Desarrollan
software para que arquitectos plasmen sus fantasías más atrevidas.
Investigadores de la Universidad Federal de Siberia (SFU) y de la Universidad
de Granada (España), desarrollaron un software capaz de unir las formas finas
de la naturaleza con un enfoque ahorrativo en relación con la construcción.
Hojas y
conchas de moluscos, por ejemplo, formarán parte de las creaciones
arquitectónicas. La información fue publicada en la revista Engineering
Structures.
Reducir los
momentos de fuerza
La creación
de techos intermedios más fuertes y ligeros siempre fue uno de los objetivos de
desarrollo de la arquitectura.
La tarea
principal en el proceso de su diseño consiste en reducir los llamados momentos
de fuerza, partes de la construcción que se deforman en varias direcciones (se
curvan, se extienden, se mueven). Se considera que las más seguras son las
bóvedas. En ellas los momentos de curvatura están reducidos al mínimo.
Los
arquitectos del pasado conocieron tales estructuras. Pero su uso no se extendió
porque era complicado realizar los cálculos.
Al llevar a
cabo experimentos con nuevas formas, el arquitecto español Antonio Gaudí hizo
modelos colgantes de cuerdas y sacas de arena.
Las
tecnologías actuales permiten dar un nuevo paso en esta dirección.
El software
desarrollado abre una serie de posibilidades en el diseño de capas sin
momento, propiedad por la que una fuerza tiende a generar un movimiento de
rotación.
Se amplían
las posibilidades de los ingenieros
“Lo
extraordinario del diseño consiste en que es posible incluir en la capa
elementos atirantados (cuerdas u obenques). Esto amplía las posibilidades de
los ingenieros en lo económico y estético “, comentó Anastasía Moscaliova,
coautora de la investigación y asesora del departamento de proyectos
arquitectónicos del Instituto de Arquitectura y Diseño de la SFU.
Las formas
curvilíneas se usan en la arquitectura moderna. El
deconstructivismo, la arquitectura biónica y paramétrica.
Mientras, los
arquitectos crean formas a partir de su imaginación sin tener en consideración
cuestiones de ahorro y eficacia del material.
Según
expertos de la SFU, el software permite crear capas con una
larga vida útil. Y encima, eficientes. Los cálculos se realizan partiendo de
las características de los materiales usados y datos como el peso de la
estructura y la ubicación de puntos de apoyo.
El hormigón
armado de paredes delgadas, la bóveda catalana de ladrillos y cemento y capas
reticuladas de madera o metal. Todos estos materiales son comprensibles. Queda
agregar estructuras atirantadas capaces de trabajar a tracción máxima, y esto
será una nueva tendencia en la arquitectura y la construcción “, destaca
Moscaliova.
Como resultado
se elaboraron dos catálogos de cúpulas y techos intermedios para los
edificios públicos, formas pequeñas arquitectónicas (pérgolas y pabellones),
estadios y terminales aeroportuarias.
En la etapa
siguiente de la investigación se creará un modelo físico de la cúpula biónica.
Se llevarán a cabo ensayos de la nueva estructura y se elegirán materiale
apropiados para mantener y desarrollar sus ventajas.
Fuente: Sputniknews