Vistas de página en total

12 abril, 2024

Gagarin, primer héroe del espacio

Por Orlando Arciniegas*

Un día de abril, el miércoles 12 de 1961, la otrora URSS (1922-1991), en tiempos de Nikita Khrushchev, lanzaba al ingrávido espacio el primer ser humano en una misión conocida como Vostok I. Este histórico viaje marca el inicio de la era espacial de la humanidad, que significa, a su vez, una colosal evidencia del avance tecnológico alcanzado por una especie, la del género homo, de simios superiores, cuyo dominio del mundo físico había comenzado con la construcción de herramientas líticas. Hace al menos 500.000 años en su lugar de origen, África. 

El héroe de esta misión fue Yuri Gagarin (1934-1968), militar soviético, de 27 años, piloto y cosmonauta. Yuri, “Yura”, para la familia y, en especial, para su dilecta hermana mayor, Zoya Gagarina, quien lo cuidó en su infancia. Gagarin supo imprimirle a su celebridad, de la que disfrutó a montones, una sonrisa carismática, que lucía mejor cuando no portaba la detestable gorra del Ejército Rojo. En su viaje completó una órbita alrededor de la Tierra el 12 de abril de 1961, que duró 108 minutos y aterrizó en Kazajistán. Al lograr este grandioso éxito para la Unión Soviética en medio de la competencia espacial, recibió toda clase de condecoraciones, medallas y títulos, incluida la distinción más alta de su  país: _Héroe de la Unión Soviética_, distinción que poco antes había sido conferida por el KGB al espía comunista Ramón Mercader, ya liberado, por haber matado alevosamente a Trotsky, en México en 1940. 

Yuri Gagarin, un niño soñador nacido en la pobreza, nació cerca de Gzhatsk (localidad hoy renombrada con su nombre). Sus padres trabajaron en un Koljós, una propiedad colectiva estatal, donde su padre era carpintero y su madre se ocupaba de la granja lechera. Fue el tercero de cuatro hermanos. Y se cuenta que, desde niño, lo atraían los aviones. Tanto como en su edad adulta lo harían los aviones y mujeres. Durante la ocupación nazi de la URSS, su familia sufriría los tormentos de la guerra. Sus hermanos mayores fueron a parar a centros de trabajo esclavo en Polonia y solo regresaron a casa después de 1945. Un oficial nazi ocupó la vivienda familiar debiendo la familia vivir, durante veintidós meses, en una cabaña de barro, de poca superficie, en el terreno trasero de la casa. Un año después, la familia se mudó a Gzhatsky donde Yuri estudiaría su secundaria. 

En 1955, veinteañero, comenzaron a cumplirse sus sueños. Fue admitido en la Primera Escuela Superior de Pilotos de la Fuerza Aérea Chkálovski, una escuela de aviación en Oremburgo. Y comenzó su formación para pilotar el Yak-18, que ya le era familiar y, en febrero de 1956, se graduó en el entrenamiento de MiG-15. En 1957 comenzaría a volar solo. En noviembre de 1957, ya había acumulado 166 horas y 47 minutos de tiempo de vuelo, por lo que fue ascendido a teniente en la Fuerza Aérea Soviética. En julio de 1959 fue nombrado Piloto Militar de 3ª clase. Después de interesarse en la exploración espacial tras el lanzamiento de la sonda espacial _Luna 3_, en octubre de 1959, recibió el respaldo de sus superiores y le fue dada su recomendación para el Programa Espacial de la Unión Soviética. Para entonces, había acumulado 265 horas de tiempo de vuelo. A fines de noviembre de ese mismo año fue entrevistado por una comisión médica que dio se aceptación para el programa espacial. 

