El coronavirus ha paralizado la economía mundial.
El Producto Interno Bruto (PIB) mundial sufrió en
2020 su caída más pronunciada desde el final de la Segunda Guerra Mundial,
millones quedaron desempleados o sus puestos suspendidos, y los gobiernos
inyectaron billones de dólares en sus economías para evitar daños mayores.
Sin embargo, la recuperación de 2021 es muy incierta. La economía de China está creciendo con fuerza nuevamente, pero es posible que muchas de las naciones más ricas del mundo no se recuperen por completo hasta 2022, considerando una estimación temprana.
La desigualdad también es rampante. Mientras que
los 651 multimillonarios estadounidenses han aumentado su patrimonio neto en un
30% a US$4 billones, 250 millones de personas en los países en desarrollo
podrían enfrentar la pobreza absoluta y hasta la mitad de la fuerza laboral
mundial puede haber perdido sus medios para subsistir.
La velocidad a la que se pueda contener la pandemia
tendrá una gran influencia en el desempeño de la economía en todo el mundo.
En la carrera entre las nuevas cepas del virus y
las vacunas, una victoria temprana no está asegurada de ninguna manera.
Incluso los países ricos que han comprado la
mayoría de las vacunas disponibles, pueden fallar en la inoculación de
suficientes personas para crear inmunidad colectiva hacia finales de 2021.
En los países en desarrollo, donde las vacunas
generalmente escasean, se espera que el virus se propague más.
Es probable que los grandes ganadores sean países
como China y Corea del Sur que lograron suprimir la covid-19 temprano. Se
proyecta que la economía de China crecerá en 2021 un 8%, más del doble que la
de los países occidentales más exitosos incluso antes de la pandemia.
La economía china, impulsada por sus exportaciones,
se ha beneficiado de los confinamientos en los países occidentales.
La demanda occidental de servicios como
entretenimiento y los viajes puede haber disminuido, pero la demanda de bienes
de consumo domésticos y suministros médicos ha aumentado.
Y las exportaciones chinas a EE.UU. han alcanzado
niveles récord a pesar de los altos aranceles impuestos por la administración
Trump.
China también está expandiendo su influencia
económica en toda Asia, con una nueva zona de libre comercio en el Pacífico y
enormes proyectos de infraestructura a lo largo de sus rutas comerciales hacia
Europa y África.
Está invirtiendo en tecnologías avanzadas para
reducir su dependencia de las cadenas de suministro occidentales, en lo que se
refiere a componentes como semiconductores.
China ahora podría superar a Estados Unidos como la
economía más grande del mundo en cinco años, dos veces más rápido de lo que se
predijo previamente.
Los perdedores
Para los países ricos como Estados Unidos, Reino
Unido y los de Europa continental, el panorama es menos optimista.
Tras breves recuperaciones en el verano de 2020,
sus economías se estancaron. Esto fue impulsado tanto por la segunda ola de la
pandemia como por los confinamientos.
En EE. UU., por ejemplo, el empleo y el crecimiento
siguieron de cerca la evolución de la pandemia, más que los bloqueos aplicados
de manera desigual a medida que la confianza de las empresas y los consumidores
se desplomaba.
Incluso con cierta recuperación el próximo año, se
espera que estas economías sean un 5% más pequeñas en 2022 que si la crisis no
hubiera ocurrido.
Sin embargo, es probable que los mayores perdedores
de 2021 sean los países en desarrollo. Carecen tanto de los recursos económicos
para adquirir suficientes vacunas, como de los sistemas de salud pública para
tratar un gran número de pacientes contagiados.
Tampoco pueden permitirse los enormes subsidios
gubernamentales que han evitado el desempleo masivo en Europa y Estados Unidos.
Y con la demanda de sus materias primas paralizada
por la recesión en Occidente y la poca ayuda disponible de los países ricos
para aliviar sus grandes deudas, tampoco pueden permitirse más confinamientos.
Incluso países de rápido crecimiento como Brasil,
India y Sudáfrica enfrentan tiempos difíciles.
Por ejemplo, Sudáfrica no califica para recibir
vacunas del programa COVAX para países muy pobres, pero no está en condiciones
de comprar ninguna vacuna en el mercado comercial, a pesar de producirlas
localmente para las compañías farmacéuticas occidentales.
Anteriormente, esos países tenían una clase media
en crecimiento; ahora muchos millones de trabajadores pobres se verán obligados
a regresar a sus aldeas y barrios marginales urbanos debido a la falta de
oportunidades laborales, enfrentándose a la pobreza masiva e incluso al hambre.
La nueva división
Los efectos económicos de la pandemia han sido
enormemente variados en la sociedad.
Aquellos que trabajan a tiempo completo, a menudo
en empleos altamente remunerados que pueden hacer desde casa, han acumulado
ahorros sustanciales, dado que hay menos posibilidades para gastar los
salarios.
Los muy ricos, especialmente en Estados Unidos, se
han beneficiado de los enormes aumentos del mercado de valores impulsados por
éxitos durante la pandemia, como Amazon, Netflix y Zoom, y es probable que esta
tendencia continúe.
La gran pregunta para la economía es si en el
próximo año aquellos con trabajos seguros y altos ingresos volverán a sus
patrones de gasto anteriores, o mantendrán sus ahorros frente a la
incertidumbre continua.
Por el contrario, muchos de los que han perdido
empleos o negocios o han sido despedidos, tendrán dificultades para encontrar
un nuevo trabajo o regresar a sus niveles de ingresos anteriores, especialmente
porque es poco probable que los sectores de bajos salarios -como el comercio
minorista y la hotelería- se recuperen por completo después de la pandemia.
Este grupo incluye a mucha gente joven, mujeres y
minorías étnicas.
La desigualdad podría aumentar a medida que los
gobiernos ricos reduzcan los enormes subsidios que han aplicado para mantener a
muchos trabajadores empleados o con el contrato suspendido.
Rishi Sunak, el canciller de Reino Unido, dio
claras señales de esta intención en su revisión de gastos de noviembre.
En EE.UU., el estancamiento político sobre el gasto
de ayuda adicional solo se resolvió en el último minuto, y los republicanos
probablemente ahora intentarán minimizar el gasto de la administración de Biden
a pesar del enorme gasto de los años de Trump.
Europa acaba de llegar a un acuerdo sin precedentes
para proporcionar ayuda financiada por la Unión Europea a los estados miembros
más afectados por la pandemia, pero es probable que continúen las tensiones
sobre el alcance del paquete y los destinatarios.
El malestar social ha sido una consecuencia de
pandemias anteriores. Esperemos que esta vez, encontremos la sabiduría para
abordar las grandes desigualdades reveladas por la covid-19 y construir un
mundo más justo.
*Economista. University of London
9 de enero 2021
BBC News