Ali Mohamed
Argel. De las potencias africanas ni
Egipto, ni Sudáfrica, ni Nigeria, y sobra decir Argelia, apoyan las
pretensiones expansionistas marroquíes sobre el Sáhara Occidental, reafirmando
en varias ocasiones su apoyo a la autodeterminación del pueblo saharaui. Otro
gigante regional, Túnez, se abstuvo recientemente en la votación del Consejo de
Seguridad sobre la infame prórroga de la MINURSO, vislumbrándose una crisis
diplomática dada la sensibilidad del régimen alauita a la legalidad
internacional.
En este sentido, cabe destacar que el ministro de relaciones exteriores de Argelia, Ramtane Lamamra, y su homóloga de Sudáfrica, Naledi Pandor, quienes mantuvieron un encuentro ayer, pidieron al nuevo Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, implicar a la Unión Africana en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto en la última colonia africana, con el objetivo de resucitar el papel de la organización continental en un conflicto entre dos de sus estados miembros.
En un comunicado conjunto emitido con motivo de la visita de
la Ministra de Exteriores de Sudáfrica a Argelia, los dos ministros reiteraron
su firme compromiso de apoyo a la legítima lucha del pueblo saharaui para
ejercer su derecho inalienable a la autodeterminación.
Las dos partes pidieron a Staffan de Mistura “coordinar
estrechamente con la Unión Africana para garantizar la implementación de la
resolución del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana (CPS) adoptada el
9 de marzo de 2021”.
La resolución del CPS pide a la República Saharaui y
Marruecos, ambos miembros de la Unión Africana, “retomar las negociaciones
directas sin precondiciones previa y de buena fe”.
Según la declaración conjunta, el jefe de la diplomacia
argelina y su homóloga de Sudáfrica, instan al enviado de las Naciones Unidas
para el Sáhara Occidental a “reactivar el Proceso de Paz de las Naciones
Unidas para implementar el Plan de Arreglo adoptado por unanimidad por el
Consejo de Seguridad en su resolución 690 (1991)”.
Fuente: El Confidencial Saharaui