El alcalde de la ciudad estadounidense de Lancaster
(California), R. Rex Parris, denunció que un centro de atención de urgencia
denegó atención médica a un joven de 17 años por carecer de seguro de
salud. Poco después, el individuo murió por problemas vinculados con el nuevo
coronavirus, denominado COVID-19.
Las autoridades sanitarias, sin embargo, alegaron que no
estaba claro si el COVID-19 fue la causa del fallecimiento del adolescente
estadounidense, y consideraron necesario realizar más estudios
para determinar con seguridad lo que pasó.
Sin embargo, Parris aseguró que el joven no tenía problemas
de salud previos y hasta el viernes, 13 de marzo, “estaba en salud y
pasando el tiempo con sus amigos” pero “para el miércoles (18 de marzo), estaba
muerto”.
Conforme al alcalde, el joven, tras sentirse enfermo,
fue a un centro médico de urgencia. “No tenía seguro, por lo que no lo
trataron” y fue enviado a un hospital público pero en el
camino sufrió un paro cardíaco.
“Hemos aprendido que una vez que se sufren problemas
respiratorios, falta el aire y se tiene fiebre, ese es el momento de recibir
tratamiento médico, sin demora”, expresó Parris y, en tono enfurecido,
reclamó: “Cuando un niño tiene dificultad respiratoria, estabilízalo y llama
a una ambulancia, no pidas seguro”.
Según informes, en Estados Unidos, hay casi 27 millones de
personas, (el 8,5 % de su población) que no tiene seguro de salud.
EE.UU., con más de 100
mil casos, encabeza la lista de países con más contagiados por coronavirus.
Esto mientras la gestión del presidente Donald Trump contra la propagación del
virus ha sido objeto de críticas.
De hecho, Trump durante casi dos meses trató de
minimizar los efectos del COVID-19, mintió y dijo que el número de casos estaba
disminuyendo y que el coronavirus podría desaparecer “como un milagro”.
Entre tanto, el mandatario neoyorquino, insiste en reabrir
la economía estadounidense en abril, alegando que la paralización laboral
por la pandemia de coronavirus puede destruir el país.
Con información de Hispan TV