Recordemos que el mayor desarrollo de este programa tuvo lugar durante la denominada Guerra Fría, en abierta competencia con los Estados Unidos, en lo que sería llamado la carrera espacial. Y su principal promotor fue el académico Serguéi Koroliov hasta su fallecimiento en 1966. Dos personajes, Dimitri Ustínov y el ingeniero Koroliov se beneficiaron de la captura de los planos de los misiles V-2 alemanes y de la ayuda del científico alemán Helmut Gröttrup para lograr una réplica del V-2 que llamaron Cohete R-1. Clave tecnológica para el lanzamiento de satélites militares orbitales terrestres (Sputnik) y luego de la nave Vostok I. El mayor logro de este programa sería sin duda la estación espacial MIR en 1986. Los indudables éxitos soviéticos provocaron por envidia, pero más por temor, la creación por parte del presidente Dwight Eisenhower en 1958 de la Agencia NASA para desarrollar aceleradamente el programa espacial estadounidense. 

Volvamos con Yuri Gagarin.  En agosto de 1960, como parte de los exámenes médicos a que fue sometido, un médico de la Fuerza Aérea Soviética evaluó su personalidad de la siguiente manera:

Modesto; se avergüenza cuando su humor es demasiado ácido; alto grado de desarrollo intelectual evidente en Yuri; memoria fantástica, se distingue de sus colegas por su agudo y amplio sentido de atención a su entorno; una imaginación bien desarrollada; reacciones rápidas, perseverante, se prepara minuciosamente para sus actividades y ejercicios de entrenamiento, domina la mecánica celeste y las fórmulas matemáticas con facilidad, además de sobresalir en matemáticas avanzadas; no se autolimita cuando tiene que defender su punto de vista si lo considera correcto. Parece que entiende la vida mejor que muchos de sus amigos.

Yuri de conformidad con esto no era ningún zombie. Y así lo demostró durante su corta vida. Por su simpatía y empatía fue escogido por sus compañeros cuando a ellos se les pidió que votaran anónimamente por un candidato que, además de cada quien, les gustaría que fuera de los primeros en volar. Todos menos tres lo eligieron. Lo que hizo que el 30 de mayo fuera seleccionado para un grupo de entrenamiento acelerado.  _Los Seis de Vanguardia_ recibieron el título de piloto-cosmonauta en enero de 1961 y participaron en un examen de dos días realizado por una comisión interdepartamental especial dirigida por el teniente general Nikolái Kamanin el supervisor del programa Vostok.

El historiador Asif Siddiqi, tiempo después, escribió sobre la selección final: Al final, en la reunión de la Comisión de Estado el 8 de abril, Kamanin se puso de pie y nominó formalmente a Gagarin como piloto principal y a Titov como suplementario. Sin mucha discusión, la comisión aprobó la propuesta y pasó a otras cuestiones logísticas de última hora. Se asumió que en caso de que Gagarin sufriera problemas de salud antes del despegue, Titov ocuparía su lugar y Neliúbov pasaría a ser suplementario.*

Yuri Gagarin, a guisa de los héroes clásicos no llegó a viejo. Murió a los 34 años en un accidente en un vuelo de entrenamiento de un MiG─15UTI, junto a su instructor, cerca de la ciudad de Kirzhach. Un vuelo, en el que según investigaciones, no se observaron las normas de rigor, mucho menos el cuidado especial que se merecía por ser el primer astronauta, en la empresa de mayor atrevimiento de esta especie: explorar mundos más allá de la Tierra, su lugar de origen. Entre las señales de su paso por este mundo, debía conservar no sin orgullo, una cicatriz encima de su ceja izquierda, que se había ganado en una apurada escapatoria por una ventana, al ser sorprendido por su esposa con una enfermera que, lo había cuidado en algún momento, y que quizá por esas razones lo revisaba cada cierto tiempo, en un centro turístico del Mar Negro. Sus restos reposan en la Necrópolis de la Muralla del Kremlin. Su memoria anda junto a otros que, como él, nos han hecho conocer mundos inexplorados: Marco Polo, Colón, Vasco da Gama, Darwin, Iban Battuta, Jeanne Baret…

*Historiador. Profesor Titular (J) de la Universidad de Carabobo.