Rabat. (EFE)- Un nuevo grupo independentista llamado
"Instancia saharaui contra la ocupación marroquí" fue fundado ayer en
El Aaiún, la capital del Sáhara Occidental, como una escisión de la
organización Codesa, una de las más antiguas existentes en el territorio.
La histórica líder del independentismo interior Aminatou
Haidar, que preside esta nueva organización, explicó por teléfono a Efe desde
El Aaiún que su nueva organización "es pacífica y cree en la lucha
pacífica", pero dejó claro que nace "para que se aplique el derecho
internacional en el territorio del Sáhara Occidental ocupado por
Marruecos".
Haidar, uno de los rostros más conocidos del llamado "independentismo interior", explicó que la nueva organización no piensa registrarse ni busca el reconocimiento legal de Marruecos porque en el Sáhara, como "territorio no autónomo y pendiente de descolonización, debe aplicarse el derecho internacional humanitario".
Y así, piensan enviar cartas de presentación a los diferentes
organismos de la ONU y al Parlamento Europeo para pedir que se aplique ese
derecho internacional, y concretamente el referéndum de autodeterminación, que
Marruecos ha rechazado desde hace años, proponiendo en su lugar un estatuto de
autonomía que Haidar rechaza.
Con respecto a la relación de esta Instancia con el Frente
Polisario, Haidar fue muy clara: "El Frente es el único y legítimo
representante del pueblo saharaui, y así está reconocido por la ONU. El Frente
es el alma del pueblo saharaui, y nosotros solo somos una parte".
Sin comentar las diferencias que le llevaron a abandonar
Codesa, Haidar insistió en que las distintas organizaciones saharauis coinciden
todas "en lo fundamental: no reconocer la soberanía de Marruecos sobre el
Sáhara", y vaticinó que en un eventual referéndum de autodeterminación
"el 99 % de los saharauis votarían por la independencia, y por eso
Marruecos no quiere ese referéndum".
Haidar fue muy crítica con el papel de la ONU y de su misión
en el Sáhara, "que vino para hacer un referéndum y lleva treinta años sin
hacer nada", y "tampoco protege o monitorea las violaciones de
derechos humanos", una labor a la que Marruecos se ha negado
repetidamente.
La líder saharaui considera por una parte que "la
juventud saharaui no puede aguantar más y hay que darle una solución";
además, "los refugiados saharauis sufren, viven en condiciones muy
difíciles que aguantan solo para poder volver con dignidad a una patria
libre", recalcó.
El conflicto saharaui lleva más de una década bloqueado por
las posturas irreconciliables de Marruecos y el Polisario; además, el último
enviado especial de la ONU para el Sáhara, el alemán Horst Kohler, dimitió en
mayo de 2019 de su cargo y en todo este tiempo el secretario general, Antonio
Guterres, no ha nombrado a un sustituto, señal de que el conflicto ha dejado de
estar entre sus prioridades. EFE
Tomado de La Vanguardia / España