Por Freddy González
Aunque
ya se ha demostrado desde hace años atrás los riesgos por consumir sal en
exceso a muchas personas se le hace imposible apartarse de dicho condimento ya
que es uno de los factores primordiales para que las comidas tomen un mejor
gusto, es igual el caso por ejemplo, con las grasas saturadas y los azúcares.
Al ser más rico los alimentos cuando vienen acompañado de él, lo
convierte en una característica muy difícil de dejar, sin embargo, la ciencia
ha tratado de conseguir sustitutos que prioricen la salud de los seres humanos
que sean capaces de mantener el buen gusto. Es así el caso de las especias, una
solución fue planteada por un estudio de científicos de la alimentación de la
Universidad de Penn State, en Estados Unidos.
Características del estudio
Para poder desarrollar el estudio, se escogieron varias recetas distintas
con grasas saturadas, azúcar y sal, reuniendo platos clásicos de la gastronomía
estadounidense como los macarrones con queso, albóndigas, brownies y el pastel
de carne Todo se cocinó en 3 versiones:
- Con
los ingredientes habituales sin restringir los azúcares, sal ni grasas
saturadas.
- Reducción
de cantidades de estos elementos (entre un 3% y un 25% menos de sal).
- Añadir
especias (pimienta, comino, canela, extracto de vainilla o ajo). Para
los macarrones se escogía con un queso de menos grasa y se aderezaba con
ajo en polvo, pimentón y semilla de mostaza molida.
Kristina Petersen, profesora de Ciencias de la Alimentación y autora
principal del estudio, detalló: “Descubrimos que agregar hierbas y especias
igualó el nivel de gusto por la comida original en siete de las 10 recetas. De
hecho, a los participantes les gustaron algunas de las recetas más que las
originales”.
Las conclusiones expresadas en la revista científica Journal of the
Academy of Nutrition and Dietetics, fueron contundentes al indicar que las
versiones más sanas generaron mayor placer. Los brownies y el pollo fueron
alabados de manera unánime, además, las albóndigas, el pastel manzana, los
macarrones y los tacos lograron al menos la misma valoración que las versiones
con las cantidades originales de sal, azúcares y grasas saturadas.