Por Modaira Rubio Marcano
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Comunicación Política, Economía, Feminismos y DDHH.
El 17 de septiembre se llevó a cabo el funeral de
la joven iraní Masha Amini, quien murió bajo custodia policial en una situación
no esclarecida por las autoridades. Amini de 22 años, oriunda de Saqquez, fue
detenida durante una visita a Teherán el 13 de septiembre por la denominada
“policía moral”, acusada de no llevar el velo correctamente. Fue llevada a una
comisaría para recibir una clase de “reeducación”.
Según la sharia (ley islámica) de Irán, donde gobierna una teocracia, las mujeres están obligadas a cubrirse el cabello con un velo (hiyab) y llevar vestimenta larga y holgada. En los últimos meses, activistas por los derechos de las mujeres han hecho campañas contra el uso obligatorio de esta prenda y señalan que debe ser opcional.
Las que no cumplen el código de
indumentaria son objeto de reprimendas públicas, multas e incluso detenciones.
La joven del Kurdistán iraní, Masha Amini, fue una de las reprendidas. Pero
algo salió mal.
El 16 de septiembre, Amini
fallecía tras ingresar en coma a un hospital. Seguía bajo custodia. La policía
y las autoridades negaron que hubiese recibido algún maltrato y afirmaron que
ella murió a consecuencia de problemas de salud preexistentes.
La familia negó esta versión y
aseguró que ella estaba sana. Una ola de protestas de gran indignación ha
sacudido al país desde entonces. El presidente iraní Ebrahim Raisi, se vio en la obligación de
fijar una posición. Sin desestimar del todo la versión oficial, ordenó una
investigación hasta sus últimas consecuencias y se comunicó con la familia de
Amini.
Desde el 16 de
septiembre las protestas no cesan en más de 20 ciudades iraníes. Hay un reporte
extraoficial de víctimas mortales ubicado entre 17 y más de 30, incluyendo
agentes policíales, pues se ha desatado mucha violencia en algunas
concentraciones y brutal represión.
Sectores
oficiales y militares iraníes, niegan los hechos y dicen que se trata de
ataques contra la policía y el gobierno. Hay quienes incluso señalan el caso de
Amini como un fake anti-iraní, al ser éste un país supuestamente no alineado
con los intereses de occidente.
Millones de
personas, sus familiares y organizaciones políticas progresistas y de izquierda
dan cuenta que no se trata de un fake. Amini estaba sana y murió bajo custodia
policial. Incluso testigos comentan que fue golpeada durante su traslado al
centro de reeducación.
Cientos de
mujeres iraníes han mostrado su indignación en público participando en las
protestas, quitándose los velos frente a la policía, arrojando los hiyab a hogueras improvisadas en las calles.El gobierno ha
respondido con mucha represión y el bloqueo de internet.
“Querida Zhina(Masha),
no morirás, tu nombre se convertirá en nuestro símbolo de resistencia”, pudo
leerse en pancartas durante el funeral de la joven.
Es muy probable
que algunos busquen generar violencia desestabilizadora. Pero las
manifestaciones en las calles, hoy son motivadas por el hastío ante un régimen
político atrasado y medieval. Así como tras la muerte de la Reina de
Inglaterra, se abrió el debate sobre la necesidad de abolir la monarquía como
una institución desfasada, así la muerte
de Masha ha levantado un precedente en Irán.
Los pueblos
deben fortalecer y ampliar sus luchas por sus derechos democráticos en todo el
mundo. Y en ese sentido, las mujeres tenemos mucho que aportar. Esperamos que
como han solicitado familiares, activistas, el gobierno y las Naciones Unidas,
se de una investigación a fondo que permita castigar a los responsables de la
muerte de Masha. ¡Justicia para todas las Mujeres!