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03 abril, 2024

Lucha libre. EL DRAGÓN CHINO

El Dragón Chino era el más rudo de todos los rudos, el hombre temido por todos, quien con un pedazo de hierro que se sacaba de las vendas golpeaba a su contrincante y lo hacía sangrar de verdad… y luego con su sustancia “tóxica” que untaba en los ojos de sus oponentes y los desesperaba con el ardor, haciendo que se revolcaran por la lona con el dolor tan fuerte que se les salían los ojos y se les ponían ojos como el fuego.

El Dragón Chino era en verdad Carlos Jorge Prussing, nacido en Chile en 1920. Antes de asentarse en Venezuela, según contó en una entrevista, se inició en la lucha en 1948. Luego fue contratado en Argentina. Trabajó para Eva Perón recorriendo Argentina en exhibiciones para la Fundación de Ayuda Social. A Venezuela llegó en 1958, después de estar en Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, Puerto Rico, Panamá, Santo Domingo. Prussing falleció pobre a los 82 años, en 2002, en una pensión de Barquisimeto.

El Dragón Chino, por su maldad, tal como dice Carlos Zerpa, era de los más odiados, pero atraía mucha gente al espectáculo. Algunos asistían con la esperanza de verlo perder.

En los años 70. Antonio del Nogal, fue el mejor comentarista y narrador de la Lucha Libre. La Catch-As-Catch-Can se realizaba en los estudios de la Cadena Venezolana de Televisión, CVTV, Canal 8, desde donde se transmitía los días sábados este espectáculo que llegó  a tener sintonía de un 96% de la audiencia.

El presidente Raúl Leoni la prohibió con un decreto ejecutado con mayor rigor por su sucesor, Luis Herrera Campíns, por considerar que “producía muchas lesiones a niños y jóvenes que imitaban a los luchadores”. 

El artista plástico Carlos Zerpa rescata en un libro la memoria de uno de los nombres más famosos de la Lucha Libre en Venezuela, o Catch as Catch Can, desaparecida en los años 70 después de casi dos décadas deleitando a su fanaticada: Y en esta esquina... ¡El Dragón Chino! Cuando la lucha era de verdad, verdad...