El reconocido periodista da cuenta de hasta siete
conversaciones que el expresidente estadounidense mantuvo con el líder ruso,
incluso después de la invasión a Ucrania
Peter Baker / THE NEW YORK TIMES
WASHINGTON.- El expresidente Donald Trump mantuvo
conversaciones en secreto con el presidente ruso Vladimir Putin hasta en siete
ocasiones desde que dejó el cargo, incluso mientras presionaba a los
republicanos para bloquear la ayuda militar a Ucrania en
su lucha contra los invasores rusos, según un nuevo libro del periodista Bob
Woodward.
El libro, titulado War (Guerra) y que se publicará la próxima semana, describe una escena a principios de 2024 en Mar-a-Lago, la finca de Trump en Florida, cuando el expresidente ordenó a un asistente salir de su oficina para poder realizar una llamada telefónica con el presidente Putin. El asistente, cuya identidad no se revela, dijo que los dos podrían haber hablado otras seis veces desde que Trump dejó la Casa Blanca.
El libro también informa que
el candidato republicano, mientras aún estaba en el cargo a principios de
la pandemia de Covid-19 en 2020, envió en secreto a
Putin lo que en ese momento eran raros tests del virus para uso personal del
mandatario ruso.
Putin, descrito como
particularmente preocupado por infectarse en ese momento, instó a Trump a no
revelar públicamente el gesto, ya que podría dañarlo
políticamente. “No quiero que se lo digas a nadie porque la gente se
enojará contigo, no conmigo”, le habría dicho el presidente ruso a su
homólogo estadounidense.
Las revelaciones
plantean nuevas preguntas sobre la relación de Trump con Putin, a
pocas semanas de una elección que determinará si el expresidente
recuperará la Casa Blanca. El New York Times obtuvo una copia
del libro. The Washington Post, donde Woodward trabajó por más
de medio siglo, y CNN, donde aparece con frecuencia como comentarista, también
informaron sobre el libro el martes.
La campaña de Trump desestimó el
libro de Woodward atacando al autor con insultos personales típicos -“un total
sinvergüenza”, “lento, letárgico, incompetente y, en general, una persona
aburrida sin personalidad”- sin abordar ninguno de los detalles específicos
reportados en él.
“Ninguna de estas historias
inventadas por Bob Woodward es cierta y son obra de un hombre
verdaderamente demente y perturbado que sufre de un caso debilitante
del Síndrome de Trastorno por Trump”, dijo Steven Cheung, director de
comunicaciones de la campaña, en un comunicado. Cheung afirmó que Trump no dio
permiso a Woodward para mencionarlo en el libro y señaló que el ex
presidente ya demandó al autor por un libro anterior.
El comunicado difundido no expresa
explícitamente si Trump habló con Putin desde que dejó el cargo, pero
la afinidad frecuentemente expresada del expresidente por el líder del
Kremlin desconcertó durante mucho tiempo incluso a sus propios
representados, lo que provocó investigaciones y preocupó a especialistas
republicanos en seguridad nacional.
Las agencias de
inteligencia de Estados Unidos concluyeron que Putin ordenó al
gobierno ruso intervenir en las elecciones de 2016 para ayudar a Trump a
vencer a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, una conclusión que e Trump
rechazó, sugiriendo que creía en la negación de Putin. Aunque el fiscal especial
Robert S. Mueller III no encontró una conspiración criminal que pudiera
probarse en los tribunales, documentó un número inusual de
contactos entre Rusia y personas del círculo de Trump durante esa campaña.
Donald Trump elogió a Vladimir Putin
como un “genio” cuando inició la invasión a gran escala de Ucrania en 2022 y
desde entonces se ha negado a decir que quiere que Ucrania gane la guerra
contra Rusia. Criticó la ayuda estadounidense a Ucrania y ha presionado a
los republicanos en el Congreso para que no aprueben más asistencia. También ha
presumido que, si gana, negociará el fin de la guerra en Ucrania en un plazo de
24 horas y lo hará incluso antes de la investidura.
El republicano no explicó cómo lo
haría, pero los posibles términos descritos el mes pasado por su compañero de
fórmula, el senador JD Vance de Ohio, sonaban mucho a lo que Putin desearía.
Vance dijo que Rusia podría quedarse con el territorio ucraniano que
ha tomado por la fuerza, en violación del derecho internacional, y recibir
una “garantía de neutralidad” por parte de Ucrania, lo que le
impediría unirse a la OTAN.
El libro de Woodward no informa
sobre lo que Trump y Putin discutieron en la llamada a principios de 2024, ni
ofrece detalles sobre las llamadas adicionales mencionadas por el asistente de
Trump. Cita a Jason Miller, un alto asesor de campaña de Trump, diciendo que no
había “escuchado que estuvieran hablando, por lo que cuestionaría eso”. Pero
también dijo estar “seguro de que sabrían cómo ponerse en contacto el uno con
el otro” si quisieran hablar.
De vez en cuando,
los expresidentes se reúnen con homólogos extranjeros después de
dejar el cargo. De hecho, Trump recibió al primer ministro Benjamin Netanyahu
de Israel, al primer ministro Viktor Orbán de Hungría y a otros en Mar-a-Lago.
Pero esas reuniones eran de conocimiento público y Trump posó para
fotos con sus invitados.
Sería muy inusual que un
expresidente hablara en privado con un adversario principal de Estados
Unidos como Putin sin consultarlo con la administración actual,
especialmente en un momento en que Estados Unidos y Rusia están en lados
opuestos de una guerra en Europa. El presidente Biden no mantiene
conversaciones con Putin desde la invasión de Ucrania.
Tomado de La Nación / Argentina. Imagen de archivo.