Por Carlos Torrealba
Rangel / Opinión
- Estoy de acuerdo con John Magdaleno. El gobierno está
perdido en los números pero se niega aceptar su futura derrota. Intentará
revertir la situación apelando a la abstención. En la mira está la tarjeta de
la MUD bajo amenaza de impugnación o eliminación, acción que podría tomar a
pocos días del 28 de julio para impedir que la PUD tenga el tiempo suficiente
para informar a los electores las otras opciones por las cuales votar por
Edmundo González.
- Pero la mala noticia para el gobierno es que la oposición
finalmente está jugando mejor, aprendió las mañas del árbitro, del equipo
contrario, y el arquero está alerta para no ser tomado por sorpresa.
- El gobierno apuesta al control social, a su logística y capacidad de movilización y a la ingeniería electoral en marcha y de último momento. No obstante, con un descontento tan grande no le será posible obtener el resultado que espera.
- El país quiere cambio y saldrá el 28 de julio hacer
realidad ese cambio votando masivamente por Edmundo González. Ese día a los
ciudadanos nos toca votar, cuidar los votos y cobrar.
- Cabe aquí recordar lo que dice John Magdaleno sobre
elecciones presidenciales del 2013. Según recuerdo, Capriles nunca estuvo
arriba en las encuestas. Maduro salió con ventaja, lo cual reflejaba el duelo
por Hugo Chávez, descontó hasta llegar a un empate técnico, a nivel de las
encuestas: Dataanalisis, Feliz Seijas (padre) y Consultores 21. El día de la
elección a la 6 pm Capriles se puso arriba y pidió repetidas veces cerrar las
mesas y el poder no lo permitió. El gobierno movió todo el poder logístico y
las 11 pm se puso arriba. El resultado fue: Maduro 50,61% y Capriles 49,12%.
Esa elección fue ganada con una diferencia de votos muy pequeña.
- MORALEJA: no puedes ganar por diferencia mínima. Tienes que
sacar una ventaja de un millón de votos o más. Si no es así, no podrás cobrar y
el 28 de julio no se podrá levantar la mano de la victoria a Edmundo González.
¡Votemos unidos por el futuro de Venezuela!
El 28 de Julio: Voto, sí. Abstención, no.