VANESSA GARCÍA-OSUNA /
El Cultural
Una original
ceremonia en el patio principal del Museo Mauritshuis da la simbólica
bienvenida a La joven de la perla. Presidida por el rey Guillermo
de Holanda, la gala inaugural gira en torno a la pintura más famosa de la
colección, la dama retratada por Vermeer en 1665, considerada una de
las diez obras de arte más célebres del mundo. Seis oficiales a caballo
hacen los honores al famoso lienzo, acompañados por la Filarmónica de La Haya y
una banda de metales. Una joven de carne y hueso encarna a la protagonista del
cuadro, y hace entrega al monarca de una llave con la que éste procede a la
reapertura del museo.
Desde su
inauguración en 1822, el Museo Mauritshuis de La Haya ha sido considerado uno
de los más bellos ejemplos de arquitectura clásica holandesa y uno de los
cuatro museos más importantes del mundo de pintura del siglo de oro holandés.
Fue construido entre 1636 y 1644, cuando el conde Johan Maurits van
Nassau-Siegen era gobernador de la colonia holandesa en Brasil. En 1820, el
edificio fue adquirido por el Estado holandés para albergar la colección real
de pintura. Con una localización única, a orillas de un lago, es el corazón de
una ciudad con una gran historia, que además alberga el Parlamento Holandés y
en la que vive la Familia Real. Hoy, tras una inversión de más de 30
millones de euros y dos años de reformas que han duplicado el espacio
expositivo, el renovado Mauritshuis abre sus puertas de nuevo.
La pinacoteca
holandesa atesora una espléndida colección que incluye tres obras maestras de
Johannes Vermeer, entre ellas, Vista de Delft (c.1660-1661),
así como Lección de anatomía, de Rembrandt; El jilguero (1654),
de Carel Fabritus, inspirador de la novela homónima de Donna Tartt
publicada el año pasado, y algunas de las pinturas más conocidas de Jan Steen
sobre proverbios neerlandeses como Mientras el viejo canta, el joven
fuma.
El histórico
edificio ha sido renovado meticulosamente, pero conservando y restaurando
muchos elementos del inmueble original. La directora de la pinacoteca Emilie
Gordenker manifestó que el palacete del siglo XVII no podía satisfacer
todas las necesidades de un visitante del siglo XXI, así que cuando se les
presentó la oportunidad de adquirir un edificio Art Deco situado en la misma
calle, no lo dudaron. El desafío para el estudio holandés Hans van Heeswijk
Architects -autor de la ampliación del Museo Hermitage Ámsterdam- fue fusionar
dos edificios muy distintos entre sí.
Una de las
principales novedades es la apertura del nuevo Royal Dutch Shell Wing
en el edificio adyacente, que dobla la superficie existente del museo y
está conectado al edificio histórico mediante un nuevo vestíbulo subterráneo.
Este nuevo espacio proporciona nuevas galerías de exposición, un centro
educativo, una cafetería y otros servicios para el visitante. El exterior del
edificio ha sido modificado para que se asemeje al diseño original que ideó el
arquitecto del siglo XVII Jacob van Campen.
«Quienes
conozcan bien el Mauritshuis se sentirán como en casa – nos asegura la
directora del museo Emilie Gordenker- y verán que le hemos hecho un
‘estiramiento facial’ al antiguo edificio. Quedarán sorprendidos por la entrada
llena de luz y la nueva ala, un magnífico ejemplo de arquitectura Art Deco que
encaja muy bien con el Mauritshuis del siglo diecisiete. Y les sugiero que
no se pierdan la gran pintura de Jacob van Campen (el arquitecto del
Mauritshuis) que ha sido cedida por el rey Guillermo de Holanda para
esta exposición inaugural y que nunca se expone al público».
La primera de
las tres exposiciones temporales que se organizarán aborda la historia de este
edificio histórico y la de sus ocupantes, un merecido homenaje a la rica
historia del Mauritshuis. Se prevé un incremento del 25% de las
visitas, es decir, se calcula que 300.000 personas pasearán por sus salas
centenarias a lo largo del año. Durante las obras de reforma, La
joven de la perla, llevada a la literatura por Tracy Chevalier, hizo una
gira mundial por Estados Unidos, Japón e Italia, junto a otras obras esenciales
de la pinacoteca, que fueron admiradas por 2,2 millones de personas. Ahora se
exhibe en una coqueta sala con capacidad para 30 personas. La prioridad
de los responsables del Mauritshuis ha sido mantener su atmósfera íntima,
semejante a la de espacios como la Frick Gallery de Nueva York, muy apreciados
por sus dimensiones que hacen posible verlos en su totalidad en una única
visita.
Muchas de las
ochocientas obras de la colección han sido restauradas y
flamantes adquisiciones, como Naturaleza muerta con quesos, almendras y
pretzels de 1615 de la pintora flamenca Clara Peeters, y Paisaje
montañoso con San Jerónimo, un lienzo de Paul Brils de 1592, se colgarán
por primera vez. La mayor parte de las salas, sin embargo, respetarán la
antigua disposición de las obras exhibiéndose alrededor de dos tercios de las pinturas
de la colección.
Un Vermeer
a la venta
Christie’s ha
anunciado la venta el próximo 8 de julio del lienzo Santa Praxedis de
Johannes Vermeer con una estimación de 7,5 a 9,5 millones de euros. Datado en
1655 se trataría del cuadro más antiguo del artista y uno de los únicos dos
trabajos de su producción menos convencional que aún quedaban en manos
privadas. Un reciente análisis de pigmentos llevado a cabo por el Rijksmuseum
junto con la Free University de Amsterdam atribuye la autoría de la pintura a
Vermeer.
Se ha
establecido que no solo el plomo blanco usado en el lienzo es compatible con la
pintura holandesa, sino que indiscutiblemente no es italiano; los
exámenes han revelado además un vínculo con otra de las primeras pinturas de
Vermeer -Diana y sus compañeras-, que posee el Mauritshuis de La
Haya. «Aunque celebro la reciente investigación técnica sobre la pintura, y
espero que podamos tener una conclusión definitiva sobre su atribución a
Vermeer, todavía quedan algunas cuestiones abiertas. Solo queda un Vermeer más
en manos privadas, pero no estoy interesada en adquirirlo para el Mauritshuis»,
responde sin ambages la directora de la pinacoteca.
Solamente un
cuadro de Vermeer ha salido a pujas en la última década. Se trataba del pequeño
óleo del maestro Mujer joven sentada ante el virginal,
por el que se pagaron 21,7 millones de euros en Sotheby’s Londres en 2004.