Por Lcdo. Luis Ramos.
Con propiedad docente hay que admitir que la educación
virtual en Venezuela ha fracasado en lo público y privado; no ha sido
inclusiva. Las estadísticas de importantes institutos refleja que sólo entre el
30-40% recibió escolaridad a distancia y con fallas.
Hay que aplaudir el esfuerzo de los docentes y los alumnos,
primeros actores de la dinámica escolar, por supuesto, a los padres y
representantes un merecido reconocimiento. Pero hay que reflejar ciertos
errores o hechos medulares en el proceso de una escuela en casa o en la
modalidad virtual:
-En primer lugar, la acción docente tiene que sacudirse de la
excesiva asignación de tareas y concentrarse en los objetivos de aprendizaje,
somos generadores de contenidos, no bancas de información y corrección.
-En segundo lugar, el alumno ha tenido que adaptarse a una
mayor autonomía, y tiene que hacerle frente con responsabilidad y adecuadas
asesorías.
-En tercer lugar, padres y representantes entienden ahora que
la escuela no es un espacio de cuidado y que el hogar tiene que ser el
epicentro de hábitos y valores.
-Hay que corregir el tema de la inclusión bajo las técnicas y
estrategias de acceso virtual. Es importante hacer entender la diferencia
enorme entre virtualidad y presencialidad, hay que evitar tratar de hacer
encajar la modalidad presencial en la virtual (Mayor error cometido).
-La educación virtual no debe responder o planificarse desde
los caprichos y demandas exageradas del colectivo que forma la comunidad
escolar, no puede someterse a la improvisación.
Hay una situación excepcional de sanidad que implica el mayor
tono humano para llegar a acuerdos, el docente, el alumno y los padres o
representantes deben ser escuchados en sus exigencias; la escuela se construye
entre todos, pero respetando los procederes de las partes.
La figura docente tiene que poseer respeto en su planeación y
abordaje, y ese respeto es devuelto en calidad formativa al alumno. Es algo
recíproco. Pero la educación virtual repito no puede ser excluyente, sectaria y
confusa.
Hay que generar espacios de empatía y soluciones, acciones
horizontales que permitan revisarse y moldearse a los recursos disponibles y a
los contextos que son cambiantes, más en un país empobrecido e inmerso en una
crisis humanitaria.
Referencias
Reporte de APEC (Julio, 2020).
Reporte UCAB (Agosto,
2020).