Mónica Galló.
Especial para Entre Todos
Los que me conocen saben que poco me gusta entrevistar a figuras políticas.
Mi sentido crítico no me permite digerir algunos conceptos que muchos “líderes”
lanzan como si los periodistas fuéramos bolsas. Sin embargo, hay algunos que
respeto y mucho.
Dentro de
esos está Gustavo Hernández Salazar a
quien conocí en mi paso fugaz por una emisora que tenía el mejor grupo humano
de profesionales, pero una directiva que no estaba al nivel de quienes
trabajábamos allí. Eso fue hacia 2007 o 2008.
Me pareció una persona honesta, profesional, un abogado serio de esos
que harán falta para recomponer a este país y dotar de institucionalidad a la
nueva sociedad que debe venir. Cuando eso el militaba en el PPT
antes que el TSJ al servicio del régimen les arrebatara el partido como ha
hecho con otros.
Gustavo y yo somos amigos. Pero, ojo, esa amistad no
opaca el que a veces discutamos acaloradamente por no estar de acuerdo en algún
punto de vista. Es mi abogado de confianza a quien le pregunto dudas sobre
asuntos jurídicos variados. También es la cabeza del movimiento político
Alternativa 1 que, actualmente apoya a Enrique Márquez como candidato
presidencial.
Este texto es parte de una conversación de esas sabrosas que se tienen
ante un café y unas galletitas en las cuales se habla mucha pendejada, pero
también se intercambian muchas ideas y puntos de vistas como solo lo pueden
hacer dos personas inteligentes que, a pesar de tener diferencias
de apreciaciones se respetan y valoran al mejor estilo de Voltaire y su “no
estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a
decirlo”.
Esto es parte
de lo que hablamos…
¿Por qué Enrique Márquez?
Venezuela vive un momento coyuntural en el que es necesario salir del
madurismo, si queremos tener futuro y evitar otra fuga masiva de compatriotas.
No hay que olvidar que la diáspora ya está cerca de 8 millones de connacionales.
Gustavo lo sabe, Enrique Márquez lo sabe, tú que me lees lo sabes y yo
lo sé. Entonces, ¿por qué Alternativa 1 apoya la candidatura
de Márquez? Por supuesto que esa debía ser la primera pregunta.
No duda en
responder: “La principal tarea es
derrotar ampliamente a Maduro”. Mis
ojos inquisitivos se quedan fijos en su mirada. Sigue: “Enrique Márquez es buen
candidato, su presencia en la palestra política actual contribuye a elevar el nivel de la campaña electoral”.
Sigo en
silencio y él explica que Márquez ha
colocado en el debate electoral, por ejemplo, el tema del petróleo como
principal riqueza de Venezuela y cómo hay una enorme hipocresía del lado del
gobierno al hablar en contra del “imperio”, pero, sin mencionar que las trasnacionales
estadounidenses se llevan el crudo y el común de los venezolanos no saben de
esos negocios y nos los términos en los que se llevan a cabo:
“Al mismo tiempo, nuestro candidato ha incorporado a la lucha electoral
a importantes sectores de la vida política nacional que estaban impedidos de
participar porque el madurismo, arbitrariamente, les arrebató sus tarjetas”,
dice.
Pero, tal vez lo más importante – prosigue - es
que la candidatura de Enrique Márquez ha sido uno de los factores de disuasión
que hasta ahora han impedido que el
gobierno inhabilite a González Urrutia. Maduro sabe Márquez sería un
formidable sustituto como candidato de casi toda la oposición.
Enrique Márquez ya es una importante referencia política para los
venezolanos y si hace lo que hay que hacer, será uno de los
políticos más destacados de Venezuela, apunta.
¿Y qué es lo
que debe hacer? Le pregunto. De inmediato responde. Tener constancia, un poco
cómo Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México. A la semana siguiente de la elección, pase lo
que pase, debería comenzar a recorrer el país, poniéndose al frente de un vasto
movimiento progresista que hará mucha falta en el futuro, dada la prevalencia
de ideas conservadoras en el campo opositor.
Márquez es la nueva figura de la socialdemocracia venezolana, pero necesita
“aggiornarla”, adaptarla a los nuevos tiempos, venezolanizarla.
En eso pueden ayudarlo muchos intelectuales y pensadores venezolanos dispuestos
a abordar esa tarea.
La
necesidad de un acuerdo nacional
Retumban sus palabras: “La trampa está en el ADN del PSUV y por eso hay
que ganar con la mayor ventaja posible”. Por tanto,
la posibilidad de sumar el apoyo de Márquez a la victoria de González Urrutia
debe considerarse lo antes posible. “Es momento de un gran acuerdo nacional,
Edmundo González Urrutia y Enrique Márquez deben contribuir a que eso ocurra”
Gustavo Hernández Salazar cree que la etapa histórica que vive Venezuela
llama a dar pie a un acuerdo más allá de la Plataforma Unitaria y de los
sectores más radicales de la oposición venezolana. Es así como
confía en el discurso conciliador, pacífico y de altura de Edmundo González
Urrutia y en la templanza que ha demostrado ante las manifestaciones de odio
del madurismo contra él.
Una campaña electoral muy particular
Por supuesto con una elección presidencial a tan solo 20 días no podía faltar
el tema de la campaña electoral en esta conversación entre panas.
Gustavo Hernández Salazar señala que hay una “nueva polarización”. Pero, hoy
muy distinta a los tiempos en que Chávez se imponía: “Hay una clara y evidente mayoría de la oposición que encarna Edmundo
González Urrutia (…) la
inmensa mayoría de los estudios de opinión lo muestra como ganador
con porcentajes que superan al 55%”.
