Por
Jan HENNOP / Tomado de AFP
Una corona
etíope del siglo XVIII de valor incalculable volverá a su país de origen
después de que un refugiado la escondiera durante más de 20 años en un pequeño
apartamento de Holanda.
La corona,
adornada con cobre dorado donde están representados Jesucristo y los apóstoles,
reapareció cuando un refugiado etíope nacionalizado holandés, Sirak Asfaw, se
puso en contacto con el experto en arte Arthur Brand.
Apodado el
"Indiana Jones del mundo del arte", Brand explicó que la corona será
entregada pronto a las autoridades etíopes.
En su
apartamento en Róterdam, Asfaw explica a la AFP como se convirtió por
casualidad en el guardián de la corona.
Asfaw, ahora
consultor para el gobierno holandés, huyó de su país a finales de los años
1970, huyendo de las purgas conocidas como el "Terror Rojo".
Una vez en
Holanda recibió a numerosos compatriotas que también huían. En abril de 1998
descubrió por casualidad la corona dentro de una maleta abandonada por uno de
sus visitantes. "Me dije: 'Esto fue robado, no debería estar aquí,
pertenece a Etiopía'", recuerda.
"No
podría devolverla por la situación inestable en Etiopía", asegura Asfaw, y
afirma que le prometió al dueño de la maleta que la corona "no saldría de
casa excepto para regresar" a su país de origen.
Así, la
corona permaneció oculta durante 21 años en un lugar secreto en su casa.
Durante esos años, Asfaw recibió amenazas de otros etíopes que sabían que tenía
la corona y querían que la devolviera.
"Pero
sabía que, si la devolvía, desaparecería de nuevo", asegura.
Cuando el año
pasado fue investido el primer ministro Abiy Ahmed, Asfaw consideró que la
situación en Etiopía era suficientemente estable y segura para devolver la
corona.
En busca de
ayuda contactó a Brand y le explicó que tenía "un objeto etíope de gran
importancia cultural".
"Resultó
que Sirak Asfaw había sido el guardián de una corona etíope del siglo XVIII
durante 21 años y quería devolverla", dijo Brand a la AFP.
"Es una
historia sacada de una novela policíaca", dice el experto, que se hizo
famoso en 2015 cuando encontró dos caballos de bronce en Alemania fabricados
por Josef Thorak, uno de los escultores preferidos de Adolf Hitler.
Brand se puso
inmediatamente en contacto con el gobierno holandés para informarle sobre la
restitución de la corona.
Según el
ministerio holandés de Relaciones Exteriores el paso siguiente es establecer la
autenticidad de la corona "en estrecha cooperación con las autoridades
etíopes"
El objeto
está actualmente guardado en un lugar de máxima seguridad en Holanda, donde un
periodista de AFP pudo observarla.
Jacopo Gnisci,
un investigador de la Universidad de Oxford, la examinó y confirmó su
autenticidad. Según él existen menos de treinta coronas de este tipo en el
mundo, llamadas "zewd".
"Estas
coronas tienen una gran importancia cultural y simbólica en Etiopía porque generalmente
eran donadas por altos funcionarios a las iglesias como parte de una práctica
que se remonta a la antigüedad", dijo Gnisci.
La corona en
poder de Asfaw perteneció aparentemente a uno de los más poderosos señores de
la guerra etíopes en el siglo XVIII, "ras" Welde Sellase.
Según Gnisci,
Sellase probablemente donó la corona a una iglesia cerca de la ciudad de
Mekelle, en el norte de Etiopía.
La corona fue
vista en público por última vez en 1993, llevada por un sacerdote, antes de
desaparecer. En ese momento se había abierto una investigación pero los
responsables de la desaparición nunca fueron encontrados.
"Estas
coronas tienen un valor simbólico inestimable y es importante que vuelvan a
Etiopía", dijo Gnisci a AFP.
"Es un
patrimonio cultural etíope, es la identidad de Etiopía", dijo Asfaw, que
finalmente se siente liberado de la responsabilidad.