El historiador ruso Konstantín Asmólov explicó cómo una joven espía norcoreana logró ayudar a Corea del Sur y ser perdonada tras el extraño accidente de un avión de pasajeros surcoreano. Sus testimonios sirvieron para incluir a Corea del Norte en la lista de los países "patrocinadores del terrorismo".
A menudo Corea del Norte es asociada con ruinas, hambre y dictadura, mientras que Corea del Sur es vista como un paraíso que tiene a Samsung, el K-pop (música popular coreana, en español) y una democracia. Así piensan las personas educadas en la propaganda contra el liderazgo de los Kim. Pero la realidad es mucho más compleja e interesante, explica Konstantín Asmólov, colaborador científico principal del Centro de Estudios Coreanos del Instituto del Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, en su artículo para Lenta.ru.
¿Terrorista desertora?
El 29 de noviembre de 1987 un avión surcoreano que
viajaba con destino Viena-Bagdad-Abu Dabi-Seúl y con 115 pasajeros a
bordo, desapareció repentinamente de los radares y supuestamente explotó sobre
el mar de Andamán.
Tras una inspección de los pasajeros se
identificaron dos personas sospechosas que se hacían pasar por una familia
japonesa. Subieron al avión en Bagdad y salieron en Abu Dabi, que fue su última
parada antes del accidente, y luego viajaron a Bahréin. Las autoridades de este
país los detuvieron inmediatamente ya que sus pasaportes japoneses falsos
tenían en el lugar del apellido un nombre personal, Mayumi.
En el proceso de captura, el 'padre' se
suicidó tomando veneno, y la 'hija' fue detenida viva y llevada más
tarde a Corea del Sur, justo en la víspera de las elecciones presidenciales
de Roh Tae-woo (presidente del país desde 1988 hasta 1993). La
joven continuó haciéndose pasar por una japonesa durante un tiempo, luego por
una coreana, pero de China, y finalmente terminó confesando que era originaria
de Corea del Norte y se llamaba Kim Hyon-hui.
Según otras confesiones, puntualiza Asmólov, el líder norcoreano Kim Jong-il (cuya reputación fue
manchada después de lo ocurrido) le encargó a la 'superespía' la tarea de hacer
explotar el avión. El accidente de la aeronave debería haber parecido un caso
de terrorismo interno, evitando que los representantes de los países socialistas
viajaran a Corea del Sur, y creando una imagen negativa del país en vísperas de
los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, que eran muy importantes para Seúl, contó el
historiador.
Kim Hyon-hui dio muchos testimonios sobre la
supuesta crueldad del "régimen sangriento" de Pyongyang, detalla
Asmólov.
Sus historias estaban llenas de varios detalles
sobre cómo vivía en una respetable familia diplomática, cómo se convirtió en
una agente de inteligencia y cómo estudió diligentemente japonés para hacerse
pasar por japonesa. Además contó que fue secuestrada por los servicios
especiales norcoreanos y cómo fue seleccionada para una tarea especial que su
querido líder Kim Jong-il le encargó.
La joven también explicó cómo se socavó su idea
sobre Corea del Sur como un país con ausencia de derechos y pobreza tras
enfrentarse a su realidad y cómo ha cambiado ahora. Incluso ha adoptado el protestantismo.
En marzo de 1988 Kim Hyon-hui fue condenada a
muerte. Pero en abril de 1990 fue indultada, puntualiza el experto. Ahora la
mujer vive en Seúl con su marido surcoreano (según una versión, su exguardia de
seguridad). Gana dinero impartiendo lecciones y dedicándose a la literatura. La
exespía viajó a Japón, donde contó a los familiares de los japoneses
secuestrados toda la verdad sobre los horrores de la vida en Corea del Norte, y
los ingresos de sus libros ascendieron supuestamente a alrededor de un millón
de dólares, enfatizó Asmólov.
Espionaje
para 'novatos'
Esta imagen de una 'terrorista comunista', que se
transformó al ver las realidades de un 'mundo libre', les sugirió a muchos la
idea de una provocación, señala el especialista. El hecho de que haya habido un
nombre inscrito en el documento de identidad en lugar de un apellido lleva
a considerar esta versión como falsa o cuestionar seriamente la profesionalidad de los espías norcoreanos, argumenta.
Pero hay también otras controversias, explica
Asmólov. Algunas fuentes señalaron que Kim Hyon-hui no tenía acento norcoreano,
en su lenguaje había palabras propias del estilo tanto norcoreano, como
surcoreano.
Además, su historia sobre el explosivo causó dudas
entre los especialistas técnicos. Los expertos militares japoneses afirmaron
que los explosivos, que estaban supuestamente en la maleta de la joven, no eran
suficientes para hacer explotar el avión de tal manera que los pilotos no
tuvieran tiempo de dar una señal de socorro.
