El resultado de la primera vuelta
de las elecciones municipales de Brasil confirmó el escenario perfilado en las
principales encuestas desde hace semanas: la derecha y centroderecha
avanzan y, al mismo tiempo, disminuye la polarización que marcó las elecciones
presidenciales de 2022. Además, queda reforzada la tendencia a favor de la
continuidad en la política. Los alcaldes mejor valorados, que contaban con el
apoyo del oficialismo, consiguieron la victoria en la primera vuelta, mientras
que aquellos con una aprobación media tendrán que enfrentar la segunda
vuelta.
Por Valeria Saccone
Las elecciones municipales de Brasil del
domingo 6 de octubre revelaron un escenario nacional de menor polarización y de
apoyo a la continuidad. Y un claro ejemplo de ambos fenómenos es el caso
de São
Paulo, la capital económica de Brasil.
El alcalde de São Paulo,
Ricardo Nunes, respaldado por el exmandatario ultraderechista Jair
Bolsonaro, buscará la reelección en segunda vuelta contra el diputado
Guilherme Boulos, candidato apoyado por el presidente brasileño, Luiz
Inácio Lula da Silva.
Nunes, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), irá a la segunda vuelta, en gran medida gracias al apoyo del aparato municipal y de su padrino político, el gobernador Tarcísio de Freitas.
Tarcísio, como es llamado en los
medios de comunicación brasileños, cuenta con el aval de un sector
significativo de los bolsonaristas para ser el próximo candidato de derechas a
la Presidencia del gigante latinoamericano, dada la inhabilitación
política de Jair Bolsonaro.
En las últimas semanas, este
gobernador realizó una campaña moderada y se distanció de la polarización, lo
que podría ser un indicio de un nuevo discurso político para 2026.
Una campaña de mentiras en São
Paulo
El resultado del domingo tiene
lugar después de la campaña electoral más turbulenta y polémica de los últimos
años a causa del influenciador Pablo
Marçal, del Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB).
Marçal pasó toda la campaña
atacando y vilipendiando a todos sus adversarios e incluso recibió un sillazo
del presentador televisivo y candidato a la Alcaldía Jose Luiz Datena.
Dos días antes de los comicios, el
influenciador publicó en sus redes
sociales una receta médica en la que se detallaba la supuesta
derivación del aspirante Boulos a una emergencia psiquiátrica en 2021. El mismo
documento indicaba que el candidato de la izquierda habría dado positivo
por cocaína. Horas
después, una pericia oficial demostró que el documento era falso. La firma del
médico había sido falsificada, algo confirmado por la hija del mismo
profesional sanitario, y el nombre de la clínica era incorrecto.
Boulos pidió la detención de Marçal
y el episodio generó un gran debate sobre el uso de mentiras en las campañas
electorales. No obstante, el influencer quedó a una distancia mínima de los dos
candidatos finalistas, con el 28,14% de los votos, y se consolidó como uno de
los grandes fenómenos de estas elecciones.
El hecho de que Pablo
Marçal haya quedado fuera de la segunda vuelta es un alivio para la
democracia, según analistas, pero también para el Tribunal Electoral. Pero, su
amplio respaldo es una advertencia de que São Paulo casi
avaló una candidatura que actualizó al bolsonarismo más radical, utilizando la
mentira como método y la agresión como camino.
Los tribunales no tenían otra
opción que revocar su candidatura o su mandato, en caso de ser elegido, después
de que intentara manipular las elecciones publicando un informe falso que
vinculaba a Guilherme Boulos con el consumo de cocaína.
Como la decisión judicial
definitiva no se tomaría hasta después de la segunda vuelta, el riesgo de que
la revocación provocara nuevas manifestaciones violentas de la extrema derecha
era real. Debido a la "sabiduría" de una parte del electorado
paulista, fue excluido de las encuestas y quedó en tercer lugar”, según el
columnista Leonardo Sakamoto.
“Pero que nadie se deje engañar. El
tamaño de su voto muestra que el desafío es grande para fortalecer las
instituciones y consolidar la democracia en Brasil. Casi
un tercio de los votantes de la ciudad más grande del país apoya a una persona
que actuó de forma violenta, deshonesta e ilegal. En parte porque creen que
pueden ganar dinero con ello, en parte porque se enamoraron de las tonterías
del 'influencer', en parte porque piensan que es divertido, en parte porque
quieren que todo se eche a perder”, añade.
Golpes para derecha e izquierda en
las elecciones
En total, 52 ciudades tendrán una
segunda vuelta el próximo 27 de octubre. Entre ellas, destaca Belén de Pará,
donde en 2025 se celebrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (COP-30). Allí, el alcalde de izquierdas Edmilson Rodrigues,
del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), sufrió una derrota contundente. Era
la primera vez que una formación de izquierda gobernaba una capital desde 2012.
Ahora, esta ciudad amazónica tendrá
un balotaje entre dos candidatos de derecha: Igor Normando del Movimiento
Democrático Brasileño (MDB) y Éder Mauro, del Partido Liberal (PL), el mismo
de Jair
Bolsonaro.
Mientras, en Río
de Janeiro, el alcalde Eduardo Paes del Partido Social Democrático (PSD)
derrotó al bolsonarismo con el 60,47% de los votos y se consolida como uno de
los políticos más votados de Brasil con
su cuarto mandato.
