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15 abril, 2024

CARACAS: LOS 7 TEMPLOS PAGANOS

Gran parte de Venezuela se niega a morir, Caracas no es la excepción.

Son tiempos difíciles y al mal tiempo buena cara.

El comerciante Freddy de Freitas impactado por la recesión, se puso creativo para no cerrar o declararse en quiebra. La memoria de sus ancestros lo exigía.

Junto a otros colegas e inspirados en la tradición religiosa de la visita de los 7 templos o lugares sagrados de Jesucristo, se dijeron: por lo general las esposas se iban o van a las iglesias y los hombres las esperaban en los bares. Así se los contaron y suas, vino el clips para aumentar las ventas. Buena idea, vinculada a la otra cultura e historia de Caracas.

Un bus bien acondicionado te espera en El Sambil de La Candelaria para recorrer del centro al oeste varios bares emblemáticos de esa parte de  Caracas estigmatizada.

La primera parada es La Posada de  Cervantes, luego el Torero en Catia, un bar adornado con antigüedades que van desde el maletín de José Gregorio Hernández hasta una colección de chuzos del viejo retén de Catia. Sigue el Bar La Estación en Caño Amarillo, nos muestran la mesa donde se paró Carlos Gardel para continuar su famosa gira hacía Maracay. Allí llegaba el tren que venía de La Guaira. Sigue el Bar La Mata, uno de los más antiguos ( San Agustín del Norte). Nos muestran el permiso número 2 para vender licores en Venezuela. En el Bar las Lavadoras ( nada que ver con blanqueo de dinero) aquí entre el patio de bolas y la salsa te agarra la madrugada sin darte cuenta; queda en San Agustín del Sur. Por los lados de Sarria nos llevan al Bar La Especial, a veces hay sorpresas: Oscar de León les hace una visita inesperada.

Finalizamos la agenda de bares pintorescos y muy alegres en la Pastora Bar Las Delicias.

Por si es poco, un amable, simpático y melómano guía va animando en el bus (lo pueden imaginar) y de vez en cuando grita: " Se puede acabar el agua en las playas de La Guaira, pero aquí no se acaba la cerveza. Azúcarrrrr".

Cuando uno cree que la ruta ha terminado, que va: llegamos a la Arepera el Muerto, famosa en el centro de Caracas. Allí  nos hidratan y viene la fiesta callejera. En todo el recorrido la seguridad es total. Lo dejo a la imaginación de cada quien.

Esa baraja de Caracas no la tenía y la recomiendo.

Todo por 80 dólares que no enriquecen ni empobrecen a nadie.

Olvidé algo. Hay una sola condición: espíritu aventurero y ganas de vivir.

Nos vemos por ahí.