Por Víctor Álvarez R.*
/ Opinión.
El oficialismo se está
preparando para el peor escenario: perder las Presidenciales del 28 de Julio.
Ante ese probable desenlace tiene que tomar precauciones y
negociar un acuerdo de garantías de no persecución política.
Si a quienes están en el gobierno la derrota electoral se le
convierte en una ola de persecuciones, juicios y condenas, para evitar esa
tragedia preferirán aferrarse al poder.
El gobierno de EEUU puede evitar que el oficialismo se vea forzarlo a tomar medidas desesperadas como la de anular la tarjeta de la MUD y sacar a EGU de la carrera presidencial. Con este fin, está llamado a hacerle a Maduro una oferta creíble de quitar las recompensas, las sanciones personales y la persecución judicial internacional.
De lo contrario, el oficialismo no se va a exponer a que se
suelten los demonios de la venganza y se desate una cacería de brujas en su
contra.
Si estos temores y riesgos no se despejan, en Venezuela será
muy difícil recuperar la alternabilidad en el poder por la vía electoral
y pacífica.
Por eso, reanudar estas negociaciones a menos de un mes de
las elecciones solo tiene sentido si Miraflores y la Casa Blanca se disponen a
negociar las garantías de no persecución política, en caso de que Maduro pierda
las elecciones presidenciales y tenga que entregar el poder.
*Economista. Premio
Nacional de Ciencias. Director del Proyecto Pedagogía Económica y Electoral.