El Ejército de Israel
confirmó este sábado 28 de septiembre que había asesinado a Hassan Nasrallah,
el líder del grupo chií libanés Hezbolá, como parte del fuego cruzado que mantienen
desde octubre del año pasado. Con la muerte de Nasrallah, surgen varias
preguntas: ¿quién lo sucederá?, ¿cómo impacta su fallecimiento a Hezbolá?,
¿cuál será la respuesta de sus aliados, incluido Irán? Las claves de la
situación, a continuación.
Es, de lejos, el golpe más duro para Hezbolá en
mucho tiempo. Israel confirmó este sábado 28 de septiembre la muerte de
Hassan Nasrallah, el líder del grupo chií libanés y quien fue hasta antes
de su muerte uno de los personajes más influyentes en el mundo árabe.
Nasrallah murió, según información del Ejército israelí, en
un poderoso ataque de sus fuerzas contra la sede del grupo islamista en los
suburbios al sur de la capital de Líbano, Beirut, el viernes 27 de
septiembre. Pero la confirmación de su fallecimiento se dio a conocer un día
después.
Para Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, el
asesinato de Nasrallah fue algo necesario para “cambiar el equilibrio
de poder en la región en los próximos años”.
Por su parte, Hezbolá afirmó en comunicado que seguirá su lucha contra Israel “en apoyo a Gaza y Palestina, y en defensa del Líbano y su pueblo firme y honorable”.
Desde el 8 de octubre, un día después de que el grupo
islamista palestino Hamás agrediera a Israel y este último respondiera
bombardeando masivamente la Franja de Gaza, Hezbolá y el Ejército israelí
iniciaron el fuego cruzado. El grupo chií atacó el territorio de Israel en
solidaridad con Hamás y la población palestina en el asediado
enclave.
Israel ha dicho que el objetivo de su campaña militar es
regresar a los habitantes del norte de su territorio a sus hogares, quienes han
tenido que abandonarlos debido a los misiles lanzados desde Líbano por
Hezbolá.
Pero la ofensiva por parte de Israel se ha intensificado
drásticamente en las últimas semanas, con ataques dirigidos hacia Beirut y
dejando sin vida a civiles y miembros de Hezbolá.
De acuerdo al Ministerio de Salud libanés, más de
1.000 personas han muerto en las últimas dos semanas y otras 6.000 han
resultado heridas como resultado del fuego israelí.
A su vez, según la Agencia de las Naciones Unidas para los
Refugiados (Acnur), más de 200.000 personas han sido desplazadas de sus
hogares en el Líbano a raíz del recrudecimiento de la violencia.
Así pues, sin duda la muerte de Nasrallah supone un drástico
cambio de panorama, no solo para Hezbolá sino para sus aliados, sus enemigos y
el futuro de Medio Oriente. A continuación, algunos puntos clave para entender
que puede ocurrir tras el asesinato de esta influyente figura árabe.
¿Quién sucederá a Hassan Nasrallah?
La pérdida de Nasrallah para Hezbolá deja a la agrupación en la
orfandad, luego de que este liderara por 32 años al “partido de dios”,
como se traduce del árabe el nombre del grupo chií libanés. El ahora difunto
líder sucedió en 1992 a Abbas Mousawi a la edad de 35 años, cuando este último
murió en un ataque con un helicóptero israelí.
Hoy por hoy, ¿quién sucederá a Nasrallah? No hay un personaje
previsible tan respetado y predominante como lo era Nasrallah, por lo que
llenar ese vacío no será una tarea fácil.
El grupo islamista libanés no ha dado ninguna señal sobre
quién podría ser su nuevo líder, pero muchos consideran como el
heredero de Nasrallah a Hasem Safieddine, el jefe del consejo ejecutivo de
Hezbolá.
Es primo de Nasrallah, con quien comparte cierto
parecido físico, y como él, lleva un turbante negro que simboliza su
ascendencia del profeta del islam, Mahoma. Dentro de sus labores actuales está
supervisar el ambiente político de Hezbolá, mientras que también hace parte del
Consejo Jihad, gestor de las operaciones militares de la agrupación.
Fue designado como terrorista por el Departamento de Estado
estadounidense en 2017, comparte la postura ideológica de su primo y su
alineamiento con la causa palestina. Recientemente dijo: que “(el enemigo) se
prepare para llorar y lamentarse”, durante el funeral de un comandante de
Hezbolá asesinado por Israel.
Con todo y eso, aún no es seguro el paso del poder a sus
manos. Ahora el Consejo de la Shura del grupo chií libanés tendrá que reunirse
en los próximos días para designar a su nuevo líder. El anuncio es importante
no solo para el rumbo del conflicto con Israel, sino también para el futuro de
Hezbolá ya que el asesinato de Nasrallah debilitó a la agrupación y a sus
seguidores, por lo que fortalecer la moral del grupo será uno de los mayores
pendientes para quienquiera que sea el reemplazo de Nasrallah.
¿Qué impacto tiene la muerte de Nasrallah en Hezbolá?
