Zenobia fue la reina del Imperio de Palmira en el
desierto de Siria que duró desde 267 a 272 d. C., y desafió al Imperio Romano y
extendió su mandato hasta Egipto, Anatolia (o Asia Menor), Palestina y el
Líbano.
Damasco. Su nombre en la lengua palmirense se pronuncia: “Pat Zbay”
que, según la lengua aramea, lengua oficial de Palmira en aquella época,
significa el poder de Júpiter.
Nacida en Palmira y educada en Alejandría, Zenobia estudió la
historia de los griegos y romanos, y fue creada con la moral y las ambiciones
de Cleopatra, de quien decía ser descendiente.
Era una mujer obsesionada con la gloria y el poder viendo en su marido, Septimio Odenato, la oportunidad de lograr este sueño.
Esta mujer, conocida por su belleza, coraje e inteligencia,
era digna de ser la esposa de Odenato, quien fue apodado “El Presidente de
Oriente”, y logró mucho reconocimiento por parte de Roma por sus exitosas
campañas contra los persas.
Zenobia asistió junto a su marido a los consejos del pueblo y
las sesiones del Senado, así que creció con él teniendo el mismo sueño de la
gloria y el poder, y compartió con él el desarrollo de la política de su
reinado, y no solo heredó el cargo después de su muerte, sino estaba decidida a
extender su autoridad sobre el Estado romano oriental.
Tras la muerte de su marido en 267 d. C., Zenobia se proclamó
reina regente en nombre de su hijo Vabalato, fruto de su matrimonio con
Odenato, quien fue de menor edad para asumir el cargo, y dirigió el reinado,
los senados y las guerras, así como los trabajos de reconstrucción y
construcción.
Se destacó entre los líderes de aquella época por su coraje,
incluso la llamaron “la Reina Guerrera”.
Gracias a las modernizaciones ordenadas por ella, se le debe
la reliquia más antigua presente hasta la fecha en Palmira.
Su reinado fue muy corto, del 267 al 272, pero consiguió dar
un esplendor como nunca antes se había visto en la historia de las mujeres.
La reina inició una serie de trabajos para fortificar y
embellecer la ciudad de Palmira, lo cual aún se pueden contemplar en sus
imponentes ruinas.
Grandes columnas y colosales estatuas, templos, monumentos y
jardines son testigos de la política edilicia de Zenobia.
Su reino se expandió al resto de Siria y se extendió desde
las costas del Bósforo hasta el Nilo.
Sus huellas fueron encontradas también en la costa siria, en
Alejandría, Baalbek y cerca de Damasco.
Ella misma supervisó los procesos de expansión y
construcción, y lideró su reino firmemente con una determinación de una
verdadera luchadora.
Zenobia invadió Egipto en el año 270 d.C. para devolverlo al
dominio del Imperio Romano. Asimismo, extendió su influencia en Asia Menor
alegando hacer todo eso por Roma.
Dio a su reino el nombre del “Imperio de Oriente y Reino de
Palmira” y se convirtió en el reino más importante y poderoso de Oriente, lo
que llevó al emperador romano, Aureliano, a negociar con Zenobia para proteger
las fronteras de su imperio, y para detener el avance de los ejércitos
palmirenses a cambio del reconocimiento de los títulos y privilegios reales de
su hijo.
La reina guerrera ordenó acuñar la moneda de Palmira con la
imagen de su hijo Vabalato en la primera cara de la moneda, y en la segunda, la
imagen del emperador, Aureliano, y así hizo distinguir el dinero sirio del
dinero romano.
Mientras tanto, Aureliano estaba decidido a enfrentarse al
poderoso reino que dominaba muchas áreas. En 271 d. C., un fuerte ejército
dirigido por el propio emperador se marchó hacia Siria donde estalló una gran
batalla entre el Reino de Palmira y el Imperio Romano en Antioquía, obligando a
Zenobia a retirarse hacia Palmira.
Más tarde, el emperador romano avanzó hacia la ciudad de Homs
donde libró una batalla feroz en la que el ejército de Zenobia sufrió numerosas
bajas.
Aureliano siguió avanzando hacia Palmira y sitió
estrictamente sus muros. Zenobia resistió valientemente a los invasores y
declaró que luchará hasta la muerte en defensa de su reino.
El emperador romano le ofreció rendirse y salir a cambio de
mantener intacta la ciudad, pero ella se negó e hizo un plan de contraataque al
ejército del enemigo.
Zenobia fue capturada tras feroces combates cerca del río
Éufrates, y trasladada a Roma donde murió misteriosamente en 274.
SANA / Siria.