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14 abril, 2020

El coronavirus podría propagarse a través de las suelas de los zapatos, según el CDC: ¿qué debemos hacer para evitarlo?



La epidemia de COVID-19 podría entrar caminando a su casa, en la suela de los zapatos. Eso sugiere un nuevo estudio realizado en China entre febrero y marzo pasados y publicado hace unos días por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
La investigación fue realizada por científicos de varias instituciones chinas en el Hospital Huoshenshan de Wuhan, ciudad que fue el primer gran epicentro de la epidemia de coronavirus.

Durante el estudio se tomaron muestran de objetos y lugares potencialmente contaminados, tanto en el área general donde se atienden pacientes de COVID-19 como en su sala de terapia intensiva. También se tomaron muestras del aire dentro de esas áreas y de las rejillas del sistema de ventilación.
Se identificaron cantidades importantes de virus en muchas de esas muestras, en mayor proporción en las tomadas en el área de terapia intensiva (donde se atiende a los pacientes más graves) y se halló una cantidad relativamente alta de coronavirus en las muestras tomadas del suelo.
El estudio señala que eso se debería que el coronavirus se acumuló por gravedad en el suelo y desde allí se expandió a otras áreas del hospital. Por ejemplo, se encontró presencia del patógeno en todas las muestras tomadas en el suelo de la farmacia, donde no se atienden enfermos. Eso permite concluir a los investigadores que el coronavirus se habría esparcido a través de las suelas de los zapatos de personas que en ese hospital caminaron hasta la farmacia procedentes de las salas generales y de terapia intensiva.
Evidencia de ello es que la mitad de las muestras tomadas de las suelas de los zapatos de personal médico de terapia intensiva de ese hospital dieron positivo en la detección de coronavirus.
Así, el estudio divulgado por el CDC muestra que dentro de hospitales el coronavirus puede esparcirse a través de las suelas de zapatos contaminadas en el caso de personas que estuvieron en salas donde se atiende a enfermos y luego caminaron a otras zonas del hospital.
Establecer amplias medidas de desinfección en los hospitales, incluidos los zapatos, resulta así una acción que sería imperativa para impedir la difusión del virus dentro y fuera de sus instalaciones hospitalarias.
El estudio no lo dice explícitamente, pero sugiere que la difusión del coronavirus a través de los zapatos podría darse en otros contextos, por lo que conviene tomar precauciones para prevenir esa forma de contaminación. Con todo, ha de decirse que la concentración de coronavirus en el suelo del área estudiada (un hospital que atiende enfermos de COVID-19) sería presumiblemente mucho mayor que en los suelos de la calle u otros recintos no hospitalarios, y se estaría acumulando en el hospital de modo continuo debido a la presencia allí de pacientes.
Fuera de esos lugares, la concentración de coronavirus no sería necesariamente igual en áreas no hospitalarias de tránsito de personas, por ejemplo la calle, el suelo en supermercados, oficinas y transportes públicos u otras zonas. Allí, la posibilidad de que esta sea la vía de propagación sería comparativamente menor, simplemente porque su concentración en el suelo sería también menor que dentro de las salas de los hospitales donde se atiende a pacientes de COVID-19.
Tampoco se sabe por cuánto tiempo el coronavirus sobrevive en superficies en general, ni cuánto en el suelo o en las suelas de los zapatos, pero hay indicios de que podría persistir por varias horas dependiendo de la superficie. El rango es incierto pero se ha mencionado desde 2 o 3 horas hasta 12 horas o quizá más.