También, según los pasaportes de los terroristas
detenidos era fácil rastrear su ruta, cuyos puntos eran incluso Moscú
y Budapest, lo que era extraño para los profesionales, destaca el especialista.
Por alguna razón, los saboteadores guardaban pruebas, como unas fotos de los
países a través de los cuales probablemente viajaban, monedas y trozos de papel
con los números de teléfonos de los agentes supuestamente codificados.
Al mismo tiempo, todos los intentos de cuestionar
oficialmente la versión anterior en la República de Corea terminaron en nada
tras la llegada al poder de las fuerzas de izquierda.
En 2012 EEUU desclasificó una serie de documentos
relacionados con esta historia. Los medios de comunicación surcoreanos
escribieron de inmediato que el país norteamericano estaba llevando a cabo una
investigación adicional sobre el accidente y llegó a las mismas conclusiones,
lo que finalmente confirmaba la participación de Corea del Norte en la
explosión del avión.
Desde el punto de vista de la URSS -y ahora Rusia-
resulta que no se realizó ninguna investigación independiente, de la que se
hicieron eco los medios de comunicación, puesto que dichos documentos no son
más que una recopilación de comunicados internos, telegramas y grabaciones de
conversaciones, enfatiza Asmólov.
Según ellos, Mayumi hablaba
japonés como un extranjero con un buen nivel del idioma. Sin embargo, este
hecho corresponde a su explicación original de que era coreana de China, así
como a su posible pertenencia a la etnia coreana de Japón.
La Organización de Aviación Civil Internacional
(OACI) tampoco llevó a cabo una investigación propia. En su registro de
accidentes de aeronaves la información sobre este accidente es muy breve, a
diferencia de las descripciones más detalladas de otros casos, señala el
historiador. De hecho, se confirma que tras perder la comunicación en un
momento determinado, el Boeing-707 explotó, supuestamente debido a la presencia
de una bomba en su interior. Esta escasez informativa indica que la OACI no realizó
su propia investigación, y los datos sobre el desastre provenían de Corea del
Sur.
Tampoco se llevó a cabo un examen técnico del
estado de los restos de la aeronave para confirmar o refutar el testimonio del
único testigo, Kim Hyon-hui.
El
trato del siglo
La historia de la joven norcoreana a menudo es
descrita como una provocación de los servicios de inteligencia de Corea del Sur, afirma el
experto. Aquí llaman la atención no solo la suavidad de la sentencia y su
trabajo posterior en la inteligencia surcoreana, sino también el hecho de que
todo se parecía a una película de Hollywood. De hecho, lo ocurrido correspondía
al escenario de la propaganda típica para aquellos años: tras ver la luz del
socialismo/democracia en otro país con sus propios ojos, un espía 'se
arrepiente'.
Además, el ataque terrorista con la posterior
exposición tuvo lugar en la víspera de las elecciones presidenciales de 1987,
donde la oposición de izquierda tenía altas posibilidades de ganar, enfatiza
Asmólov. Aunque el avión desapareció de los radares, y sus restos nunca fueron
encontrados (la búsqueda fue cesada inmediatamente, lo que provocó sospechas),
el presidente surcoreano Chun Doo-hwan anunció casi de inmediato que era culpa
de los agentes de Corea del Norte. Y por una extraña coincidencia, 11
funcionarios de Corea del Sur y dos oficiales de inteligencia responsables de
la seguridad del vuelo salieron del avión en Abu Dabi, destaca el
especialista.
Además, la prensa japonesa de izquierda explicó que
al contar su biografía Mayumi no acertó con su propia edad:
debería tener más años, y los intentos de identificar a su padre entre los
diplomáticos famosos no pasaron con éxito la verificación.
Parece que detrás del accidente había una
organización terrorista japonesa, como el Ejército Rojo Unido, izquierda
radical, entre cuyas tácticas se destaca la subversión, explica Konstantín Asmólov.
Cabe señalar que la mayoría de las organizaciones de izquierda japonesas,
incluido el partido comunista, trataron a Corea del Norte sin benevolencia y no
consideraron este régimen como amigable.
La joven no era tonta, era bonita, quería vivir, y se
dio cuenta rápidamente de que la investigación real no interesaba a nadie, y en
el contexto de la guerra fría entre las dos Coreas, el culpable ya había sido
determinado. Está claro a quién era más fácil y más conveniente culpar por la
organización del ataque terrorista, concluye el historiador ruso.
Probablemente la joven y las autoridades
surcoreanas celebraron un acuerdo, según el cual Kim Hyon-hui contaría todo lo
que era necesario y se esperaba de ella. A cambio se le garantizó una vida
tranquila, así como el perdón de sus pecados, opina Asmólov. Por lo tanto,
probablemente ni Corea del Norte, ni Corea del Sur son culpables de este
accidente.
© AP PHOTO
/ LIU HEUNG SHING / Texto tomado de Sputnik