Los
cañicultores carabobeños pasaron de cosechar 300 mil toneladas en 2006, a menos
de 40 mil en 2020 y esperan sacar alrededor de 60 mil este año
La zafra 2020-2021 de la caña de azúcar inició en
Carabobo el viernes 8 de enero y, aunque los cañicultores esperan tener
un leve crecimiento en comparación con la temporada anterior, en los
últimos 15 años la merma en la producción de este rubro en el estado es brutal:
actualmente se produce 80% menos que en 2006.
“Iniciamos zafra con un pronóstico estimado de 60 mil toneladas de caña, que se va a cosechar entre enero, febrero y parte de marzo”, informó en entrevista con El Carabobeño el director regional de la Federación de Asociaciones de Cañicultores de Venezuela (Fesoca), Eugenio Rodríguez. Para lograr la cosecha, fueron sembradas unas 950 hectáreas y aspiran obtener unas seis mil toneladas de azúcar.
Se trata de alrededor de 20 mil toneladas de caña
más que en 2020, cuando cosecharon menos de 40 mil toneladas y
fueron sembradas solo 700 hectáreas. A juicio de Rodríguez, el ligero repunte
que esperan tener entre esta y la zafra anterior “es gracias al esfuerzo de los
productores que tenemos fe y seguimos tratando de aportarle más al país”.
Sin embargo, de acuerdo a datos del representante
gremial, para 2006 en la entidad carabobeña se cosechaban aproximadamente
300 mil toneladas de caña de azúcar y había al menos seis mil
hectáreas sembradas, que frente a las cifras registradas para la zafra
2020-2021 representan 80% menos de producción y 84% menos hectáreas sembradas.
Dos
millones 300 mil toneladas de caña de azúcar es lo máximo que pueden llegar a cosechar los
productores este año en todo el país debido a las diversas dificultades que
enfrentan, aseguró el vocero. Esto representa apenas un 20% de la demanda total
nacional de azúcar, entre la de anaquel y la de consumo industrial.
De los 17 centrales azucareros que había en
Venezuela, solo están operativos cuatro (24%) que pertenecen al sector privado,
dos menos que en noviembre de 2020. En contraste, todos los que se encuentran
en manos del gobierno están paralizados, detalló el director de
Fesoca en Carabobo.
Falta
de combustible
Rodríguez señaló que el mayor problema que afrontan
para sacar adelante esta zafra es la escasez de gasoil, ya que el
100% de los equipos y maquinarias que usan para cosechar requieren de ese
combustible para funcionar. De igual forma el transporte de carga pesada para
movilizar la caña y varias plantas de los centrales azucareros para realizar
sus procesos.
Lo cañicultores carabobeños temen que si las
autoridades regionales no les garantizan el combustible suficiente, les ocurra
la misma pesadilla que vivieron sus colegas de Portuguesa, quienes iniciaron la
zafra a mediados de diciembre, pero se vieron obligados a pararla por
falta de gasoil y hasta este fin de semana que pasó no habían arrancado.
Aunque la semana pasada la Secretaría de Economía y
Turismo de la Gobernación de Carabobo apoyó a los productores locales con
combustible para arrancar la temporada de cosecha, el director regional de
Fesoca expuso no que fue suficiente. Agregó que una paralización de
la zafra perjudicaría mucho al sector.
Competencia
desleal
Para Rodríguez, en Venezuela existe una competencia
desleal dentro del mercado cañicultor y azucarero promovida por el gobierno, al
permitir la importación de azúcar desde países como Colombia y Brasil sin
el cobro de aranceles, mientras los productores nacionales no tienen ningún
tipo de incentivos y sus costos solo se incrementan.
“Traen azúcar sin aranceles y eso no nos permite
competir, porque nuestros costos son más altos debido a la
falta de repuestos, maquinaria, insumos y fertilizantes, que a veces tenemos
que comprar por los caminos verdes con sobreprecio. Eso hace que el costo de
producción se eleve y a su vez el precio final del producto”, explicó.
Según sus cálculos, para poder cubrir realmente los
costos de producción, el precio de un kilogramo de azúcar en los anaqueles
debería ser de entre 1,30 y 1,50 dólares.
Vialidades
agrícolas devastadas
Sobre las condiciones en las que se encuentran las
vialidades agrícolas de Carabobo, consideró que se encuentran sumidas
en un completo caos y los propios productores han tenido que hacer lo
que pueden para arreglarlas.
“Nosotros estamos tratando de abrir esos caminos,
con lo poco que tenemos y trabajando con las uñas para sacar nuestra cosecha.
Tenemos muchos botes de aguas limpias, que nos están perjudicando la
entrada y salida de los camiones”, dijo.
Tomado de El Carabobeño / Valencia