Ismael Garcia Delgado / Editor Jr*
Parmesano,
mozzarella, gouda o camembert. Quesos tradicionalmente originarios de Francia e
Italia fueron elogiados durante una feria en Moscú. Pero no se trató de un
evento donde circularon manjares
traídos del extranjero, sino que lo peculiar es que la misma población rusa
"afinó este arte". Y todo gracias a la geopolítica.
Tal como
cuenta la crónica de EFE,
durante el festival se exhibió una amplia variedad de quesos que, para mercados
alrededor del mundo, pueden asociarse con granjas italianas y francesas. Sin
embargo, en Moscú ya son considerados productos locales. Todos los maestros
queseros eran originarios de regiones rusas como Krasnodar, Briansk y Vorónezh.
Para ejemplo de este auge, se encuentra Alexandr Mólotov. Durante dicha feria, explicó a EFE que su granja cuenta con cerca de dos siglos de historia. No obstante, fue hasta hace una década que apostó por la producción de quesos.
"Decidimos
aprender a hacerlos y nos están saliendo bastante bien" cuenta
Mijaíl, representante de otra fábrica de lácteos en Dzhankói. Según relata,
durante los últimos años la industria rusa incursionó en la elaboración de
variedades como burrata, mozzarella y camembert.
Ahora
bien, ¿qué tiene que ver la diplomacia? Como si fuera un efecto
dominó, todo se desencadenó diez años atrás con la anexión
ilegal de Crimea y Sebastopol por la Federación de Rusia. El
resultado: una serie de sanciones incluida la importación de
alimentos.
Provenientes
de países como Estados Unidos, la UE, Australia, Canadá y Noruega, se detuvo la
entrada de carnes, frutas, verduras y claro, el queso. A pesar de los
distintos análisis sobre
cómo estas medidas han afectado al sector de la fruta y el porcino, los locales
lo ven con "buenos ojos".
Por su
parte, Majaíl apunta que tras los vetos de 2014, los productores rusos
comenzaron a "buscar soluciones" que fomentaron el
desarrollo y crecimiento para las fábricas.
"Resultó
que ciertos tipos de quesos, como el camembert, burrata o mozarella, dejaron de
suministrarse al país y muchos productores locales, incluidos nosotros,
decidimos aprender a hacerlos".
Y no son
los únicos. En una entrevista realizada
por Radio Free Europe en 2018, Sergei Chernych, dueño de una
fábrica de quesos en Mari El, afirmó que "las sanciones los han
ayudado".
En 2015,
ante el nuevo panorama geopolítico, decidió orientar su producción hacia
variedades europeas como la mozzarella, el emmental y el parmesano. Hace
seis años, realizaron 30 variedades de quesos y productos lácteos, mientras que
tuvieron un registro récord de producción.
Si de
números hablamos, la fiebre suscitada por los bloqueos ha generado un aumento
en las cifras de ganadería y agricultura rusa. Según las estadísticas de
Rosstat recopiladas por US News, en 2016 las empresas incrementaron
su producción en diversos sectores alimentarios: 30.6% más en carne de cerdo,
11.9% carne de aves, 31.6% verduras congeladas, 5.8% de leche y un 20.2% más de
queso.
*Comunicólogo y Periodista por la
UNAM. Redactor, locutor, guionista y creador de contenido. Apasionado por la
música ochentera, el cine de acción/sci-fi, series dramáticas y la literatura
hispana. Fiel defensor del séptimo arte mexicano.
Tomado de XALAKA / México. Titular
modificado por Entre Todos D.