Fuertes acusaciones marcaron el primer debate entre Jair Bolsonaro y Lula da Silva de cara a las elecciones presidenciales en Brasil.
En el evento, celebrado el domingo en São Paulo, participaron seis
candidatos, pero todos los ojos estuvieron puestos en los archirrivales y
favoritos en las encuestas, el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonoro y el
exmadatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
En el primero de los tres bloques del debate con vistas a los comicios del 2 de octubre, Bolsonaro, candidato de corte ultraderechista por el Partido Liberal (PL), acusó a su principal contrincante de haber comandado “el gobierno con mayor corrupción de la historia”.
“Fue una cleptocracia, un
gobierno basado en el robo... ¿Para qué quiere volver al poder? ¿Para volver a
hacer lo mismo con Petrobras?”, cuestionó Bolsonaro, en alusión al
escándalo de corrupción Lava Jato del que salió inocente Lula, pese
a pasar tras las rejas más de un año.
De hecho, el exmandatario fue sentenciado a 17 años de cárcel, por
dos instancias, acusado de supuesta corrupción y lavado de
dinero, pero el Tribunal Supremo anuló la sentencia en 2019 por no
encontrar respaldo jurídico para que continúe preso y luego de 19 meses de
haber ejecutado el veredicto inicial.
A su turno, Lula, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), tachó
de “falsedades” las acusaciones y dijo que estaba “mucho más limpio” que el
mandatario, porque fue “juzgado y declarado inocente por el
Supremo y por la ONU” y solo estuvo preso por motivos
políticos, para que Bolsonaro pudiera ganar las elecciones.
Otro tema de crispación entre Lula y Bolsonaro fue el combate al hambre,
que afecta a 33 millones de personas en Brasil, y los programas de distribución
de renta.
“El país que dejé es un país que el pueblo echa de menos”, afirmó Lula y
acusó a Bolsonaro de echar por tierra el legado de crecimiento económico e
iniciativas contra la pobreza que dejó como presidente.
“Cuando dejé la presidencia
estaba creciendo al 7,5 por ciento, es el país que el actual presidente
está destruyendo. Porque le encanta fanfarronear, decir números
inexistentes”, increpó Lula. Además, los demás candidatos criticaron a
Bolsonaro por el avance de la inflación y el hambre.
En respuesta, Bolsonaro defendió que su administración “atiende a los
más necesitados” y que es “un gobierno que piensa en los más pobres”. “Es un
gobierno que lo está haciendo bien. La economía está en auge”, aseveró sin
hacer comentario alguno sobre la existencia de 33 millones de personas con
hambre en Brasil.