En este contexto señala como el gobierno de Nicolás Maduro actúa abusando del poder. Pone de ejemplo lo ocurrido con el uso de la gasolina durante el simulacro electoral organizado por el CNE, cuando se obligó a las estaciones de servicio a surtir solo a los entes autorizados desde el Ejecutivo.
Menciona el aberrante comportamiento que sale de los ministerios,
gobernaciones, alcaldías y otros entes públicos que día a día utilizan, sin el
menor recato, recursos del Estado (que son de todos los
venezolanos) para hacer proselitismo a favor del presidente Maduro, incurriendo
así descaradamente en el delito de peculado de uso.
No menos
preocupante, dice Hernández Salazar, es la presencia al lado del gobierno del TSJ,
no como poder judicial, sino como brazo político de Miraflores.
En la campaña
hace el señalamiento de aportes, además de los de Enrique Márquez, de Antonio Ecarri hacia le necesidad de un
sistema educativo acorde a los tiempos que corren y de Daniel Ceballos.
¿Y el 28?
¿Qué va a pasar el 28? Gustavo no duda en decir que el
madurismo será derrotado. Sin embargo, tampoco titubea en decir que el gobierno
va a pelear hasta el final y eso quiere decir abusar de su poder, comprar lo
que pueda comprar, jugar al chantaje y todas esas prácticas que ya son comunes
después de 25 años del chavismo-madurismo en el poder.
Nos confía que el Ejecutivo apoyado en la falta de institucionalidad,
hará lo inimaginable para tratar de mantenerse en el poder.
Repite lo que ya me había dicho: “la condición democrática no forma parte del
ADN del PSUV”. Espera y desea que la enorme mayoría del padrón electoral que
queda en Venezuela y los que puedan ejercer el derecho de voto fuera acuda
masivamente a las urnas para defenestrar democráticamente a Maduro.
De ganar la oposición… ¿Qué hay que
hacer?
Esta pregunta
es, sin duda, muy compleja. Gustavo se toma su tiempo, saborea el café y dice
claramente: “Venezuela no necesita otro
caudillo sino instituciones que funcionen”. Continúa: “En un país normal
ganaría la oposición”, la gente celebraría y el CNE anunciaría resultados a una
hora decente.
Pero, aclara
muy bien “esta no es una nación
plenamente democrática”. Por lo tanto, hay que ir con pie de plomo. Si se
da la victoria de González Urrutia, Gustavo Hernández Salazar cree que debe
haber una profunda restructuración de Venezuela, pero lo más consensuada
posible.
“Hay que edificar
consensos en torno a la
política económica, a la lucha contra el crimen y la violencia, a la
reconstrucción de los servicios públicos y la educación y, sobre todo, a la reinstitucionalización del país y la
reconstrucción del Estado de derecho”, remata.
En este
sentido, no se puede imponer el sector
radical de la oposición porque esto generaría conflicto en un país ya devastado:
“Afortunadamente Edmundo tiene un discurso conciliador y confío en que sabrá
conducir un gobierno amplio que tome en cuenta al chavismo” que existe y
seguirá existiendo tras el 28 de julio.
“El
planteamiento radical de una porción importante de la oposición que busca pasar
facturas no debe tener cabida en un país tan golpeado que necesita
constitucionalidad (…) estamos hablando de un
70% de la población que se siente traicionada por el madurismo, que no ve futuro con Maduro,
por su incompetencia y por los altos niveles de corrupción del grupo gobernante”. Es decir, a juicio de Gustavo, Venezuela
necesita de todos para su reconstrucción.
El liderazgo de MCM
Es una
pregunta que yo (Mónica Gallo) siempre me he hecho: ¿La gente que apoya masivamente a María Corina Machado lo hace por lo
que ella es y encarna o porque se obstinó de Maduro? Gustavo Hernández Salazar cree que hay de todo un poco:
“El liderazgo de MCM nace porque es una mujer valiente y trabajadora que
ha sido amedrentada, perseguida y acorralada por el régimen. Eso no se puede
negar. La gente la ve como la vengadora que pone al pueblo
de Venezuela por encima de todo, aunque en mi opinión también es corresponsable
de los enormes errores cometidos por un sector de la oposición en el pasado.
También es obvio que la ciudadanía está obstinada del pésimo gobierno que padecemos”.
No obstante, siente preocupación por el discurso de la
señora Machado, a veces muy radical: “ojalá lo haga bien y se centre en las
instituciones y su recuperación. Tiene una enorme responsabilidad sobre sus
hombros como líder de la oposición mayoritaria.
Le pregunto,
para su sorpresa, que le recomendaría. Me responde: “Que controle su ego y
aparte de su entorno a los aduladores”.
Pone de
ejemplo el 5 de julio, cuando se conmemora la firma del Acta de la Independencia
y cuando el candidato oficial que es Edmundo González Urrutia se dirigió al
país, pero, paralelamente, MCM hizo lo propio, lo cual cree que va en contra de
la unidad en torno a una figura que tiene ante sí la enorme responsabilidad de
conciliar y edificar una nueva Venezuela después de una destrucción de 25 años.
Cree que MCM, González Urrutia y otros líderes políticos y sociales
están ante el reto de construir un nuevo modelo de relación con “la otra
oposición”, alejado de insultos y descalificaciones. “La
oposición tiene que aprender a convivir, no es posible que todos los sectores
opositores hablen con el gobierno, pero no se hablan entre ellos. Eso hay que
superarlo”, afirma.
Se acabó el café…
Y así se nos fueron las horas de un domingo nublado…
una conversación entre panas que fue enriquecedora, divertida y en la que no
faltaron los contrastes de ideas. Gustavo es y será un amigo con el que siempre
es enriquecedor tener una charla.
Espero que el próximo café lo tomemos pronto celebrando el nacimiento de
una nueva Venezuela democrática…