Por Antonio
Rodríguez de León*
En
la Convención de las Naciones Unidas celebrada el 10 de diciembre de 1982 en la
ciudad de Montego Bay, (Jamaica), se acordó la firma del II Tratado
Internacional del Mar, dejando abierta a la firma de los Estados. España firmó
dicho Tratado Internacional el 29 de julio de 1994. Ratificado por las Cortes
Generales en diciembre de 1996, pasando a formar parte del Ordenamiento Interno
del Estado español a partir de su publicación en el BOE nº 39, de 14 de febrero
de 1997. A partir de entonces, el Derecho Marítimo Internacional, surte todos
los efectos jurídicos sobre los espacios marítimos y aéreos de la España
continental, pero no así de las islas españolas alejadas de la España
continental más de 200 millas. Islas a las que no se pueden delimitar las fronteras
marítimas en su unidad archipelágica. A partir de aquí surge la incertidumbre
por saber la realidad jurídica de las fronteras marítimas del archipiélago
canario. A pesar de ser España parte firmante, no puede fijar unilateralmente
las fronteras archipelágicas como venía haciendo con anteriores leyes
marítimas. El gobierno español cometió una gran desidia con Canarias, que luego
vendrían las traiciones en acuerdos de Pesca y concepciones de hidrocarburos.
Los
responsables de su ratificación, cometieron una enorme desidia con Canarias al
obviar el artículo 95 de la Constitución, que sentencia: “la
celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones
contrarias a la Constitución exigirá la previa revisión constitucional”.
La Constitución tenía que recoger el artículo 46.b del Tratado Internacional
del Mar, y dotar a Canarias de un Estatuto de Plena Autonomía Interna, de
acuerdo con el artículo 305.e del mismo Tratado. De haberse actuado de esta
manera, Canarias podría ser parte firmante de la Convención de Montego Bay,
delimitando su zona económica exclusiva desde sus líneas de base recta
archipelágica, y establecer la Mediana fronteriza con la línea equidistante
Marruecos.
Durante la
transición española, hubo muchísimas propuestas desde Canarias al gobierno del
Estado, para que definiera la delimitación sobre los espacios marítimos del
archipiélago canario. Todas se rechazaban con el argumento de la
inconstitucionalidad, pero lo cierto era que el estado español estaba obligado
a revisar la Constitución suprimiendo las cláusulas de la Constitución,
contrarias al Tratado de Montego Bay. Era imprescindible para evitar en un
futuro, (hoy presente) la controversia en delimitar las aguas que separan a
Canarias de Marruecos, quien no renuncia en aplicar la Mediana
equitativa, de hecho la está aplicando con la complicidad del gobierno
de España, que miente cuando nos dice a los canarios que la
mediana es la línea equidistante.
Traiciones de
España con Canarias:
Primera
traición: Convenio Pesquero Unión Europea-Marruecos año 1995.
“La Unión
Europea y Marruecos son signatarios de la Convención de las Naciones Unidas
sobre el Derecho del Mar y que, con arreglo a dicha Convención, Marruecos ha
establecido una zona económica exclusiva que se extiende hasta las 200 millas
marinas desde sus costas, dentro de la cual ejerce sus derechos soberanos a los
efectos de la exploración, explotación, conservación y gestión de los recursos
de dicha zona”. Las aguas marítimas frente a
Fuerteventura y Lanzarote están dentro de las 200 millas marroquíes. Aquí entra
jurídicamente cual método de Mediana se aplica como frontera marítima. España
quiere la equidistancia a la que Marruecos se niega, y exige de
forma reiterativa la mediana equitativa, porque así está contemplado en la
jurisprudencia marítima internacional, que le daría más espacios marítimos al
Estado continental marroquí.
Las islas
adyacentes al continente situadas dentro de las 200 millas son consideradas en
el Derecho Marítimo Internacional como “circunstancias especiales” donde se
aplica la mediana equitativa, repartiéndose la zona económica
exclusiva frente a Lanzarote y Fuerteventura proporcionalmente a los Kilómetros
de costa entre la línea continental y la insular.
