Robert Kennedy Jr. y una campaña presidencial que golpea al
establishment
El hijo de Bobby Kennedy no anda
con medias tintas. Con esa consideración responsabiliza a los servicios de
vigilancia norteamericanos por los asesinatos de su padre y de su tío. También
revela las "ambiciones" de EE.UU. en la guerra en el este de Europa.
Pero sus pocos pelos en la lengua también lo llevan a afirmar barbaridades
contra la efectividad de las vacunas.
Robert F. Kennedy Jr. se
metió a discutirle la candidatura presidencial del Partido Demócrata al
presidente en funciones, Joe Biden, diciendo lo que el establishment no quiere
escuchar. El nieto del embajador norteamericano, sobrino de JFK e hijo de Bobby
afirmó que la CIA participó del asesinato de su tío, que la OTAN
fogonea la guerra entre Rusia y Ucrania y que, en caso de ser presidente,
liberaría a Julian Assange y a Edward Snowden.
Eso sí, la alopecia en la lengua lo lleva al extremo de insistir con algunas teorías que van en contra del avance científico. Es que el ahora candidato a presidente es un férreo militante antivacunas, a partir de su fundación Children’s Health Defense, en la que presenta informes sin rigores que buscan generar confusión sobre un supuesto vínculo entre la vacunación y el trastorno del especto autista.
Y hasta comparó las medidas de
cuidado ante la propagación del covid-19 con el régimen nazi. “Incluso en la
Alemania de Hitler (sic), podías, podías cruzar los Alpes hacia Suiza”, fue una
de las comparaciones antisemita de RFK Jr, al que añadió que, al menos, Anna
Frank pudo “esconderse en un ático”. Luego, ensayó una especie de
disculpas.
Asesinatos y Estado, asunto no separado
“Está más allá de toda duda razonable”. Así fue
la contundente respuesta del precandidato demócrata ante una consulta sobre si
la CIA había participado del asesinato de su tío, el mediodía del 22 de
noviembre de 1963, en Dallas. La declaración la hizo en el programa del
excéntrico millonario John Catsimatidis, al agregar que existen
“pruebas aplastantes” y citó el libro de James W. Douglas – JFK y
lo inconfesable- que plantea las dudas y las manipulaciones en la figura de
Lee Harvey Oswald, el presunto asesino del presidente, que murió dos días
después del magnicidio, en un cuartel policial, a manos un empresario de la
noche.
Todos los medios replicaron la
noticia, quizás por el morbo familiar, o quizás por ser un tema sensible en
el que la gran mayoría de la población norteamericana todavía sospecha de algún
tipo de conspiración, pese a las conclusiones de la famosa Comisión Warren.
De allí el mito de la bala de mágica y los múltiples tiradores. RFK Jr., lejos
de asustarse con los flashes, decidió profundizar su hipótesis, al
presentarse en el podcast más popular de todo EE.UU: The Joe Rogan
Experience. Allí, con la voz rasgada -padece una afección denominada
disfonía esporádica- narró las presiones de la CIA y la industria militar para
que Kennedy inicie distintas guerras, ya sea en Cuba, Laos o Vietnam. El
rechazo del jefe de Estado habría sido un desencadenante, según su sobrino,
para lo ocurrido en Dallas.
Pero si con la muerte de su tío RFK
Jr. mete el dedo en la llaga, con el asesinato de su padre directamente
aprieta el pus. El ahora precandidato insiste con la inocencia de
Sirhan Bishara Sirhan, aquel hombre que descargó su revólver calibre 22 en
el cuerpo de Bobby. Fue en 1968, cinco años después de la tragedia de Dallas:
en la costa este, el hermano de JFK festejaba un triunfo en California que lo
acercaba a la Avenida Pensilvania 1600. O, al menos, a ser el candidato
del Partido Demócrata. Sirhan fue detenido al instante y, como suele
ocurrir con las desgracias de los Kennedy, las conspiraciones quedaron a la
orden del día. En este caso, tanto por la cantidad de detonaciones que se
escucharon en el Hotel Ambassador (la pistola del tirador antisemita tenía
cinco cartuchos y testigos dan cuenta de más de diez detonaciones) como por el
presunto programa de la CIA en "hipnotizar" a las personas para
cometer crímenes atroces.
Sirhan Bishara Sirhan fue detenido
al instante y condenado a la pena de muerte. Su situación cambió cuando el
estado de California suspendió las ejecuciones la pena del confeso atacante se
redujo a reclusión perpetua. Dos años atrás, su abogado pidió la
libertad condicional, pero fue rechazada por el gobernador Gavin Newsom. Robert
Kennedy Jr. fue uno de los que solicitó la liberación de Sirhan e insiste con
la participación de la CIA.
Ir contra el establishment, la apuesta para ir por la Casa
Blanca
Ante las preguntas de la prensa,
RFJ Jr. deja sobrevolar la sombra del sistema de vigilancia de las agencias de
(in)seguridad norteamericanas como causante de la muerte de sus dos familiares.