Lo ocurrido en los últimos días, incluido el asesinato de
Nasrallah, ha sumido al grupo en un desgaste. El Ejército israelí sostiene que
ha matado a ocho de los nueve altos mandos de Hezbolá en lo que va de 2024, la
mayor parte de ellos la semana pasada. Adicionalmente, entre el 17 y 18 de
septiembre cerca de 1.500 militantes del grupo islamista resultaron
mutilados por la explosión de dispositivos electrónicos.
La muerte de Nasrallah ocurre en un momento en el que el
grupo ya estaba fuertemente impactado. A pesar de ello, Hezbolá ha dicho que
seguirá luchando, ahora incentivados por el asesinato de su líder. Y puede que
su arsenal e infraestructura, además del respaldo de la potencia regional,
Irán, le permitan continuar con el fuego cruzado.
Durante décadas, Irán ha respaldado a Hezbolá en todo
sentido. Antes de que iniciara el actual cruce de enfrentamientos, el
componente militar del grupo chií era uno de los ejércitos no convencionales
mejor armados del mundo, con al menos 150.000 cohetes, misiles y drones, tal y
como apuntan estimaciones de Estados Unidos. Es decir, según valoraciones
israelíes, diez veces el tamaño del arsenal que tenía Hezbolá en 2006, en su
anterior guerra con Israel.
Al mismo tiempo, el “partido de dios” contaba con por lo
menos 40.000 combatientes antes de la escalada de violencia que inició después
del 7 de octubre del año pasado, según estimaciones estadounidenses e
israelíes. No obstante, durante el último año ha ingresado al Líbano más
armamento proveniente de Irán, junto con importantes auxilios económicos.
Así pues, la decisión de continuar en el cruce de
enfrentamientos parece estar respaldada por su arsenal. Sin embargo, para
algunos analistas al grupo le tomará tiempo entender el impacto de la pérdida
de su líder y recuperarse de ella.
Maha Yahya, directora de Centro Carnegie para Medio Oriente,
asegura:
“Hezbolá no dará marcha atrás tras el asesinato de su líder,
ya que necesitará transmitir firmeza frente a Israel si quiere conservar su
credibilidad como el actor de ‘resistencia’ más fuerte en la región”.
Sin embargo, la muerte de Nasrallah no deja de ser “un revés
significativo para Hezbolá”, tal y como apunta Lina Khatib, investigadora del grupo de
expertos en asuntos internacionales Chatham House. Esto, según Khatib, “no solo
por el papel fundamental que desempeñó en la estrategia de Hezbolá, sino
también porque su eliminación revela el grado de vulnerabilidad del grupo
frente a Israel".
En resumidas cuentas, es difícil predecir los sucesos que
seguirán tras la muerte de Nasrallah debido a la inestabilidad del mismo conflicto.
Lo que sí es una realidad es que este nuevo recrudecimiento de violencia puede
reforzar el ímpetu de Hezbolá y el de sus aliados a la hora de tomar
represalias contra Israel.
¿Qué acciones tomarán Irán y el ‘Eje de la Resistencia’?
Hezbolá hace parte de lo que se conoce como 'Eje de la
Resistencia', una red impulsada por Irán que está principalmente en contra de
Estados Unidos e Israel. Lo conforman, además del grupo chií libanés, Siria,
las milicias chiitas en Irak, Pakistán y Afganistán, Hamás en los territorios
palestinos y los hutíes en Yemen.
En este contexto, la voz de Nasrallah era una de las más
oídas dentro del eje. Ahora, está por verse lo que harán los socios de difunto
líder de Hezbolá tras su asesinato. En especial uno de ellos: Irán. Como se
mencionó anteriormente, la agrupación chií libanesa es en su mayoría apoyada
por Teherán.
Luego de que se confirmara la muerte de Nasrallah, sin dar
muchos detalles, el ayatolá Ali Jamenei -el líder supremo iraní- aseguró que
“todas las fuerzas de resistencia regionales” están a favor y junto a Hezbolá.
Agregó que el asesinato de su socio se responderá con venganza y que otros
continuarán el camino que Nasrallah tomó en la lucha contra Israel.
Para Firas Maksad, miembro del
Middle East Institute, “Irán se encuentra en un verdadero dilema político en
estos momentos”. Esto,
ya que ha querido evitar una confrontación directa con Israel debido a
consideraciones internas que ha adoptado. Sin embargo, podría necesitar una
acción más sólida para reafirmar su credibilidad ante los miembros del
eje.
“Pero, por otro lado, la falta de una respuesta digna dada la
magnitud del acontecimiento solo alentará a Israel a ir más allá de las líneas
rojas impuestas por Irán”, señaló Maksad.
Al mismo tiempo, cualquier participación directa por parte de
Irán representa un mayor riesgo en la estabilidad no solo de Medio Oriente sino
del resto del mundo. Esto podría arrastrar al principal aliado de Israel,
Estados Unidos, a la guerra; a puertas de que se termine la carrera por la Casa
Blanca en curso y en un punto en el que Teherán ha renovado su interés de renovar
las negociaciones con Washington respecto a su programa nuclear.
Según Maksad, un escenario posible es una respuesta
coordinada de todo el eje.
Texto tomado de FRANCE 24.