Segunda
traición: Convenio España-Repsol año 2002
España
establece la mediana equidistante y concede licencia a Repsol para extraer
hidrocarburos en las aguas por fuera de las doce millas de Lanzarote y
Fuerteventura. Marruecos presentó una denuncia ante las
Naciones Unidas, alegando que no reconocía la mediana equidistante impuesta
unilateralmente por considerar que las aguas de soberanía marroquí, llegaban
hasta el límite del mar territorial de las doce millas que circundan a las mencionadas islas.
Como se atreve España a conceder licencia de búsqueda de hidrocarburos, sobre
unas aguas donde en 1995 aceptó que los recursos de esa zona marítima sea
Marruecos, a quien le corresponde ejercer sus derechos soberanos.
Tercera
traición: Reunión Alto Nivel España-Marruecos años
2003-2005
En enero de
2003 durante la celebración de la VI RAN, el gobierno de España se compromete a
negociar la mediana entre Canarias y Marruecos, finalizando tras siete
reuniones de trabajo. Finalmente, en la VII RAN celebrada en septiembre de
2005, las delegaciones ministeriales de España y Marruecos alcanzan un acuerdo
“provisional” para delimitar la mediana marítima que ha de fijar los límites
territoriales del océano atlántico que une las dos orillas. Este acuerdo fue
bautizado como Grupo de Trabajo sobre la Delimitación de Espacios
Marítimos en la Fachada Atlántica.
El Mar
Canario se lo han repartido entre España y Marruecos.
Donde España hipotecó en la VII RAN, el futuro de los canarios cediendo a
Marruecos una cláusula engañosa, que mientras ambas partes de reparten los
beneficios de los hidrocarburos, acuerdan aplicar “provisionalmente” una
mediana equidistante. Se han repartido la zona económica exclusiva de Canarias
al 50%. Pero, cuando se acabe las explotaciones petrolíferas, debe de saberse
que el acuerdo “definitivo” será la mediana equitativa, o
sea la zona con el 100% favorable a Marruecos e inscrita en Naciones
Unidas.
Todo hubiese
sido distinto si las Cortes Generales hubiesen aplicado el artículo 95 de la
Constitución Española, otorgando a Canarias la firma ante las Naciones Unidas
aplicando los artículos 46.b y 305e del Tratado Internacional del Mar. Pero
el miedo a la independencia les llevaron por otros derroteros,
Los gobiernos españoles prefieren repetir con Canarias, la misma operación
ejecutada con el Sahara.
Entonces
llegará el verdadero debate por la independencia, en ese momento habrá quien
abandone el barco como ratas cualesquiera, sobre todo los canarios españolistas
y los falsos nacionalistas, que querrán e intentarán liderar un nuevo futuro
para una Canarias Libre, no dejan de ser las mismas ratas. Espero
sentado en las playas de Telde contando la salida de barcos y aviones cargados
de ratas, complacientes y sumisos de españolidad, a los que se les tenderán puente
de plata. Quedaremos quienes seamos dignos de vivir en Canarias. Una
vez más España repetirá su negra historia colonizadora, abandonando sus
colonias por intereses de Estado. Y los intereses económicos de España con
Marruecos, están históricamente llenos de traiciones de España con
Canarias. El 14 de diciembre de 1975, no solo se traicionó a los
saharauis, también se traicionó a los canarios, entregando a Marruecos la
economía más rentable en esos momentos en Canarias, el sector industrial
pesquero, una flota con más de 100 barcos y 16 factorías de elaboración y
envasado
Una vez más
afirmo que la salida democrática por la defensa de Canarias, es que se
reforme la Constitución, donde se contemple la aplicación al archipiélago
canario de los artículos 46.b y 305.e del Tratado
Internacional firmado de 1982.
En Telde a,
15 de octubre de 2014
*Tomado de
Tamarant