Es un claro golpe para Jair
Bolsonaro, que durante años fue el diputado federal más votado de Río de
Janeiro y que hizo de esta ciudad turística su feudo electoral. Aun así su hijo Carlos
Bolsonaro fue el candidato a concejal más votado, con más de 130.000
preferencias. Su hijo menor Renan Bolsonaro también fue elegido concejal en
Balneário Camburiú, la ciudad del sur considerada la Dubái brasileña.
En Recife, la capital del estado
de Pernambuco,
el alcalde João Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB), ganó
ampliamente, con el 79,11% de los sufragios. Tildado de “alcalde TikTok” por
los bolsonaristas, João es hijo del exgobernador Eduardo Campos, quien murió en
un accidente aéreo en agosto de 2014, cuando era candidato a la Presidencia
de Brasil.
La oposición le critica a João
Campos el elevado gasto en publicidad institucional. Desde que asumió
la Alcaldía, el presupuesto destinado a la propaganda de su gestión saltó de
55,5 millones a 74 millones de reales (de 10 a 13,5 millones de dólares), un
aumento del 33%.
En tanto, Porto Alegre, que en mayo
pasado fue devastada por el mayor temporal de su historia, ha registrado la
mayor abstención del país y también va a tener que disputar la segunda vuelta.
Uno de cada tres electores prefirió no presentarse a las urnas.
El actual alcalde, Sebastiano Melo,
estuvo a un paso de la reelección, con el 49,72% de los votos válidos.
Curiosamente, Melo fue acusado de negacionismo y de causar con su inoperancia
el peor desastre ambiental en la capital del estado de Rio Grande do Sul.
En la Amazonía,
donde la derecha se ha consolidado, la fuerte sequía afectó a cerca de 120.000
electores.
El ascenso de indígenas y mujeres
Por otro lado, el Tribunal Superior
Electoral registró el mayor número de candidatos indígenas, que pasaron de 794
a 1.274, lo que equivale a un aumento del 60%. Nueve indígenas fueron elegidos alcaldes en todo Brasil, uno
más que en 2020. La ciudad con mayor proporción de indígenas de Brasil,
Uiramutã, en el estado de Roraima, reeligió al alcalde Tuxaua Benísio, de la
etnia macuxi. Benísio pertenece a la Red, el mismo partido de la ministra de
Medio Ambiente, Marina Silva.
En Brasil viven 1,7 millones de
indígenas, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística
(IBGE).
La representatividad de las mujeres
también ha mejorado respecto a 2020, cuando fueron elegidas 621 alcaldesas.
Ahora hay 842 mujeres en la alcaldía.
Violencia y compra de votos
Otra característica de estos comicios
locales ha sido el aumento de la violencia electoral.
El informe “Violencia Política y
Electoral en Brasil”, realizado por las organizaciones Terra de Direito y
Justiça Global, apunta una subida del 130%.
En Río
de Janeiro el vehículo en el que viajaba la concejala y candidata Tainá
de Paula fue acribillado a balazos la noche el 3 de octubre. Dado que el
vehículo era blindado, logró sobrevivir al ataque.
En São Paulo,
el automóvil de otra candidata al Ayuntamiento de la capital recibió 11
disparos . En la Baixada Fluminense, el área metropolitana de Río de
Janeiro, al menos ocho candidatos fueron asesinados y se registraron diversas
agresiones.
Durante la jornada electoral, las
fuerzas de seguridad registraron 6.828 denuncias de irregularidades y más de
400 intentos de compra de votos.
Precisamente en la Baixada
Fluminense hubo varias detenciones de personas que intentaban a pie de urna
inducir la votación de candidatos concretos a cambio de dinero. [La corresponsal
de France
24 en Río fue testigo de varios casos en la localidad de Belford
Roxo].
La presidenta del Tribunal Superior
Electoral, Carmen Lúcia, informó que la Policía Federal decomisó
más de 21 millones de reales (3,8 millones de dólares) destinados a la compra
de votos.
Ganadores y perdedores
Para la mayoría de analistas
políticos, uno de los grandes ganadores de estas elecciones es Gilberto Kassab
y el Partido Social Democrático (PSD), que obtuvo el mayor número de alcaldes y
derrotó al derechista MDB.
Kassab es un completo desconocido
en la arena internacional, pero un viejo zorro de la política brasileña y uno
de los personajes más influentes en São Paulo.
De hecho, en su discurso de victoria, el reelegido alcalde de Río
de Janeiro, Eduardo Paes, que pertenece al PSD, agradeció tanto al
presidente Lula como a Kassab.
El otro ganador es el llamado
Centrão, es decir, el grupo de partido de derecha y centroderecha que controla
el Congreso nacional.
Juntos, PSD y Centrão obtuvieron la mayoría de las alcaldías de Brasil.
Entre los grandes perdedores de
estas elecciones municipales cabe destacar el Partido de la Social Democracia Brasileña
(PSDB,) que ya ocupó dos veces la Presidencia del país y que, a pesar de tener
un historial de hegemonía sobre la política paulista, no consiguió elegir a
ningún concejal en São Paulo.
Tomado de France 24 / En la imagen combinada se muestra a los candidatos a la alcaldía de
Sao Paulo, el izquierdista Guilherme Boulos (izq.) y el actual alcalde de
centro-derecha Ricardo Nunes - REUTERS - Maira Elrich