Y apuesta, en caso de ser elegido a la Casa Blanca, en eliminar ese Estado
Profundo. “Mi principal prioridad será poner fin a la fusión corrupta entre el
Estado y el poder corporativo que ha arruinado nuestra economía, destrozado a
la clase media, contaminado nuestros paisajes y aguas, envenenado a nuestros
niños y despojado de nuestros valores y libertades”, dice en un slogan a
la Trump.
Los cañonazos al establishment
norteamericano no finalizan allí. Es que Bobby Jr. también critica la industria
armamentística, las “ambiciones” de EE.UU. y la OTAN en la guerra del este de
Europa y hasta prometió la liberación del periodista Julian Assange y los
filtradores Edward Snowden, Chelsea Manning, John Kiriakou y Reality Winner.
“En vez de ser el defensor de la libertad de expresión, EEUU persigue
activamente a periodistas e informantes. Yo perdonaré a los valientes que dicen
la verdad y que investigan la corrupción y los crímenes que exponen”.
Para generar aún mayor indignación,
comenta que su plan para ganar las elecciones está basado en las
insurgencias históricas y destaca una: la revolución cubana. “Castro tomó a
cincuenta y tres hombres en un bote destartalado en México y desembarcó en
Cuba. Dos años más tarde, marchó a La Habana”. Su campaña, dice, está
impregnada de ese "fuego espiritual".
Vacunas en tiempos de fake news
Kennedy, de 46 años, se define como
un abogado antisistema. Y no le falta a la verdad: durante décadas
intervino en litigios contra Monsanto y otras multinacionales que contaminaban
el río Hudson.
Pero hoy dedica gran parte de su
tiempo en lo que él llama “activismo de vacunas seguras”, un eufemismo
para cuestionar la efectividad de las dosis en enfermedades como el
sarampión, poliomielitis y meningitis. Lo hace desde su
fundación, en la que insiste en que la vacunación debe ser optativa
-argumentando el aspiracional de la libertad- y que la decisión debe correr por
cuenta de los padres.
Esa militancia lo llevó a reunirse
con Trump, en tiempos en que el ultraderechista gobernaba Estados Unidos, y
deslizar la posibilidad de crear una comisión de “seguridad de las vacunas e
integridad científica”.
Durante la pandemia, sus acciones
crecieron, en especial, al cuestionar la vacunación contra la covid-19. Su
blanco preferido fue Anthony Fauci, uno de los responsables de diseñar las
estrategias de aislamiento social responsable en Norteamérica. El encono fue
tal, al punto de que Kennedy escribió un libro sobre el exmédico de la Casa
Blanca, al que caracterizó como un títere de la industria farmacéutica.
“Creo que sus intenciones no son malas, pero
su información es incorrecta, está equivocado y sin darse cuenta puede causar
un daño significativo”, fue el balance de Fauci, tras una serie de visitas con
el sobrino de JFK. Una vez que salió el libro a la venta -un best seller para
los votantes republicanos- el galeno sentenció: “Es una completa mentira”.
A RFK Jr. le pasó lo mismo que a
los influencers que decidieron repudiar las medidas de cuidado: sus redes
-quizás, el punto máximo de influencia- fueron suspendidas por Meta,
la empresa de Mark Zuckerberg. El integrante de la “familia real” pataleó y
denunció censura, mientras un informe revelaba que Kennedy integra la selecta
lista de 12 personas responsables del 75% contenido antivacunas en Facebook.
Puertas adentro, su ferviente
proclama antivacunas le trajo problemas en una de las pocas familias que no
necesitan introducción en EE.UU al decir el apellido. Dos de sus hermanos
-tiene 10- escribieron en Publico rechazando las ideas de
Bobby y lo señalaron como parte de "una campaña de desinformación que está
teniendo consecuencias desgarradoras y mortales”.
La pregunta que sobrevuela
Ahora bien, ¿qué posibilidades
tiene este precandidato -apoyado por figuras como Elon Musk y Aaron Rodgers- en
vencer a Joe Biden en las primarias demócrata? ¿Y de alcanzar la Casa Blanca?
Difícil tener la respuesta, en especial por tratarse de un país que quemó los
papeles del teorema de Baglini, cuando en 2016 proclamó a un presidente que, de
ideas de centro, no tenía ni una mínima coma.
Las chances parecen ser
pocas. Pero algo se encendió. No por nada el diario The New
York Times describe que la candidatura de RFK Jr es “un dolor de cabeza” para Biden. Y la última
encuesta de la CNN lo ubica con un 20% de intención de voto.
Cuando a los encuestados le preguntaron qué es lo que destacan de su
candidatura, no figuran ni su discurso antiestablishment ni tampoco sus
posición antivacuna.
“Tiene el nombre Kennedy”, es la
respuesta.
Tomado de Página 12 / Argentina. Imagen:
AFP