El expresidente uruguayo, el
expresidente uruguayo que lideró un gobierno progresista y reconocido por su
estilo de vida austero, enfrenta su última lucha contra un cáncer de esófago
diagnosticado en mayo de 2024. Este 9 de enero, el exmandatario de 89 años
expresó su deseo de descansar en el jardín de su hogar junto a su perra
Manuela, por lo que pidió que lo dejen “morir tranquilo”.
José 'Pepe'
Mujica, ícono de la izquierda latinoamericana, se despide tras señalar que ha
perdido la lucha contra el cáncer. En una sorpresiva declaración este jueves 9
de enero, el expresidente uruguayo señaló que su ciclo ha terminado, debido a
que la enfermedad terminal se expandió del esófago al hígado.
“Me estoy muriendo y el guerrero tiene derecho a su descanso”. Con esta frase en la que sería su última entrevista a los medios de comunicación, el expresidente subrayó la situación de salud por la que atraviesa, motivo por el que aseguró que se alejará del foco público para "morir en paz".
Me quiero
despedir (...) Se terminó mi ciclo hace rato
En
declaraciones al diario local 'La Búsqueda', Mujica sostuvo que no desea
seguir con el tratamiento para combatir el cáncer, debido a su avanzada edad.
Destacó que tiene dos enfermedades crónicas y su cuerpo “ya no aguanta más”.
“No lo paro
con nada (...) Ya colonizó el hígado", afirmó, en referencia al
cáncer.
Mujica informa que el cáncer se expandió por su
cuerpo; “hasta acá llegué”, dice, y se despide de sus “compatriotas”.
“Me quiero
despedir de mis compañeros y de mis compatriotas, lo que pido es que me dejen
tranquilo, que no me acosen con entrevistas al pedo y nada más. Se terminó mi
ciclo hace rato. Sinceramente, me estoy muriendo”, reiteró en un tono resignado.
Con un
discurso de aceptación de esta “nueva fase” en la que entra, Mujica también
comentó que está dejando “todo preparado” para ser enterrado en el pequeño
terreno en que ha vivido durante décadas, incluso cuando fue presidente de
Uruguay entre 2010 y 2015.
El hombre
que lideró un destacado gobierno progresista de Uruguay, con medidas pioneras
entre varios países de Latinoamérica, como la legalización de la marihuana para
uso recreativo, el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, señaló
que espera el momento de descansar. “Siempre me ha gustado la tierra”,
resaltó y explicó que también está “acomodando las cosas para los que van a
quedar” a vivir ahí.
Un
diagnóstico que cambó su rutina
Todo
comenzó en abril de 2024, cuando Mujica, de 88 años en ese momento, consultó a
su médica de cabecera, Raquel Pannone, por molestias en el tubo
digestivo.
Tras una
endoscopía digestiva, se detectó un tumor maligno en el esófago inferior.
Debido a su avanzada edad y a condiciones de salud preexistentes, como una
vasculitis inmunológica y una insuficiencia renal, se descartaron tratamientos
como la quimioterapia y la cirugía. La radioterapia fue la única opción viable.
En mayo,
Mujica comenzó sesiones diarias de radioterapia, logrando culminarlas en junio
sin mayores complicaciones.
Su
fortaleza física y anímica sorprendió incluso a los especialistas, quienes
destacaron su capacidad de resiliencia pese a las limitaciones impuestas por su
edad y sus comorbilidades. Sin embargo, las secuelas del tratamiento comenzaron
a manifestarse en los meses posteriores.
En agosto
de 2024, Mujica confesó en una entrevista con 'The New York Times' que el
tratamiento lo había dejado "deshecho".
Para
septiembre, su salud se debilitó significativamente, llevándolo a ser internado
en el sanatorio Casmu. Allí se le realizó una gastrostomía para garantizar su
nutrición mediante una sonda gástrica, debido a la fibrosis desarrollada en su
esófago.
En
diciembre, tras nuevas complicaciones, se le colocó un ‘stent’ en el esófago
para facilitar la ingesta de alimentos. Aunque estos procedimientos le
permitieron mejorar parcialmente su calidad de vida, Mujica reconoció que
estaba "perdiendo la vida" y que el cáncer había comenzado a
expandirse a otros órganos, como el hígado.
Mujica y su
figura internacional
A pesar de
su estado de salud, Mujica no ha abandonado por completo la esfera pública. En
diciembre de 2024, recibió en su domicilio a los presidentes Luiz Inácio Lula
da Silva, de Brasil, y Gustavo Petro, de Colombia.
Ambos
mandatarios lo condecoraron con las principales distinciones de sus respectivos
países, reconociendo su legado y contribución a la democracia y los derechos
humanos.
Este mismo
jueves 9 de enero, el presidente colombiano despidió a ‘Pepe’, a quien llamó
“hermano”.
"Adiós
hermano Pepe y hasta la victoria siempre. Ojalá nuestra América del Sur tenga
un nombre: la Amazonía y ojalá América Latina tenga un himno en su unidad, como
es tu sueño. Los oficiales de Bolívar te saludan", escribió
Petro en su cuenta de X.
Durante los
últimos meses, también se mantuvo activo en la campaña presidencial que llevó
al triunfo a Yamandú Orsi, su "delfín" político del Frente
Amplio.
La victoria
de Orsi consolidó la continuidad de la izquierda en Uruguay, un sueño por el
que Mujica trabajó incansablemente hasta el final.
El
expresidente uruguayo enfrentó su diagnóstico con la misma valentía que marcó
su vida como guerrillero, prisionero político, presidente y referente
internacional.
Su mensaje
de solidaridad, humildad y compromiso social continúa resonando más allá de las
fronteras de Uruguay y su nombre sigue siendo referente para la izquierda de la
región, aunque él mismo reconoce que su "ciclo ya se terminó", su
impacto perdurará en la memoria colectiva de América Latina y del mundo.
Texto tomado de France 24.