¿Dirías entonces que gran parte de la sociedad
estadounidense simpatiza con el fascismo?
Sí. En todos los países el 30% de
la gente quiere fascismo. La Europa de la posguerra es muy consciente de que
las democracias pueden votar para socavarse a sí mismas.
Stanley analiza los ataques de la
derecha autoritaria a la educación.
Este es el problema más antiguo
de la filosofía política democrática. Se remonta a Platón: que en las
democracias se presente un demagogo aterrorizando al pueblo acerca de un
enemigo interno y un enemigo externo, y cuando tome el poder... Mira a Putin: ¿por
qué más del 80% de los rusos apoyan a Putin en encuestas independientes.
Pero también se trata de las
instituciones, ¿no? Estás sugiriendo que perdiste la confianza en la capacidad
de las instituciones que han impedido hasta ahora una dictadura en EE.UU. para
puedan hacerlo...
Creo que tenemos una dictadura.
Afirman que son una dictadura. Dicen que tienen los poderes de una dictadura. Y
no creo que las instituciones les estén demostrando que están equivocados.
Ciertamente Trump actúa como un
dictador y dice que es un dictador. Y su partido vota 100% con él. Actúan como
en un sistema unipartidista, sin oposición, como el partido de un dictador. Y
se supone que las instituciones deben decir: "No, usted no es un
dictador". Pero eso no está ocurriendo.
Trump dice que es un rey, que es
la autoridad absoluta. El 100% de su partido está con él. Se parece a China o a
cualquier país autoritario, y las instituciones no lo detienen. ¿Que a la gente
le gusta ese tipo de cosas? Claro que sí.
Eres profesor de filosofía, que
en cierto modo consiste en plantear preguntas. ¿Cuál dirías que es la principal
pregunta filosófica que enfrentan los estadounidenses en este momento?
La principal pregunta filosófica
es una antigua, la cuestión de la ideología: ¿por qué hay tanta gente dispuesta
a sufrir?
Muchos partidarios de Trump
sufren terriblemente bajo estas políticas para darle dinero a los
multimillonarios. Es una vieja pregunta que también surgió con la monarquía:
¿por qué había tanta gente dispuesta a morir para que un rey pudiera
vanagloriarse? ¿Por qué hay tantos estadounidenses dispuestos a sacrificar su
bienestar material para que Elon Musk se vuelva más rico?
Imagen: Robin Dembroff