En el nacimiento de Enrique
Bernardo Núñez
Por Douglas Zabala
Sabías que. Enrique Bernardo
Núñez nació en Valencia el 20 de mayo de 1895 el mismo año que el presidente
Joaquín Crespo inaugura el Arco de la Federación en el cerro de El Calvario en
Caracas. Además, tres días después de su nacimiento las dos divisiones del
Caracas BBC, los Rojos y los Azules, protagonizan en un campo abierto frente a
la estación de tren de Quebrada Honda el primer juego oficial de béisbol en
Venezuela.
Bajo el gobierno de Isaías Medina Angarita el Concejo Municipal de Caracas, resuelve por primera vez y a través de una Ordenanza estatuir la figura del Cronista de la Ciudad, y es así como el 15 de enero de 1945 por unanimidad de la Cámara edilicia lo designa su Cronista Oficial. Es evidente que tal distinción era el máximo reconocimiento a un venezolano quien desde muy joven había hecho del periodismo y la crónica su pasión.
Con apenas quince años de edad,
Núñez, saca al aire en su ciudad natal un periódico llamado “Resonancias del
Pasado” iniciando así su entrega a la escritura, la crónica, el ensayo y la
narrativa. Recién cumplido los 23 años publica su primera novela titulada “Sol
interior”.
De allí en adelante producirá en
ese mismo género Después de Ayacucho, Don Pablos en América, La Galera de
Tiberio, pero será “Cubagua” la novela que lo catapultó en el continente y más
allá. De la misma manera diría: “Desearía escribir una nueva versión de
Cubagua, de igual modo que a veces nos viene el deseo de hacer una nueva
versión de la vida”.
Si en su tránsito por la
narrativa fue profuso como periodista Núñez tuvo una destacada labor y como
testigo de su accionar se encuentran las columnas que por mucho tiempo mantuvo
en los periódicos El Nacional y El Universal. También en El Imparcial y El
Nuevo Diario supieron de sus columnas y crónicas amenas. En 1943 publica el
libro “El hombre de la levita gris” referido a la Biografía de Cipriano Castro
(El Cabito) a quien había tenido la oportunidad de conocerlo personalmente.
En su obra dedicada al Cabito, el
Valenciano Enrique Bernardo Núñez nos narra en una parte de la misma: “En
Caracas el pobre presidente no sabe qué hacer, rodeado de enemigos, desconfiando
de todo. Dicta proclamas. Habla de la paz necesaria; del Partido Liberal.
Declara a sus generales de «Próceres de la Federación». Da órdenes que nadie se
cuida de cumplir. Los generales cavilan. ¿Qué será lo más conveniente? Se trata
en primer término de «la causa liberal». Cada cual espera sacar provecho de la
situación. Se han librado combates y no hay dinero. ¡No hay dinero! El hombre
avanza y su banda se regocija con la proximidad del botín”. Este es otro saber
republicano.