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06 junio, 2024

Elecciones europeas 2024: las metamorfosis de Giorgia Meloni

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha pasado de asustar a Europa a ser uno de sus rostros más poderosos. Tanto, que hoy día es agasajada por la derecha y la ultraderecha europea. 

Por Irene SavioSeguir

Las metamorfosis de la italiana Giorgia Meloni han empezado desde lejos para llegar hasta aquí. Pero puede que aún no se haya completado.

La primera ministra de Italia, en su juventud una ultraderechista de retórica encendida y militante del (difunto y entonces minoritario) partido posfascista Movimiento Social Italiano, se ha transformado en un rostro imposible de evitar de cara a la Europa que surgirá de las elecciones del bloque, entre este 6 y 9 de junio.

Meloni es una protagonista de la política europea, tanto para aquellos que intentan obstaculizarla, como para quienes buscan atraerla a su orilla, que actualmente son varios.   

Agasajada por la derecha y por la ultraderecha en el continente, Meloni parece estar en un buen momento, con la mira puesta en lo que ya sugiere el eslogan de su campaña electoral: el objetivo primero es que “Italia cambie a Europa”. Es decir: ser protagonista, ganar o estar con quien gana, jugándose hasta el final todo cartucho para ser parte del poder que cuente en las futuras instituciones europeas. Todo mientras, incluso dentro de su espectro político, se consuman guerras intestinas.

Sus decisiones en política exterior han sido clave en este camino. Fiel atlantista, Meloni se ha alejado -desde que es mandataria- de la retórica antieuropea de sus años en la oposición y ha respaldado gran parte de las decisiones más importantes del bloque, entre ellas el apoyo a Ucrania ante la guerra que Rusia mantiene en el país.

También ha sido el rostro más razonable del bloque ultraderechista europeo, integrado también por personajes más disruptivos, como el primer ministro de Hungría, Viktor Orban.

Fiel atlantista

Resultado de ello ha sido también su acercamiento a la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, durante cuyo mandato firmó la reforma del Pacto de Estabilidad y el Acuerdo Migratorio, así como implemento el PNRR, el plan Nacional de Recuperación y Resiliencia, ligado a los fondos europeos para la pospandemia.

Con la alemana, también se ha consumado el acercamiento al centroderechista Partido Popular Europeo (PPE). Esto pese a ser Meloni, la líder del grupo europeo de los Conservadores y Reformistas, y Von der Leyen, pertenecer al PPE. Tanto es así que también otros líderes que integran este grupo -como el italiano Antonio Tajani, y el jefe del Partido Popular español, Alberto Núñez Feijóo- la han elogiado abiertamente.  

Al mismo tiempo, ya en campaña electoral, Meloni también ha recibido una invitación a unir fuerzas con Marine Le Pen, la incendiaria líder del Reagrupamiento Nacional francés, perteneciente al ultraderechista Identidad y Democracia (ID), el otro gran grupo -junto a ECR- del espectro ultraderechista en Europa.

Esto último ha ocurrido después de que fueran expulsados del grupo ultra europeo los alemanes de Alternativa para Alemania (AfD) por defender a las SS alemanas, casualmente en una entrevista en un medio italiano. 

Situación que ha fragilizado considerablemente a ID en términos de número de parlamentarios. Lo que supuso una doble ventaja para Meloni: en su casa, ya que a ID pertenece uno de sus aliados gubernamentales más molestos, Matteo Salvini, el líder de la Liga; y en Europa, ya ID desde siempre ha sido un contrincante interno. Finalmente, uno de los principales candidatos de la Liga fue incluso criticado por el partido de Le Pen.

Malabarismos

Consciente de la difícil ecuación para formar una mayoría estable y compatible con ella en Europa, no ha cerrado (aún) la puerta a nadie. Lo que le ha permitido mantener una postura de gran equilibrismo entre las distintas facciones derechistas, y despuntar aún más. Lo que se refleja en España, donde, pese a los agasajos del PPE y del PP, es oficialmente aliada de Vox, el partido ultra de ese país.

Meloni incluso se ha mantenido ambigua con respecto a una alianza con el sector progresista.

El último fin de semana de mayo, en una entrevista, descartó un pacto con los socialistas europeos. El 29 de mayo, sin embargo, sus tonos ya eran distintos. “Me preguntan: ¿estás con ese o con el otro? Yo estoy con Italia, todo lo demás me interesa poco”, afirmó Meloni.

“Tengo mis ideas, pero no parto del candidato, parto de la mayoría, la política la hace la mayoría [...] No se puede decidir quién hará qué antes de que los ciudadanos hayan votado, nunca ha sido mi modelo”, agregó.

En la misma línea, ha mantenido una campaña de tonos moderados y sin estridencias, en la que se ha presentado a menudo como una figura tranquilizadora y de mensajes positivos de cara al futuro: esto, en lugar de adoptar los tonos más aguerridos de, por ejemplo, Matteo Salvini.

A finales de abril, el escenario principal del anuncio de Meloni de su decisión de presentarse como candidata y cabeza de lista en "todas las circunscripciones" en Italia, no fue en un edificio romano o una sala de congresos. El anuncio se realizó con las albinas arenas del mar Adriático de fondo, en la marítima ciudad de Pescara. Detrás, incluso se veían bañistas paseando junto a la orilla con sus perros.

Mano dura en la política interior

Pero incluso así, Meloni no ha renunciado a su cara más dura, que ha reservado principalmente para la política interna. Prueba de ello ha sido el enfrentamiento con el colectivo de los periodistas del país, que la han acusado de "injerencia” en la elaboración de las noticias que diariamente recibe la ciudadanía italiana.

De igual manera, ha mantenido un choque con el poder judicial, que también se ha quejado públicamente de diversas críticas por parte de miembros de su Administración y de que su Gobierno quiere someter a una reforma que los juristas no ven con buenos ojos.

Otros colectivos con los que se ha enfrentado han sido las feministas y las personas de la comunidad LGBTQ+. Con las primeras, sobre todo, por el derecho al aborto, que de momento no ha modificado. Sin embargo, desde que está en el poder, ha suscitado diversas polémicas ante denuncias de presiones y hostigamiento contra las mujeres que deciden tomar esa decisión.

Con los segundos, en particular por la maternidad subrogada, que apoya una parte de la comunidad y de las feministas, lo que ha lacerado a estas últimas.  

Algunos de sus más atentos observadores lo consideran parte de las tácticas de Meloni, a la que tildan de "animal político", extremadamente inteligente y capaz de adaptarse al entorno. Y con mucha, mucha ambición. 

Tomado de El Independiente / España. Imagen: Reuters / Guglielmo Mangiapane.